Un equipo de ensueño
Laura Ester y Bea Ortiz reciben el Premio As Olímpico en representación del waterpolo español, que se colgó la medalla de oro en los Juegos de París.
Casi 30 años después, un deporte colectivo logró un oro en una disciplina olímpica. Y fue, curiosamente, en el mismo deporte: la selección femenina de waterpolo logró el máximo premio en París 2024, reeditando una medalla que la sección masculina consiguió en Atlanta, en 1996. El cierre de un círculo para un deporte y una generación, la entrenada por un Miki Oka presente en ambos éxitos, como jugador y como entrenador. Una victoria sin precedentes para la sección femenina, que culmina de esa manera toda una era llena de éxitos increíbles, con más de una década luchando sin descanso por subir al escalón más alto de cada torneo internacional.
El oro fue el trabajo a la constancia y la superación, a la renovación constante de un equipo que inició su etapa más gloriosa en 2012, con la plata en Londres, antes de poner rumbo a más de una década de triunfos: cuatro medallas mundialistas (el oro de 2013 y tres platas posteriores) y cinco europeas (tres oros, una plata y un bronce). En los Juegos se repitió la plata en Tokio, pero faltaba el metal más codiciado para completar la triple corona, algo finalmente conseguido en París. Completando, de esa manera, 12 años de éxitos extraordinarios y la transformación en el que probablemente sea el mejor equipo de la historia de España a nivel de éxitos, constancia y perdurabilidad.
En el Palacio de Neptuno estuvieron Laura Ester, y Bea Ortiz para recibir el Premio As Olímpico en representación de la totalidad de la selección. La veterana portera, de 34 años, es una de las pocas jugadoras (junto a Maica García, Anni Spar y Pili Peña) que ha estado presente en todos y cada uno de los éxitos mencionados. Una plantilla que ha ido cambiando y rejuveneciéndose, pero sin perder nunca el objetivo de llegar a lo más alto. “Hemos hecho fácil algo que es difícil, estar arriba cada año. Queremos seguir ganando, no nos conformamos con el oro olímpico”, dijo al recoger el premio. Ortiz, de 29 años ha sido una fija desde los Juegos de Río, en 2016. ”Hemos demostrado durante muchos años de lo que somos capaces y por fin este año hemos conseguido este objetivo”, aseguró. Fernando Carpena, presidente de la Real Federación Española de Natación, acompañó a ambas jugadoras en la recogida del galardón y les dio las gracias “por lo que han hecho, lo que hacen y lo que seguirán haciendo”.
Todos los títulos logrados han sido con Miki Oka, el hacedor en los banquillos, que tocó de nuevo la gloria, 28 años después de ser parte de la primera generación dorada (Manel Estiarte, Jesús Rollán...). Ahora, una segunda camada llegó para quedarse. Y fue en París donde cerró el círculo, que no una era que todavía puede alargarse. Con talento, mucho corazón y un oro, nada menos, colgado al cuello. Eternas.
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