Irina y “la nueva humanidad”
La entrenadora de natación artística culminó su año de colaboración con Chile con dos bronces y una rutina innovadora tanto en las músicas como en los elementos y en la temática. “Lo artístico estará en el futuro en un segundo plano”, dice.
Irina Rodríguez es una de las ‘hijas’ de Anna Tarrés que se mueve por el mundo con un manual propio. La ex nadadora de sincronizada, miembro del equipo histórico español de 2003 a 2009, cumple un año como colaboradora del cuerpo técnico de la brasileña Marcia Leite en Chile, selección que ha finalizado recientemente con dos bronces los Juegos Odesur que se celebraron en Asunción (2022). Un resultado que refuerza “el momento de crecimiento del equipo”, teniendo en cuenta además de que “todas las chicas son júniors menos una”. La experiencia de Irina ha servido para desarrollar una rutina libre innovadora.
“Al comienzo queríamos hacer algo relacionado con los Derechos Humanos, y que se leyeran frases. Pero no nos convencía porque eso ya lo había hecho Ona Carbonell en el solo del Mundial de Gwangju de 2019 con Nelson Mandela”, cuenta Rodríguez, ya en Badalona, su residencia, después de pasar casi dos meses con su hijo de casi tres años entre Canadá, Chile y Paraguay. “Tocamos la temática de la nueva humanidad. Las chicas grabaron frases sencillas en distintos idiomas y se van repitiendo. Se está creando un nuevo estado de conciencia”, analiza la ex nadadora, quien ha cursado un máster en Psicología Transpersonal.
Al margen del trasfondo de la rutina, en el que también se tocan otros aspectos como la igualdad, la libertad o el renacer, las chicas realizan figuras en el agua nunca antes vistas como la del símbolo masculino y femenino. Todo ello acompañado por una serie de músicas poco frecuentes. “El feedback fue muy bueno. Ganamos el bronce pero muchas jueces nos dijeron que podíamos haber acabada incluso con otro metal”, relató. Brasil y Colombia quedaron por delante del equipo en el que colabora Rodríguez.
El vínculo de Rodríguez, quien realiza clinics de la FINA, ha recibido el interés de Colombia y colabora con otros clubes españoles, finaliza este octubre, y su continuidad dependerá de que se aprueben los presupuestos. Rodríguez, que establece contacto vía online y ha viajado en tres ocasiones a Chile, también relata las dificultades que tiene la selección en un país donde los deportes acuáticos no están demasiado desarrollados. Solamente la nadadora Kristel Kobrich, que acumula el récord de diez Mundiales, es la excepción. “Las chicas se encuentran que no tienen piscina para entrenar. Remodelarán la piscina del estadio nacional, pero nadie ha considerado qué pasa con la gente de allí. No tenemos aún solución”, explica.
La natación artística aprobó hace dos semanas un nuevo reglamento. De hecho, la competición de Odesur fue la última con el antiguo. Rodríguez considera que ahora la parte artística tendrá menos relevancia: “Habrá unos controladores técnicos que mirarán los errores de sincronización. Todo será como el patinaje artístico. La parte artística estará en segundo plano”. La inclusión de los hombres en las rutinas de equipo también modificará las coreografías: “Puede dar un salto cualitativo en cuanto a fuerza y potencia, veremos elementos distintos o mejores acrobacias. Habrá más diversidad de movimientos. Permitirá una temática diferente”.