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PARALÍMPICOS | NATACIÓN

Concejala Sarai Gascón

La nadadora (ocho medallas paralímpicas) perseguirá en los Juegos de París el oro que le falta mientras trabaja para Terrassa como concejala de Deportes.

Actualizado a
Sarai Gascón, frente a la Torre Eiffel en París, durante el viaje del programa 'Talento a bordo' de Iberia.
CHEMA DIAZDIARIO AS

Su currículum habla por ella: cuatro Juegos Paralímpicos con seis platas y dos bronces, 27 podios en Mundiales y 36 en Europeos. Las medallas son de Sarai Gascón, referente de la natación paralímpica desde que con 14 años llegó a su primer campeonato del mundo y salió de allí con el oro. Muchos años en la élite, aunque sólo tiene 31, y un deseo incumplido: ser campeona olímpica, a lo que aspira en París este verano (28 agosto-8 septiembre). Pero, además, con el doble mérito de ser la concejala de Deportes en Terrassa, su pueblo, desde junio pasado. Piscina y despacho, cloro y papeles, el silencio del agua y el bullicio de los actos desde entonces.

“¡Me engañaron!”, bromea mientras cuenta su historia en París, durante un viaje exprés del programa de Iberia ‘Talento a bordo’, que apoya su carrera. “Conocía al alcalde (Jordi Ballart) desde hace muchísimo tiempo, me había ayudado en un tema personal cuando mi club no me igualaba a mis compañeros simplemente por tener una discapacidad (el CN Terrassa la despidió en 2018 por sus reivindicaciones). Acudí a él y siempre me respaldó. Pasamos cinco años casi sin contacto y cuando quedaban pocos meses para las elecciones me lo propuso. Me lo pensé bien, porque es una gran responsabilidad. Pero es un partido municipalista de izquierdas (Tot per Terrassa) con el que comparto ideales y pensé que si no cogía ese tren nunca iba a tener la oportunidad... y me lancé a la piscina”, relata.

Gascón, que nació sin el antebrazo izquierdo, ha afrontado los retos siempre “día a día”. Estudió educación infantil y en la gestión municipal comenzó de cero. “Te tienes que adaptar, pero de eso sabemos mucho los deportistas. También de organizarnos. Me levanto a las 06:00, entreno, voy a trabajar, por la tarde vuelvo a entrenar... Pero los técnicos del servicio de deportes me hacen el trabajo muy sencillo. ¡Terrassa es la cuna del hockey hierba, así que he tenido que aprender mucho!”, exclama.

Ver el deporte desde el otro lado, el que siempre desdeñan los deportistas, le está resultando “enriquecedor” y entre sus metas está “potenciar la figura de la mujer en el deporte. Y, sobre todo, aumentar la presencia de directivas, porque debe estar en un 1 o 2%”.

El objetivo en la pileta también está claro: llegar a los quintos Juegos en París y colgarse allí el oro que le falta. “A nivel individual es complicado, aunque no imposible. En natación, de las primeras a las últimas hay unas décimas de segundo y un mal día lo podemos tener todas... Pero ahora tenemos un relevo majísimo. Hace dos años se eliminaron las categorías masculina y femenina y se hizo mixto, de 4x100 libre y 4x100 estilos, y en este último hace dos años fuimos plata mundial y el pasado, oro”, relata.

En el cuarteto, además, nada también su pareja, José Antonio Marí, con quien vive. “Es una pasada poder compartir con él todas las emociones y apoyarte... Nadie como alguien que entrena como tú sabe lo que son el esfuerzo, los nervios... ¡Y lo llevamos bien!”, sonríe.

Su plan ideal en los Juegos sería “nadar 100 libre, 200 estilos y los dos relevos”, enumera Sarai, un talento que explotó muy pronto, pero que no se agota. “A veces, la ilusión va por ciclos, pero a mí me gusta el deporte y eso me da la motivación suficiente para superarme”, recuerda. Día, a día, compitiendo por ella y por hacer la vida de sus ciudadanos un poquito mejor.

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