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TAEKWONDO

Adriana Cerezo: construyendo a la mejor de la historia

La subcampeona olímpica y su entrenador, Jesús Ramal, hablan con AS sobre su día a día. El lunes, empiezan los Mundiales de taekwondo, en Bakú.

Adriana Cerezo: construyendo a la mejor de la historia
EDUARDO CANDEL REVIEJODIARIO AS

“Nos ha pasado de todo”, dice Adriana Cerezo a sus 19 años. “No es una adolescente al uso, no es una chica normal”, ratifica su entrenador, Jesús Ramal, sentado a su derecha. “Cumplí mis 18 en Arabia Saudí, yendo al supermercado en el maletero de un coche conducido por un niño de 14 años. De esas tenemos muchísimas”, desarrolla la subcampeona olímpica, demostrando que no estaba exagerando. Llevan trabajando juntos desde 2015, en el gimnasio Hankuk, situado en San Sebastián de los Reyes. Cuando Adriana, con 11 años, llegó a las manos de Jesús, sólo quería entrenar. Paradójicamente, su extrema competitividad le generó cierto rechazo a la competición. Quería ser la mejor, pero tenía miedo a perder. Tras un mes de entrenamientos, estaba deseando competir. A partir del lunes, lo hará en los Mundiales de Bakú (Azerbaiyán), una cita clave para la clasificación olímpica.

Adriana y Jesús parecen estar hechos el uno para el otro. Mientras hablan con AS, se completan constantemente. “Aunque a veces nos regañamos”, asegura Ramal. “Es lo suyo, al final, para mejorar y seguir creciendo, tiene que haber momentos así”, añade su pupila. Los dos son muy exigentes. Conjuntamente, conforman “una bomba que a veces estalla”, pero siempre buscan “lo mejor para los dos”. Por ello, plantean los entrenamientos día a día, de forma holística, teniendo en cuenta tanto el contexto personal como deportivo. Es una de las bases del Hankuk, su gimnasio, que el año pasado, en el cómputo total de todos sus deportistas, acumuló 176 medallas. Adriana, en una temporada clave, aportó diez (en categoría absoluta).

Adriana Cerezo posa para AS.
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Adriana Cerezo posa para AS.EDUARDO CANDEL REVIEJODIARIO AS

Fue su primer año completo tras la plata en Tokio. Ahora, es “mejor competidora”. “Es más madura. Sabe estar atenta a más cosas. Este trimestre, sobre todo, ha dado un salto cualitativo y cuantitativo bastante interesante”, asegura Jesús, que dirige el gimnasio junto a la finlandesa Suvi Mikkonen, la presidenta, diploma olímpico en 2012. En 2023, Adriana ya se ha colgado tres oros (President’s Cup, US Open y Open de Wuxi) y dos platas (Open de Bélgica y Grand Slam de Wuxi), aunque no lleva la cuenta. “Todo el mundo se fija en los resultados, el que diga que no, miente, pero no estamos buscando ser campeones del Open de Estados Unidos. Si en el proceso ganamos, mejor, pero perseguimos un equilibrio entre entrenamientos y competiciones para alcanzar picos de forma en Juegos o Mundiales”, explica Cerezo, haciendo gala de esa madurez. “Antes, era una niña en un parque de atracciones. Ahora, se va midiendo en consonancia con el proyecto deportivo que quiere”, metaforiza su entrenador.

El proyecto tiene nombre y apellidos: “Nuestra idea es que sea la mejor de la historia”, no duda en afirmar Jesús. Y Adriana no se esconde. “Es muy fácil decir que quieres ser la mejor de la historia. Luego, debes estar dispuesta a serlo. Yo creo que lo estoy”, completa por enésima vez. En cada torneo, establecen nuevas conexiones. Se consideran dos locos, dos obsesionados que miran hacia una misma dirección, con tantas dosis de ambición como de exigencia. “Si yo confío al 99%, el confía al 150% en que lo vamos a conseguir (ser la mejor de siempre). Nuestro objetivo es ese, pero también soñamos con todo el proceso que nos puede llevar allí. Ser el mejor de la historia no es ser campeón olímpico, es ir sumando: acumular experiencias juntos, vivir este proceso de crecimiento… Alguien que confíe tanto en ti, incluso más que tú, y que vea posible algo así, es alguien de quien no te quieres separar”, resume la madrileña, esa niña que no quería competir y que, ahora, persigue la eternidad deportiva.

El camino hacia París

La próxima parada hacia dicho destino es París. Tan cerca, tan lejos. Contar los torneos que Adriana tiene programados hasta entonces resulta abrumador. ¿Qué fechas tenéis señaladas? “El calendario está rojo entero. ¡Es rojo!”, bromea. Siguiendo el modelo organizativo asentado en competiciones como la NBA, el taekwondo ha ampliado de forma notable el número de competiciones. No da tregua. “Aquí todavía es más agresivo. En la NBA tienes offseason; nosotros, no. Es de enero a enero. Nos tenemos que adaptar a ello. Hay muchos puntos en juego”, explica Jesús, que tiene previsto acompañar a Cerezo en más torneos que en pasadas temporadas. De año postolímpico a año preolímpico. Qué intensidad.

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EDUARDO CANDEL REVIEJODIARIO AS

La siguiente fecha destacada son esos Mundiales, al girar la esquina, que conceden 140 puntos para el ranking olímpico a los campeones. Es una de las vías abiertas que Adriana tiene para llegar a los Juegos, “porque todavía no está hecho”. Actualmente, es segunda en dicha clasificación, que concede plaza a las cinco deportistas mejor posicionadas. En Wuxi (China), cosechó muchos méritos para opositar al billete que concede la clasificación del Grand Slam, que cerrará su ranking particular, con otra parada en China, en diciembre. “Si esas vías se agotan, porque puede haber lesiones o malos momentos, tenemos la vía del preolímpico”, completa Jesús, que se dirige a Adriana. “¿Hay que ir tirando ya, no?”, le suelta. Toca entrenamiento.