Eddie Jones, la última víctima de la crisis del rugby inglés
El australiano es despedido por la RFU tras una victoria en cuatro partidos en la ventana de otoño. Gales recupera a Gatland tras hacer lo propio con Pivac.
La Rugby Football Union, o lo que es lo mismo, la Federación Inglesa de Rugby, decidió prescindir el miércoles del seleccionador más exitoso de su historia. El australiano Eddie Jones deja de ser el timonel de la Rosa tras siete años en el cargo y su sustituto será Steve Borthwick, segunda línea con 57 apariciones internacionales y desde 2020 entrenador de los Leicester Tigers que el año pasado ganaron la Premiership.
Con el cese de Jones, Inglaterra despide un 73% de victorias (sus cuatro antecesores en el cargo Andy Robinson, Brian Ashton, Martin Johnson y Stuart Lancaster apenas superaron el 50% combinado), tres títulos del Seis Naciones, con Grand Slam incluido el de 2016, y una final en el Mundial de 2019 con la que los inventores del rugby recuperaron algo del prestigio perdido con la eliminación en la fase de grupos como anfitriones en 2015.
Jones se lleva consigo una personalidad arrolladora, tendente a la polémica, que le ha costado enemigos dentro y fuera de la Federación que le amparaba. Ha terminado de enterrarle su enfoque de cara al Mundial de 2023. Desde el Seis Naciones 2022 comenzó a aplicar ya de forma evidente una política largoplazista, que le ha acabado llevando a sacrificar resultados en el presente mientras buscaba un bloque a su gusto para volver a competir de tú a tú con las potencias del sur.
Las tres derrotas en esa edición avivaron el debate sobre su continuidad y la puntilla ha llegado en esta ventana de otoño. Inglaterra cayó ante Argentina en Twickenham, pasó por encima de Japón, en un escalón inferior, rascó un empate in extremis ante los All Blacks y fue desmontada por Sudáfrica. Dos puntos más contra los Pumas, uno más frente a Nueva Zelanda y quizá este texto no existiría, pero una victoria en cuatro encuentros parecía la excusa perfecta para que la RFU, muy tocada financieramente tras la pandemia y con graves problemas en la Premiership (Wasps y Worcester han quebrado recientemente), tirara por la calle de en medio.
Steve Borthwick, entrenador de delanteros y mano derecha de Eddie Jones, durante años, tiene a su favor ser una apuesta ciertamente continuista. Pero no está claro que vaya a constituir la respuesta a los problemas del rugby inglés. Estos son más estructurales, y la mala racha de resultados de Jones seguramente algo coyuntural que habría quedado en el olvido con un buen papel en el Seis Naciones que arranca en dos meses.
Gales recupera a Gatland
Los males que aquejan al rugby inglés se extienden más allá de la Muralla de Offa, pues unos días antes de que se anunciara el despido de Eddie Jones, Gales echó al neozelandés Wayne Pivac para poner de nuevo al mando del Puerro a su compatriota Warren Gatland, el entrenador con el que conquistaron cuatro veces el Seis Naciones, tres con Grand Slam, entre 2007 y 2019.
Al contrario que Jones, Pivac nunca terminó de seducir con su propuesta para Gales, quizá porque nunca terminó de implantar la idea con la que hizo brillar a Scarlets. Ganó el Seis Naciones en 2021, en su segunda edición en el cargo, y parecía que había espantado los demonios que se proyectaron sobre su cabeza con la quinta plaza del año anterior, pero al final se ha quedado en un pobre 38% de victorias.
La derrota ante Georgia en Cardiff el pasado noviembre terminó de sentenciarle y con él, las esperanzas de la WRU de una trasición dulce sin Gatland, al que ahora se encomienda la tarea de recuperar, en los diez meses que quedan para el Mundial, la identidad de un equipo embotado.