Un doble campeón mundial se quedará sin piscina en Málaga
Carlos Garach, una de las estrellas del campeonato júnior, sufre junto a su grupo de entrenamiento y todos los deportes acuáticos de Málaga los problemas de la instalación que los deja sin espacio.
La natación española, escasa de promesas, ha presenciado este verano el florecimiento de una de ellas. Carlos Garach, de apenas 18 años, fue sexto de Europa en los 1.500 libre y doble campeón del mundo júnior en 800 y 1.500, pruebas que se adjudicó con unas marcas que la acercaron a los récords españoles. Pero su progresión se ve amenazada a corto plazo por los problemas en la piscina Inacua de Málaga, su centro de entrenamiento, que desde el pasado 30 de marzo sufre un sinfín de contratiempos.
Si en aquella fatídica fecha se desplomó una parte del techo, lo que propició que se tuviera que suspender el Nacional de Primavera y trasladarlo a Torremolinos, ahora han sido los problemas en un foco y unas grietas en la piscina interior de 50 metros los que han hecho temblar el programa de entrenamiento del grupo que dirige Xavi Casademont, donde se encuentran otros nadadores como Ángela Martínez (finalista europea), Alejandro Puebla, Angel de Oña, Marta Carmona, Laura Rodríguez y más nadadores del equipo de tecnificación.
Su situación es surrealista. La Federación Andaluza de Natación dispone de cinco calles diarias en la piscina de 50 metros que se destinan a los grupos de alto rendimiento, pero ese espacio permanece cerrado hasta que se solucionen los problemas. Los nadadores de Casademont deben utilizar las calles libres de la piscina exterior, que está subcontratada a Sol Esports, quien ya les ha comunicado que desde el próximo jueves no habrá espacio porque priorizan la comercialización de la instalación con la llegada de grupos extranjeros. “Hemos tenido que improvisar. Un día entrenar a las 15:00, otro día a las 18:00, cambiar de piscinas... Hay otra del ayuntamiento situada en la Ciudad Deportiva Javier Imbroda, a la que también hemos ido”, explica el propio entrenador. Otros nadadores se han tenido que repartir entre Mijas y Torremolinos.
“Esto va a provocar que no se cumplan los resultados”, zanjó. Una situación que ya se vio en el pasado Mundial de Budapest del mes de junio. Desde ese 30 de marzo, cuando se clausuró la piscina olímpica para reparar el techo (obras que finalizaron en agosto), los nadadores tuvieron que amoldarse a los nuevos espacios. Garach, que también tuvo la selectividad, estuvo hasta 15 segundos por encima de sus mejores marcas, en posiciones muy discretas. En julio, el grupo de entrenamiento apenas pisó Málaga, se entrenó en el CAR de Sierra Nevada, y al menos llegaron después las finales europeas con unas marcas cercanas a sus óptimas. “Pero ahora la situación es peor, porque no tendremos ni piscina”.
Cronología de un problema “elefantiásico”
Detrás del problema de la piscina Inacua propiedad del Ayuntamiento de Málaga se esconde otro más general que está sufriendo la natación española: la comercialización de las instalaciones. En este caso, la empresa Supera, que se hizo con la concesión después de Ferrovial y cuyo contrato con el consistorio expira en 2023, debate con el Ayuntamiento quien debe asumir los gastos de los problemas que se han derivado en una instalación que apenas tiene 15 años de existencia y que no había tenido daños hasta el pasado marzo.
Por otro lado, la piscina exterior la explota Sol Sports, que ha pagado un dinero con el objetivo de explotarla y tener un beneficio. Su principal foco de negocio es el alquiler del espacio a equipos o grupos extranjeros, como ocurre cada octubre. No solamente el grupo de Xavi Casademont sufre estos problemas. Hay centeneras de niños y niñas de waterpolo, natación y artística, así como socios, que no pueden desarrollar su actividad. Un grupo de padres del CN Inacua de Málaga ha hecho un escrito al Ayuntamiento viendo que el problema se sigue dilatando y la nadadora Carmen Balbuena se mostró contundente en sus redes: “Es una situación vergonzosa”. Aunque el Ayuntamiento ha explicado en algunos medios de que la solución está cerca (en un primer momento era septiembre), hay pesimismo en el equipo nacional y no se espera que hasta enero esté solucionado.