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WATERPOLO | BUDAPEST 2022

España-Montenegro: De Toro y el “piñón fijo” hacia el oro

La Selección española se juega un puesto en la semifinal del Mundial de Budapest ante el conjunto balcánico. “Vamos a por todas”, cuenta uno de sus boyas más carismáticos.

Miguel De Toro.
Tamas VasvariEFE

Miguel de Toro es el “techo” de su familia (tuvo un tío que llegó a jugar en la selección sub-21 de voleibol) y de la Selección masculina de waterpolo. Un pino de dos metros con acento andaluz al que alguno de sus compañeros llama ‘pisha’ de manera equivocada (“eso es para los Cádiz y los de Málaga, pero yo soy de Sevilla”, matiza). Un tiarrón de Sevilla jugando a waterpolo, algo tan kafkiano como natural en el equipo de David Martín, que persigue esta tarde (19:30) la quinta semifinal seguida desde 2018 ante Montenegro.

Después de la remontada ante Italia y de conseguir ser primera de grupo, los españoles llegaron el domingo a Budapest y llevan días de descanso y entrenamiento, de sesiones de vídeo en la Isla Margarita, donde comparten hotel con otras selecciones. De Toro es uno de los boyas del equipo, su mentalidad es la de la Selección. “Una de mis virtudes es que siempre voy a piñón fijo. A veces no he estado acertado, pero siempre doy el cien por cien”, comenta un jugador que ha vivido un año de ajetreto: se ha casado y ha sido padre: “Mi cabeza ha estado bastante ocupada”.

Pero no solo la familia le ha llenado el tiempo, también su nuevo rol en el Atlètic-Barceloneta. Por una campaña (Roger Tahull volverá el curso próximo), De Toro ha sido el boya referencia del mejor equipo de España y uno de los mejores de Europa: “Quería adaptarme rápido, sabía que iba a ser más determinante y protagonista en el equipo”, cuenta, mientras repasa su trayectoria en el waterpolo. Se dispone a jugar unos cuartos de final mundial por una serie de casualidades de la vida.

Selección masculina de waterpolo.
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Selección masculina de waterpolo. Tamas VasvariEFE

“Empecé a nadar con mi hermano, a quien le diagnosticaron un problema médico. Comienzo a jugar en Tomares. Luego me fui a Jerez a una concentración, no quería ir, la verdad, pero mi padre me insistió; allí me vio Antonio Aparicio (mítico entrenador de porteros) con 15 años, y con 16 ya me fichó el Waterpolo Sevilla. Después me vine al CAR de Sant Cugat un año y experimento un cambio grande... Hasta llegar aquí”, relata este graduado en Económicas mientras confiesa que de joven idolatraba a Xavi García y Felipe Perrone, ahora compañero.

Como ocurriera en Tokio 2020, a España le ha tocado el lado de los balcánicos. Primero Montenegro y, si gana, le tocará el ganador de Serbia y Croacia en las semifinales. En los Juegos se zampó a todas las selecciones en la fase de grupos, menos a Serbia en la penúltima ronda. Quitarse esa espina en este Mundial y seguir mordiendo chapa con el espíritu de De Toro. España siempre va “a piñón fijo”.