Sangre y sorpresa: Rublev cae tras flagelarse a raquetazos

Esos demonios que habitan en la cabeza de Rublev, y a los que él mismo se ha referido en varias ocasiones, volvieron a aparecer este martes. El ruso, protagonizando la primera gran sorpresa en el cuadro masculino de Wimbledon, cayó contra Francisco Comesaña, de 23 años y 122º del mundo, en primera ronda del Grand Slam. El argentino, un desconocido para el gran público, se impuso en cuatro sets (6-4, 5-7, 6-2 y 7-6 en 2h58) y desquició a Andrey, que perdió los papeles por completo. Otra vez. En una escena que ya es habitual en él, tras perder un punto con 1-3 y 30-40 en contra en el tercer set, golpeó su rodilla con la raqueta hasta que sangró. Con mucha violencia y en siete ocasiones.

“Por supuesto, claro. Es el principal problema que tengo que mejorar”, aceptó Rublev en rueda de prensa, al ser preguntado sobre su estabilidad mental durante los partidos. “Hoy no me comporté como en París, pero podría haberme comportado mucho mejor. Este no es el camino. Poder ser positivo durante todo el partido es la prioridad”, añadió el jugador ruso, que hizo referencia su anterior pérdida de papeles. Es muy reciente, contra Matteo Arnaldi en Roland Garros, y derivó en lo mismo: repetidos golpes contra su rodilla y derrota. “Estoy profundamente decepcionado conmigo mismo, con cómo me he comportado y con cómo he jugado. No recuerdo haberme comportado tan mal nunca”, dijo entonces. Su actitud en pista, sin embargo, no ha cambiado.

Comesaña, que no había ganado nunca un partido sobre hierba (sólo había jugado otro, en la previa de Eastbourne), se aprovechó de ello y, además, se creció. Leyó a la perfección el partido y acumuló 21 saques directos y 56 golpes ganadores para ahondar en la crisis de un Rublev que, como mínimo, caerá hasta la séptima plaza del ranking (actualmente, es sexto). Su descenso en la clasificación, pese a ello, no plasma las dificultades que el ruso atraviesa. Con el título en Madrid como oasis, desde marzo, sin contar la secuencia de triunfos en la capital española, sólo ha sumado cuatro victorias. Tras Indian Wells, donde claudicó en su segundo partido, cedió en tres debuts consecutivos (Miami, Montecarlo y Barcelona). Tras Madrid, sólo ha podido conseguir una victoria en Roma y dos en Roland Garros. Sobre hierba, venía de caer en primera de Halle.

El origen de la crisis, al menos de forma temporal, se encuentra en Dubái, a finales de febrero. En las semifinales del torneo emiratí, Rublev fue descalificado cuando jugaba contra Bublik por insultar al juez de línea. El ruso, sin embargo, apeló y se le dio la razón, recuperando los puntos y el dinero ganado en el torneo, aunque tuvo que pagar una multa. Pese a ello, el suceso pareció alterar a un Andrey que no se reencuentra. “No lo haría (golpearse en la rodilla) si pudiera golpear la raqueta en el suelo, porque no se nos permite golpear la hierba. No sé por qué en ese momento no pude soportarlo más. Necesitaba dejar salir las emociones”, expresó este martes, en ruda de prensa, para tratar de justificar sus actos. Los demonios siguen presentes.

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