Leyenda Ledecky: 19 oros mundiales
La estadounidense gana los 800 libre, cierra el Mundial con cuatro victorias y solo tiene a Phelps (26) con más metales dorados por delante. Primera en repetir victoria en cinco pruebas.
Hay nadadores que logran fama por sus récords y medallas pero que sucumben al paso del tiempo, a la llegada de otros talentos que logran lo mismo que ellos pero en otra época y con otros métodos. La natación es un deporte de héroes de quita y pon, pero siempre hay un lugar para las leyendas. Se sigue hablando de Mark Spitz, de su bigote y de sus siete oros olímpicos 50 años después como se seguirá hablando de las proezas de Michael Phelps. También, cómo no, tendrá un lugar en el recuerdo el legado de Katie Ledecky, otra nadadora que ha llevado las marcas en las distancias de fondo a límites nunca imaginados y cuyo palmarés en Mundiales ya amenaza seriamente al Tiburón de Baltimore.
Con la misma suficiencia con la que ganó el 400 y el 1.500 libre, lejos de sus rivales, nadando sola contra el tiempo en este 800, la chica neoyorquina que creció entre la clase media alta y como aficionada de los Washington Wizards de baloncesto, ganó su 19ª medalla de oro en los Mundiales, su 22º en su colección. No es un número más. Supera a Ryan Lochte y se convierte en la mujer con más oros en natación. Solo tiene ya por delante al mismísimo Michael Phelps con 26. Y antes de París 2024 habrá otros dos Mundiales, a tres o cuatro oros por cada uno de ellos si mantiene el nivel competitivo, Ledecky puede situarse en lo más alto de la historia. Con este triunfo es además la primera nadadora que logra cinco oros seguidos en la misma prueba individual.
En el primer 50, Ledecky ya se colocó primera con 28.16. Por la calle 1, solamente la australiana Kiah Melverton consiguió seguirle la estela a lo lejos, mientras que Ledecky empezó a nadar cada 50 en un parcial regular de 30.80, lo que permitió cubrir el 200 en 1:59.33 y el 400 en 4:03.21. A mitad de carrera, la australiana ya estaba a más de cuatro segundos. Una distancia que fue en aumento porque Ledecky no decayó. Llegó sprintando, sola, con la ambición de siempre. Su marca lo demuestra todo, 8:08.04, a menos de cuatro segundos de su récord mundial, la quinta mejor marca de la historia. La plata fue para la australiana con 8:18.77 y el bronce para la italiana Simona Quadarella con 8:19.00.
MUNDIAL | PRUEBA |
---|---|
Barcelona 2013 | 400 Libre |
Barcelona 2013 | 800 Libre |
Barcelona 2013 | 1.500 Libre |
Barcelona 2013 | 4x200 Libre |
Kazán 2015 | 200 Libre |
Kazán 2015 | 400 Libre |
Kazán 2015 | 800 Libre |
Kazán 2015 | 1.500 Libre |
Kazán 2015 | 4x200 Libre |
Budapest 2017 | 400 Libre |
Budapest 2017 | 800 Libre |
Budapest 2017 | 1.500 Libre |
Budapest 2017 | 4x100 Libre |
Budapest 2017 | 4x200 Libre |
Gwangju 2019 | 800 Libre |
Budapest 2022 | 400 Libre |
Budapest 2022 | 800 Libre |
Budapest 2022 | 1.500 Libre |
Budapest 2022 | 4x200 Libre |
TOTAL: | 19 |
La carrera de Ledecky, que arrancó un día de julio de 2012 en el Centro Acuático de Londres cuando, con apenas 15 años logró el oro olímpico, ha alcanzando la categoría de leyenda por sus récords estratosféricos que tardarán años en superarse (sus marcas en 800 y 1.500 puede ser típicas de un nadador masculino que logre clasificarse para Mundiales o Juegos), por hazañas como la que logró en Kazán en 2015 cuando ganó cuatro de las cinco pruebas del estilo libre o por datos como el de este viernes en Budapest. La nadadora ha conseguido reinventarse después de que pasara un periodo también de bajada de rendimiento en 2019 y cuando otras nadadoras como la australiana Ariarne Titmus, ausente en Budapest, le arrebatarán la hegemonía en los 200 y 400 libre.
Ledecky ha renovado las ilusiones, cambió de entrenador y en este Mundial no solo ha brillado por sus medallas, sino por unos registros que se colocan entre los mejores de su carrera. Algo lejos de unos récords que sueña de nuevo con batir, especialmente el del 400 libre. Incluso en el relevo 4x200, la ex estudiante de Standford logró una marca cercana al récord mundial e imbatible desde 2009 de la italiana Federica Pellegrini (1:53.67), el tiempo más rápido de su carrera y el tercero de la historia. Hay Ledecky para rato. La natación lo aplaude con entusiasmo.
Sjöstrom, otra vieja rockera, invitada al show de Milak
Otra vieja rockera, la sueca Sarah Sjöstrom, abrió la séptima tarde en Budapest con una proeza. Trece años después de su primera medalla en un Mundial de Natación, consigue repetir como campeona de los 50 mariposa, por lo que aumenta un palmarés de récord en Europa y la conasagra como la velocista y la nadadora más incluyente en Europa de las dos últimas décadas. Su dominio en pruebas no olímpicas le resta purpurina a sus logros, pero la campeona olímpica suma ya 19 medallas mundiales, nueve de ellas de oro.
En los 50 mariposa fue la más rápida con un tiempo de 24.95. Le sacó medio cuerpo a sus perseguidoras. Nadie compite como Sjöstrom, que el año pasado superó una aparatosa lesión a cinco meses de los Juegos de Tokio y logró medallas en la cita japonesa. Su amor por la natación va más allá de todas las cosas. La plata se la colgó la francesa Melanie Henique (25.31) y el bronce la china Yufei Zhang. (25.32). Sin apenas tiempo para respirar, Sjöstrom ganó su semifinal del 50 libre y se metió en la final del sábado. Aspira a entrar el el prestigioso club de los 20. Otra leyenda en Budapest.
Con la ausencia de Caeleb Dressel por motivos médicos, de hecho el nadador estadounidense ya está en su país, la final de los 50 libre masculina quedaba abierta. El oro se lo llevó el que heredó el cartel de favorito, el británico Benjamin Proud con un tiempo de 21.32. Plata para el estadounidense Michael Andrew, con 21.41, y bronce para otro francés, Maxime Grousset, con 21.57. El equipo de natación francesa sigue mejorando con vistas a los Juegos Olímpicos de París en dos años.
Pero la otra gran final, al margen de la de Ledecky, era la de Kristof Milak. Un súperclase, un showman, un dictador de la mariposa que aprovechó la baja también de Dressel para hacer doblete en los 100. Esta vez no hubo récord del mundo, inaccesible de momento para un nadador que necesita unos metros más para poder marcar la diferencia contra el estadounidese. Pero sin él es el rey. Más tímido en la ida (23.42) que en la vuelta (26.72), donde estableció el mejor parcial de todos para registrar 50.14. El resto llegaron a años luz en natación. El japonés Naoki Mizunuma tocó en 50.94 y el francés Joshua Edwards en 50.97.
Las últimas dos finales fueron emocionantes hasta la última brazada. La australiana Kaylee McKweown le ganó el pulso a la estadounidense Phoebe Bacon, de 19 años, por apenas cuatro centésimas. 2:05.08 para la primera por 2:05.12 para la segunda. Más lejos llegó la americana Ryan White con 2:06.96, bronce. En el relevo 4x100 libre mixto el oro fue para Australia con récord del mundo 3:19.38, mientras que Canadá se colgó la plata al superar a Estados Unidos en el tramo final (3:20.61) y (3:21.09).