Fallece Pepe Brascó, el descubridor de Manel Estiarte
El ex seleccionador español de waterpolo (1972-78) convenció al de Manresa para pasarse al deporte del balón amarillo y lo hizo debutar con 15 años. Murió a los 92 tras una vida plena.
El waterpolo sigue de luto después de la muerte de Pepe Ruiz Orland, ex jugador y periodista de TVE, el pasado mes de octubre. Ahora, a los 92 años y en Barbastro, le ha llegado la hora de Pepe Brascó (Barcelona, 1929) que entre sus muchos logros y avances como seleccionador español tuvo un acierto que marcó la historia de este deporte: el descrubimiento de Manel Estiarte, a quien convenció para que se decantara por el waterpolo y no la natación y lo hizo internacional con apenas 15 años, lo que levantó muchas críticas.
Brascó se vinculó al mundo del cloro en los años 40 en clubes como el CE Meditarrani y el CN Montjuïc, donde echó raíces y se convirtió en 1966 en entrenador. Un club que empezó a disputarle los campeonatos al CN Barcelona de la mano del técnico barcelonés, quien absorbió los conocimientos del padre del waterpolo español, el húngaro Bandy Zolyomi. En 1973 se convierte en el seleccionador español y empieza una transformación que culmina en 1978 cuando acaba su etapa. Antes, en el Europeo de Jonkoping (1977), le dio la alternativa a un chico de 15 años procedente del CN Manresa. Manel Estiarte se convertiría con el tiempo en el mejor jugador del mundo y en piedra angular de la Generación de Oro del waterpolo español.
Brascó integró en el equipo a otros jóvenes talento que después tendrían continuidad como Pere Robert o ‘Carioco’, Manolo Delgado, un portero que cubriría la meta hasta los Juegos de Los Ángeles. No logró, eso sí, ese conocimiento para participar en la cita olímpica ya que España quedó apenas de los Juegos de Montreal, en 1976. Años después presentaría su renuncia.
El seleccionador aprovechó su pasión y su reputación para conocer mundo. Tras un paso por el CN Sabadell, Brascó se marchó a entrenar a Arabia Saudí, Grecia o Egipto. En su palmarés figuran trofeos prestigiosos como la Copa de Grecia o la Recopa de Europa. El waterpolo de los años 70 y 80 le recuerda especialmente como uno de aquellos padres que hicieron crecer el deporte en el que ahora España es la campeona mundial.