Topuria recupera a Tortosa: “Devolví 31.000 €, no era feliz”
Jesús Tortosa habla con AS en su regreso. Tras la polémica con la Federación, llevaba tres años dedicado a sus empresas. ‘El Matador’, clave.
En 2021, tras ganar la plaza olímpica para el país y ser el español mejor posicionado en el ranking, Jesús Tortosa, quinto en Río 2016, no fue seleccionado por la Real Federación Española de Taekwondo (RFET) para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio. Tras “el palo más grande” de su vida, se retiró con solamente 23 años. “Todo el ciclo fue complicado. A día de hoy, pese a haber estado tres años retirado, aún soy la persona que más medallas ha sacado en los Grand Prix, con diez. Que me dejaran fuera de la noche a la mañana, sin ningún criterio por delante, sin previo aviso... me chocó tanto que decidí apartarme”, recuerda ahora en conversación con AS, justo después de volver a la competición. El pasado fin de semana, apareciendo de la nada, Tortosa se colgó la plata en el Dominican Open Senior para retomar su carrera.
“Tres años después, habiendo vivido múltiples circunstancias y después de haber estado en otros campos, vi que aún tenía pendiente esto. Al menos, intentarlo”, resume Jesús, que durante este tiempo se ha dedicado al mundo empresarial. Y con mucho éxito. En este regreso, se lo está costeando todo con sus proyectos. “Al principio, monté una empresa de tecnología blockchain. Fue una startup en la que aprendí muchísimo. Tuve que ir a levantar rondas de inversión. Estuve en Dubái, Suiza... Me reuní con grandes fondos. Mucha gente se piensa que era criptobró (risas), pero no, era una empresa seria”, introduce. Esa primera aventura no terminó de cuajar, pero la experiencia le sirvió para parir Empresarios del Deporte, una consultora dedicada al mundo de los gimnasios. “Mejoramos su marketing, captamos clientes y automatizamos procesos y sistemas. Creo que somos la más grande de España”, desgrana.
Desde República Dominicana, donde se pagó la inscripción, el viaje y dos semanas de alojamiento, Tortosa responde con tranquilidad e “ilusión”. Ahora, su trayectoria tomará el sentido inverso al de cualquier deportista. “Es un nuevo estilo de vida y tiene una ventaja: mi retirada no va a ser pronta. Gracias a que he construido esta base empresarial y económica, mi sustento ya lo voy a tener, no como otros deportistas que, a mi edad, ya tienen que pensar en la vida de después. Yo eso ya lo tengo hecho”, reflexiona. “No vuelvo por una necesidad económica, sino que por una necesidad interna, personal y de pasión por el deporte de competición. El dinero ya lo gano en otro lado. Esto es simplemente para demostrarme a mí mismo que puedo estar en el alto nivel. Ahora, además, sin depender de patrocinadores ni de la presión de conseguir resultados para ganar becas. Si llegan, mucho mejor”, añade.
La incógnita del país
Esa pasión revivida tiene nombre y apellidos: Ilia Topuria. ‘El Matador’ y su forma de entender el deporte fueron lo que volvieron a encender la llama interna de Tortosa. “Topuria ha sido un gran culpable de que vuelva. Cuando empezó a exponer lo que tenía en su cabeza, me vi muy reflejado en la forma que tenía de actuar y de pensar. Yo pensaba igual, pero no estaba siendo congruente con ello, sino que estaba huyendo de una situación que, en realidad, me llamaba, que era el hecho de volver a competir. Escucharle a él, verle cómo conseguía los títulos, cómo hablaba antes de las peleas...”, revela sobre la influencia del hispanogeorgiano, con el que ha coincidido en persona varias veces. “Por Instagram, nos seguimos y le expliqué que mi regreso, en buena parte, era por él. Me dijo que se alegraba un montón y que me deseaba suerte. Cuando me respondió eso, ya no podía dar marcha atrás”, detalla entre risas.
El momento en el que Tortosa terminó de decidir su vuelta es muy concreto: la semana en la que iba a conseguir su mayor facturación hasta ahora. “La familia, amigos y equipo alucinaron. Cerramos un acuerdo de 31.000 € para un par de gimnasios muy grandes, pero eso me iba a comprometer de manera exclusiva con ellos. Esa semana, me vi tan vacío que me di cuenta de que eso no era lo que realmente me hacía feliz. ‘¡A tomar por culo los 31.000€, no se va a facturar esto!’, dije. Devolví el dinero, anuncié que iba a volver y cambié el modelo de negocio para que no dependiera de mi marca personal. Ahora, tengo un equipo bestial, que son unos cracks, que me permiten tener el tiempo para competir”, celebra.
En esta vuelta, “dura a nivel físico”, Tortosa está acompañado por su hermano pequeño, Hugo, que ejerce de entrenador. “Es una persona que está todo el día analizando y estudiando el mundo del taekwondo actual”, le dedica. La gran incógnita, después de toda la polémica, es a qué país va a representar internacionalmente. En Dominicana, compitió con un equipo de Baréin, donde le ficharon para “hacer crecer el taekwondo allí”, pero no descarta ninguna posibilidad. “Al estar tres años sin competir, por reglamento, puedo representar a cualquier país que me dé la nacionalidad. No he abierto ningún proceso ni cierro puertas. Antes de los Mundiales del año que viene, decidiré si represento a España o a otro país, porque tengo muchas ofertas”, revela un Tortosa que tiene los Juegos de Los Ángeles 2028 como gran objetivo. Antes, quiere ser campeón europeo y mundial. Con la mentalidad de Topuria y la bandera como incógnita.
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