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AJEDREZ

Nepomniachtchi anestesia la ambición de Ding

Empate rápido en la décima partida del Mundial. El Gran Maestro ruso sigue liderando el encuentro por 5,5-4,5 a falta de cuatro enfrentamientos.

Nepomniachtchi anestesia la ambición de Ding
FIDE/Stev Bonhage

Volvió la acción a Astaná después de la jornada de descanso. Después de las dos últimas tablas y a tenor de las dificultades que había tenido Nepomniachtchi para igualar las partidas con piezas negras solo cabía una lucha sin cuartel. Sin embargo, los dos actores terminaron la escena mucho antes de lo esperado y concluyeron su enfrentamiento en las tablas menos vistosas del torneo (43 jugadas y poco más de 3 horas).

El empate no se debió ni mucho menos a que Ding mostrase poca ambición. De hecho, fue todo lo contrario. El chino se volvió a lanzar con una Apertura Inglesa, como ya hiciera en el cuarto lance. Casualmente, la variante que empleó fue una de las que aparecían en su listado de juegos filtrados, aunque realmente no era una línea que no hubiese empleado con anterioridad.

Nepomniachtchi se separa de los caminos más comunes (9...Aa5) y emplea una variante menos conocida que le resta prácticamente a la nada sus opciones de triunfo.
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Nepomniachtchi se separa de los caminos más comunes (9...Aa5) y emplea una variante menos conocida que le resta prácticamente a la nada sus opciones de triunfo.

En su intento por desequilibrar para poder tener opciones de ganar -y también de perder-, Ding concedió tener una horrible estructura de peones a cambio de alguna chance gracias al dinamismo y a la debilidad del rey rival. Sin embargo, Nepomniachtchi introdujo un movimiento que Ding no esperaba y que, aunque era inferior al principal, complicaba las opciones de victoria del chino.

Me vino como una sorpresa total y tuve que averiguar la idea durante la partida”, expresó contrariado Liren en la rueda de prensa. “Es más forzada que la principal. Objetivamente parece peligrosa, pero no diría que lo es. No sé si hay mucho que el blanco pueda hacer aparte de las diferentes versiones del mismo final en el que el blanco tiene una estructura mala”, comentó indagando más profundo Nepo.

Ding se come un peón y se adentra en el final. La ventaja no parece suficiente para la victoria.
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Ding se come un peón y se adentra en el final. La ventaja no parece suficiente para la victoria.

Movimiento a movimiento, Nepomniachtchi terminó consiguiendo lo que quería. Su dosis de confianza era lo suficientemente alta como para renunciar a la victoria desde el principio. No tuvo miedo a quedarse con un peón de menos y defendió el final con una precisión máxima hasta para los módulos de análisis. “No estoy obligado a ganar. Creo que podía jugar sin 15…g5, pero llegábamos a una posición de doble filo y, a veces, debes conformarte con aguantar el final”, justificó.

Dicho y hecho. El subcampeón del mundo no tardó en encontrar una fortaleza en la que las piezas de Ding tenían imposible entrar. Ni siquiera la existencia de varias debilidades en el bando negro podían ser suficientes -a pesar de que en la práctica así lo parecía- para conseguir una victoria que cada día que pasa se antoja más vital. Después de intercambiar todas las piezas se firmó el empate.

Nepomniachtchi defiende con sus piezas todas sus debilidades y apunta a los peones débiles de su rival.
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Nepomniachtchi defiende con sus piezas todas sus debilidades y apunta a los peones débiles de su rival.

“Quedan cuatro partidas y necesito ganar al menos una para empatar el resultado. El torneo todavía no ha terminado. Creo que tenía alguna chance en el final, pero no demasiadas”, concretó cariacontecido Ding. El somnífero que le administró Nepomniachtchi le cerró sus opciones de empatar el enfrentamiento inmediatamente y no estuvo lejos de dormir a algunos espectadores como Daniil Dubov, que desde la retransmisión oficial deseó que al menos “hubiera fuegos artificiales en la rueda de prensa”.