Jon Jones sigue haciendo historia y descarta el retiro

Jon Jones es una leyenda viva, el GOAT de las MMA, y lo volvió a demostrar esta madrugada en un estadio mítico de los deportes de contacto como es el Madison Square Garden. Bones retuvo su título de los pesos pesados al vencer por TKO en el tercer asalto al excampeón Stipe Miocic, un supercampeón que barrió la división y fue temido por todos. Todo ante la atenta mirada de Tom Aspinall, el monarca interino, y el presidente Donald Trump. “Sobre mi futuro en el octágono... He decidido que quizá no me retire. Tengo un par de conversaciones con Dana y Hunter. Puede que consigáis lo que queréis ver”, desveló tras su victoria.

Bones salió a muerte, conectando una dura derecha para probar al peleador de origen croata. Empezaron a medirse, desplazándose por el octágono, y el campeón lanzó una patada al cuerpo. Respondía Miocic con una combinación, persiguiéndole. No tardó en conseguir el derribo Jones, mandando al suelo al exmonarca. Se posicionó encima, clavándole una lluvia de codos en el rostro sin ningún tipo de piedad.

En el segundo asalto, bajó el ritmo del pleito. Miocic se vino arriba, mostrándose más competitivo y cruzando golpes. Bones seguía dominando claramente, pero el croata empezó a responder, aunque viéndose superado por el duro pateo y el trabajo a la zona de flotación. Jones tenía el centro de la jaula bajo control para el tercer asalto. Siguió cruzando manos con el croata, conectando un derechazo que sintió. Unos segundos después, llegó la estocada final. Conectó una patada giratoria a la zona de flotación que le partió y le dejó tumbado en el suelo.

“Él es muy bueno, muy duro. Le he dado muy buenos golpes cuando iba hacia adelante. Sabía que estaba luchando con Terminator. Pero, ese golpe al cuerpo... El hígado es el hígado”, reconoció Jones. El choque fue un pleito infernal. Una situación en la que no es nada común ver a Miocic. “Todo el mundo sabe que Stipe Miocic es el mejor peso pesado de todos los tiempos y quería venir con un gran cambio. He hecho un gran trabajo. No respondía a los golpes en la cabeza. Me hubiese gustado acabar con él en el primer asalto”, continuó. Stipe sí que decidió que ese era el momento de decir adiós. El de origen croata colgó los guantes y seguirá trabajando de bombero. “Él es muy duro, sabía que estaba peleando con el mejor de todos los tiempos. He acabado, me voy, me retiro. Gracias, chicos”, declaró. Una noche para reafirmar lo que ya todo el mundo sabe, Jones es de otro planeta.

Oliveira y Chandler dan la guerra de la noche

Charles Oliveira vuelve a la senda de la victoria, y de qué manera. El brasileño dominó y controló a Michael Chandler en la pelea coestelar para imponerse por decisión unánime (29-26, 29-26 y 29-25) en una guerra, que se le rebotó en el último asalto. Ambos peleadores se abrazaron emotivamente cuando terminó el choque, y este triunfo posiciona a Oliveira como uno de los peleadores a los que hay que tener en cuenta. Todavía le queda mucho que ofrecer y se reafirma en la revancha.

Chandler salió con las ideas claras, queriendo presionar al brasileño. Oliveira respondía con patadas y no cedía terreno. No tardó en lanzarse a por el derribo, que hizo caer mal al estadounidense y Charles puede colocarse encima. Mike intenta agarrarle los brazos, para romper el agarre y sale poco a poco del triángulo, sacando la mano. En el segundo asalto, empezó el declive. El brasileño le cazó con una mano y Chandler casi se cae mientras se desplazaba, evitando que llegasen más. Volvió a conectarle otra y el estadounidense se fue corriendo, pudiendo recuperarse un poco. Oliveira estaba mucho mejor, lanzando golpes con mucho más sentido y precisión. El norteamericano también tiraba, pero fue nuevamente al suelo por una mala defensa. Consiguió la montada Mike y castigó desde ahí. El dominio del brasileño fue aumentando asalto a asalto. En el tercero, Chandler empezó a patear abajo, a lo que su rival respondió con una serie de manos contra la reja, lo que le hizo perder nuevamente el equilibrio y recibió varios rodillazos.

Insistía con el derribo Oliveira, que le cogió la espalda con el triángulo al cuerpo cerrado y presionó, buscando la sumisión, hasta que sonó la campana. Se tiró con todo Charles, conectándole varios rodillazos. El norteamericano lucía cansado y muy tocado, intentando no quedarse en la reja. Como en el anterior asalto, el brasileño consiguió otro derribo más y le cogió la espalda, mientras Chandler batallaba por no ser sometido. En el último asalto, todo parecía estar de cara a Oliveira, que siguió con los rodillazos y presionó contra la reja, pero, Michael llegó con una derecha que sintió y aprovechó el momento de debilidad para castigarle duramente en el suelo, dándole la vuelta al encuentro. De una manera muy inteligente, el brasileño aprovechó su cansancio y, cuando estaban de pie, le cogió la espalda. Chandler sacó las fuerzas de dentro del corazón y, con Charles a su espalda, se lanzó dos veces hacia atrás para intentar quitárselo de encima, sin éxito.

Chandler no se tomó nada mal la derrota, y fue a abrazar a Oliveira mientras este hacía sus declaraciones. “Este tipo es uno de los tipos más duros con los que he peleado. Se merece lo mejor, tiene todo mi respeto. Sea como sea, yo soy el siguiente”, halagó Charles y reclamó otra oportunidad titular. El estadounidense sigue con el ojo puesto en Conor McGregor: “Conor, Islam (Makhachev)... Puede que (Max) Holloway por el BMF. Conor McGregor, si vuelves alguna vez, ven aquí a por mí. Vamos a dar la guerra que tanto hemos prometido”.

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