Andrea Fuentes: “El deporte es ir al límite y a veces te pasas”

Lo primero es lo primero. Andrea Fuentes llegó al hotel The Aquincum, en la área de Buda, a los pies del puente de Arpa que atraviesa el Danubio, a apenas dos kilómetros del lugar de los hechos, preocupada por el estado de Anita Álvarez, su solista, quien se ha desmayado y ha estado dos minutos sin respiración en la piscina de Isla Margarita de Budapest. Ahora Anita, tras regresar en coche, ya sonríe y está convencida de que ha sido solo un susto y este viernes quiere estar en la final de equipo libre ayudando a sus compañeras. “Ella quiere y puede, pero hay que decidirlo”, explica Fuentes.

Una vez Álvarez ya reposa en su habitación, cuando el reloj aún no marca ni las 21:00, Fuentes, con más calma, explica lo ocurrido apenas cuatro horas antes, cuando los espectadores y toda la sincronizada estuvo unos minutos con el corazón en un puño. Echada para adelante como es Andrea, ganadora de cuatro medallas olímpicas, habla de un capítulo que será difícil de olvidar.

¿Le había pasado antes algo así?

No es tan raro, a veces nos pasa en los entrenamientos. La gente que hace apneas, como los submarinistas, no lo ven tan extraño porque ocurre. Hay momentos en los que el cuerpo colapsa y te quedas sin respiración. Recuerdo en los Juegos de Pekín en 2008 que a una componente del equipo japonés le pasó y también le tuvieron que sacar del agua. Lo raro es que ocurra en la competición, lo recuerdo poco.

¿Era la primera vez que le pasaba a Álvarez?

A ella le gusta llegar al límite y a veces se pasa. No es la primera vez. Lo que sucede es que cuando le ocurría, flotaba, no se quedaba sin respirar. Me pasó en el Preolímpico. Esta vez fue diferente. Algunas compañeras, una vez ha sucedido todo, me han comentado que en los entrenamientos a ellas también les ha ocurrido.

¿Cuéntenos cómo lo vivió usted?

Cuando la vi que se hundía miré a los socorristas, pero vi que estaban embobados. No reaccionaban. Pensé, ‘¿os tiráis ya? A mi se me activa rápido el reflejo, soy así, no puedo quedar mirando. No lo procesé, me tiré. Creo que ha sido la apnea más loca y rápida que he hecho en mi carrera. La cogí y la levanté, obviamente pesaba mucho, no fue fácil.

¿Y después?

Llegó un socorrista pero la verdad es que no me ayudó demasiado. He estudiado y hay que ponerla de manera lateral para que no trague agua y pueda empezar a respirar, él la quería poner boca arriba, y se generó una pequeña lucha absurda para ver en qué posición la colocábamos. Tampoco hablaba inglés y no me entendía. Finalmente logramos sacarla.

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¿Y qué pasó cuando ya no la veían los espectadores?

A los dos minutos ella ya reaccionó, respiró, echó agua... Estaba aturdida como es normal. Le querían poner un aparato para que respirara mejor, pero ella estaba agobiada, no quería. Les dije que se calmaran, que ya estaba bien, y ella se empezó a tranquilizarse. A partir de ahí ya pasó el peligro.

¿La sincro tiene más riesgo del que percibe el público?

Cualquier deporte de elite lo tiene. En atletismo o ciclismo los deportistas vomitan o también se desmayan. Nuestro problema es que al estar en el agua puede ser más grave, y encima le tocó en una prueba en la que estaba sola. El deporte es ir al límite y a veces te pasas.

Lleva años de seleccionadora allí. ¿Cómo le va por Estados Unidos?

Estoy aprendiendo mucho con esta experiencia: es un país que tiene un deporte de tan alto nivel y funciona todo. También aprendo a llevar un equipo, a hacer de psicóloga, estoy aprendiendo a marchas forzadas, pero también muy rápido. Me gustan los retos. Esta Estados Unidos era como España antes de ganar, estaba bajo tierra, mi misión es la de Anna Tarrés pero a mi manera. Estados Unidos eran los mejores cuando yo era niña y me inspiraron a hacer sincro. Muy agradecido de que creyeron en mí, mi misión es llevarlo para arriba. A veces es duro, el sistema es precario, no hay piscina y es difícil para el entrenador. Los padres son cañeros. No hay subvenciones, todo es privado, no hay CAR. Ahora valoro lo que hay en España.

(Andrea Fuentes es junto a Mireia Belmonte y Arantxa Sánchez Vicario las deportistas españolas con más medallas olímpicas. Ganó dos platas en los Juegos de Pekín y una plata y un bronce en los Juegos de Londres. Al margen posee infinidad de medallas europeas y mundiales. Se retiró en 2013 y es una innovadora de la sincro desde siempre. Su rápida reacción ha ayudado a sacar de una situación de apuro a su solista Anita Álvarez. Una medalla incuantificable).