Las notas del año en el golf: Rahm, Scheffler, Korda, McIlroy...
Valoramos lo mejor, y en algún caso lo peor, de la temporada 2024, una con muchos nombres propios y momentos para el recuerdo.
Un año en el mundo del golf, como en la vida misma, da para mucho. 2024 no ha sido uno cualquiera. Ha sido el primero de la aventura de Jon Rahm en el LIV, el de la consolidación de Scottie Scheffler como el mejor del mundo en la actualidad y también de su bizarra inclusión en la lista de fichados por la policía de Louisville, el de la entrada de Xander Schauffele en el club de los majors por todo lo alto y el de nuevas decepciones para Rory McIlroy; el de una racha histórica de Nelly Korda y una Solheim que dejó más sombras que luces en el golf europeo; y otro sin acuerdo definitivo entre PGA y PIF para devolver la paz a este deporte. Aquí, los redactores de golf de AS valoran lo mejor, y en algunos casos también lo peor, de la temporada:
Mejor golfista
Jorge Noguera: Desde un prisma puramente cuantitativo, la respuesta parece sencilla: Scottie Scheffler, con sus nueve victorias (entre ellas el Masters) y 16 top-10 en otra temporada que no alcanza, pero se acerca bastante, al mejor Tiger Woods. Desde un prisma cualitativo, Xander Schauffele tiene dos argumentos gigantescos para discutirle el trono, llamados PGA Championship y British Open. Sus dos ‘únicos’ triunfos del año, sí, pero en dos de los escenarios más importantes de este deporte, que además son los dos primeros grandes de su palmarés, conquistados en el especio de dos meses. Algo ya de por sí notable, que se refuerza con el hecho de que, si hablamos de regularidad, come en la misma mesa que Scottie con sus 15 top-10. Un romántico escogería a Schauffele; yo me voy a decantar por la coherencia. Siempre he pensado que ganar lo es todo en el deporte profesional, y nadie ha ganado más este año que Scottie Scheffler. En cuanto al golf femenino, no hace falta darle muchas vueltas al asunto. La temporada de Lydia Ko es sensacional y le valdrá una plaza en el Salón de la Fama, pero volviendo al mismo razonamiento, la mejor golfista de 2024 ha sido, sin lugar a dudas y por motivos obvios que pueden encontrar aquí, Nelly Korda.
Jaime Dávila: Tiene mérito que, habiendo ganado Xander Schauffele dos de los cuatro majors disputados, sea imposible decir otro nombre que no sea el de Scottie Scheffler. El número uno del mundo ha impuesto en 2024 una dictadura pocas veces vista en el golf mundial, a la altura de aquellos dominios legendarios de Tiger: un major (el Masters) el oro olímpico y nueve victorias en total, todas ellas en torneos pata negra como The Players, además de 16 top-10 en 19 eventos disputados. Números irreales, prácticamente impensables de ver en un deporte tan parejo como el golf. En el circuito masculino merece una mención especial el citado Schauffele, y quien sí que puede hacer sombra a Scheffler es Nelly Korda, protagonista de otra hegemonía histórica, en este caso en el LPGA: segundo major de su carrera, el Chevron, y siete victorias, cinco de las cuales llegaron de forma consecutiva, para que la estadounidense recupere el número uno justo en el año en el que las asiáticas han dado un golpe sobre la mesa.
Relevación del año
Jorge Noguera: Cierto es que lo que hizo Nick Dunlap en el AmEx, en el que consiguió el primer triunfo de un amateur en un torneo del PGA desde el de Mickelson en el Northern Telecom Open de 1991, bien vale una mención en este apartado, pero su (lógica) cuesta abajo en los meses posteriores, aunque ganó un torneo menor como el Barracuda, y el hecho de que ganara el US Amateur en 2023, por lo que no se puede decir que su irrupción nos haya pillado totalmente desprevenidos, rebajan su candidatura. Para mí se reduce a dos nombres. Por un lado Matthieu Pavon, al que no se le intuía la trayectoria que ha descrito este año en el PGA por mucho que en 2023 se erigiera en uno de los grandes nombres propios del circuito europeo. Mucho menos esa victoria a comienzos de año en Torrey Pines, que acompañó con otros cuatro top-10 y la clasificación para el Tour Championship. Mi descubrimiento del año es él, aunque no quiero cambiar de tercio sin resaltar a Austin Eckroat, que ha estrenado su palmarés este curso y por partida doble. Con dos victorias en torneos menores, sí, pero que apuntalan lo que dejaba entrever en su etapa amateur y le meten en el radar del equipo estadounidense para la próxima Ryder. El único pronóstico que me parecería lógico para su 2025 consistiría en más victorias y mejores actuaciones en los majors, que por ahora se le resisten. En el ámbito femenino me quedo con Bailey Tardy y su historia de redención. Integrante del Epson Tour, el semillero del LPGA, entre 2018 y 2022, en dos ocasiones se quedó a un puesto de conseguir la tarjeta para la élite. En 2023 estuvo a punto de ganar el US Open en Pebble Beach, y eso que casi se queda sin jugar por procrastinar en la inscripción para el torneo clasificatorio. Y en este 2024 se ha estrenado en el círculo de ganadoras con su victoria en el Blue Bay, que le garantiza dos años de exención en el circuito. Podría haber tirado la toalla, pero perseveró y ahora a nadie le extrañaría que ocupe más espacio en sus vitrinas en 2025. Del golf español, ninguna aparición como la de Ángel Hidalgo, campeón del Open de España en un domingo en el que el aficionado medio descubrió un gran jugador de golf y una personalidad magnética.
Jaime Dávila: Lo que Nick Dunlap ha conseguido en este 2024 es, literalmente, algo que jamás se había visto previamente: que, en una misma temporada, un jugador gane un torneo como amateur y otro como profesional en el PGA Tour. El desconocido de Alabama conquistó el American Express siendo un aficionado, cierto es que era ya uno de los que tenía mayor proyección por entonces. Ante tal éxito, dio el salto a profesional y, a pesar de que le costó entrar en esta nueva etapa, capturó el Barracuda Championship para cerrar una temporada nada desdeñable con 21 años. Merecido su Rookie del Año en el PGA Tour. En el circuito femenino, ni mucho menos es una revelación, pero sí que Charley Hull ha demostrado en este curso ser capaz de pelear con la mejor Korda de tú a tú y que tiene un major entre sus manos. Por último, en clave española, gratamente sorprendido por Ángel Ayora, quien tiene madera de hacer cosas importantes.
Decepción del año
Jorge Noguera: Teniendo en cuenta que lo de Tiger Woods es algo con lo que cabía contar dadas las circunstancias, y que lo de Anthony Kim al LIV estaba tan claro que funcionaría desde un punto de vista publicitario como que sería una ‘bacalada’ en lo deportivo, contra mi voluntad tengo que decir que nada me ha decepcionado tanto este año como Rory McIlroy. Ha sido otro año duro para él y para los que le desean éxito (lo que no deja de ser una paradoja en una temporada con cuatro victorias y la sexta Orden de Mérito en el circuito europeo, tantas como Seve), que han tenido que digerir el enésimo fiasco en su intento de romper con una sequía en los grandes que pronto entrará en su 11ª campaña. El que protagonizó esta vez en el US Open será recordado durante generaciones como uno de los grandes colapsos de la historia de este deporte. Más allá de eso, no estuvo en la ecuación ni en el Masters, ni en el PGA ni en el British, en el que falló el corte arrastrando aún el sinsabor de Pinehurst. La parte buena es que tiene 35 años aún, y que a la luz de sus resultados en el resto de torneos sigue teniendo golf de sobra para ganar. ¿Será 2025 su año? Visto lo visto sería tan descabellado negarlo rotundamente como afirmarlo con alguna pretensión de certeza. En cuanto al golf femenino, este año el dudoso honor corresponde a Leona Maguire y Celine Boutier ex aequo. La primera ha cerrado la temporada con un top-10 en 24 torneos en el LPGA, un bajón sustancial tras una campaña 2023 con seis top-10 y una victoria. El bajón se ha trasladado a la Solheim: de ser fundamental en el triunfo europeo hace un año a jugar solo dos partidos el pasado septiembre, con una victoria y una derrota. En el caso de Boutier la cuesta abajo ha sido aún más pronunciada. Adquirió estatus de estrella en un curso anterior en el que ganó cuatro torneos, y este su curriculum se reduce a cuatro top-10 en 24 citas y una aparición en la Solheim mejor por resultados (dos victorias en cuatro partidos) que por sensaciones.
Jaime Dávila: Puede que cueste colocar aquí el nombre de Rory McIlroy cuando ha ganado dos títulos en el PGA, otros dos en el DPWT, además de su sexta Orden del Mérito que le pone a la altura de Seve, y que ha estado en la pomada en los majors. Pero a la altura en la que se encuentra la carrera del norirlandés, esto va de agrandar su leyenda, de romper la sequía de 10 años sin un grande, y es imperdonable perder el US Open de la forma en la que lo hizo. Le sirvió en bandeja el título a Bryson DeChambeau en la que, sin duda, será una de las grandes espinas de su carrera. Otros nombres como Collin Morikawa o Patrick Cantlay no han cumplido con las expectativas después de resetear su juego. Y es justo mencionar también a Jon Rahm, fuera de juego en los tres majors que ha disputado, que a partir de ahora serán sus auténticas pruebas de fuego, ya que, a servidor, lo de ganar en LIV ante fields como los que hay en la superliga saudí, no le convence demasiado. En el golf femenino, este ‘no premio’ va para el golf europeo en conjunto, incluida Carlota Ciganda, ya que apenas se ha visto a sus referentes en los torneos más grandes y su papel en la pasada Solheim Cup dejó mucho que desear.
Mejor español (Rahm aparte)
Jorge Noguera: Recupero para esta causa a Hidalgo, por resultados y por lo positivo que es su crecimiento para el contingente profesional español, pero toca hablar de Josele Ballester y Luis Masaveu. Su histórica semifinal en el US Amateur, que terminó ganando Ballester, el primero de este país que alcanza ese hito, es una noticia sensacional para el futuro del golf nacional. No solo porque se les adivina una carrera profesional de altura, sino porque son tipos con la cabeza bien amueblada y aspiraciones de grandeza, como ha podido comprobar este diario en sendas entrevistas con uno y otro este año. Yendo a los mayores, el año de Sergio García, con esas casi victorias en Mayakoba y Miami, la victoria en Valderrama y esa predisposición a enterrar el hacha de guerra con el circuito europeo me dejan la sensación de que todavía queda alguna página importante por escribir en la carrera del de Borriol, ya sea en los grandes o en la Ryder.
Jaime Dávila: En líneas generales ha sido un año algo discreto de la Armada española, pero hay brotes verdes como el previamente mencionado Ayora, que está empezando a asomar la cabeza. En 2024, este premio debería ir a manos de Ángel Hidalgo, cuya victoria en el Open de España fue una de las historias golfísticas de este año. La personalidad arrolladora del andaluz, con la que cautivó a la afición, se combinó con que fue capaz de superar en el desempate a todo un Jon Rahm. Casi nada. También merece aparecer por aquí Jorge Campillo, cuya primera temporada en el PGA Tour no ha sido ni mucho menos decepcionante, y el otro ganador español en el circuito europeo, Nacho Elvira. Carlota Ciganda, en un año algo irregular, tuvo al menos la alegría de capturar el Open de España femenino, que no es moco de pavo.
Mejor y peor major
Jorge Noguera: La tragedia griega en que se convirtió el domingo del US Open no encuentra rival ni en esa victoria dominante de Scottie Scheffler en Augusta; ni en el PGA por mucho foco extradeportivo que tuviera con la detención del número uno y una narrativa deportiva interesante en el estreno en el Grand Slam de Xander Schauffele; ni en un British muy British que nos recordó la joya que es Royal Troon y consolidó al californiano como el mejor del mundo hoy por hoy de los mortales, es decir Scheffler aparte. Esos putts francos que decidieron evitar el hoyo, esa sacada de bunker de DeChambeau...Pinehurst Número 2 produjo la clase de drama que se espera de un evento de tal calibre.
Jaime Dávila: El desenlace del US Open pudo haber estado perfectamente guionizado por cualquiera de los mejores escritores de Hollywood, con un incansable McIlroy cayendo una vez más en los momentos decisivos. Esta vez fue ante un DeChambeau que, desde su llegada a LIV, ha sufrido una transformación de villano a ídolo. Por emoción, no hubo nada como este grande que albergó Pinehurst. En contraposición, el PGA Championship de Valhalla fue un despropósito: el campo no estuvo a la altura de un major y permitió ver la vuelta más baja en la historia de los grandes, de 62 golpes, o la mejor puntuación de un ganador, -21. Además, todo se coronó con el surrealista arresto a Scottie Scheffler, que finalmente ha quedado en agua de borrajas, cuando intentaba acceder al campo. Augusta y el Open tienen el beneficio de que nada puede salir mal en los dos torneos más legendarios del planeta, y así fue una vez más.
Mejor momento/historia
Jorge Noguera: El shock que supuso la segunda jornada del PGA Championship encaja a la perfección en todas las características de una gran historia. Quiero decir, no todos los días un periodista se despierta con una foto del número uno del ranking mundial de golf en un mono naranja y vídeos de su detención circulando por todo internet. Fue un breve revival, por suerte sin consecuencias, porque se acabó demostrando que el arresto era innecesario, de aquellos turbulentos años de Tiger Woods. Por potencia, por inesperada y por carente de sentido alguno, esta es la elección más fácil de todo este resumen.
Jaime Dávila: Puede que sea un sensible, y también que al ser de lo más reciente lo tenga más presente, pero ver a un emocionado Tiger, dando sus últimos coletazos, correr a abrazar a su hijo Charlie después de que el pequeño lograse un hoyo en uno en el PNC Championship me tocó la fibra como pocas cosas. Aunque ha habido otros grandes momentos, como la emoción de Schauffele al quitarse la etiqueta de jugador que no cumple en majors, por partida doble además, o la agonía de McIlroy en Pinehurst. También fue difícil no emocionarse con las lágrimas de Robert McIntyre al ganar el Scottish Open y de la dedicatoria a su padre. Y otro de los personajes del año ha sido Charley Hull y sus cigarrillos en medio de los torneos.
Mejor torneo regular del año
Jorge Noguera: Esos primeros 10 hoyos primorosos de Rahm en la última vuelta. Ese colapso en los ocho últimos. Las lágrimas de Scottie Scheffler con el oro colgado al cuello, mensaje validador en un deporte que siempre ha mirado con desdén al movimiento olímpico, el triunfo que remata la espectacular carrera de Lydia Ko... Por muchas razones, los Juegos fueron el momento más importante de este deporte en 2024 majors aparte. Si algo andó cerca fue el Irish Open, que nos recordó la joya que es Royal County Down, aunque terminará con otro desastre descorazonador de Rory McIlroy.
Jaime Dávila: Con el Mundial Match Play en el recuerdo, un torneo que nunca debería haberse ido, y después de que el Phoenix Open pasase de ser una fiesta del golf a un caos y una celebración del alcohol inaceptable, quiero romper una lanza a favor del Scottish Open, un torneo al que cada vez acuden más estrellas y que siempre se disputa en campazos, con clima típico de Escocia y que ya van varios años dejando desenlaces mágicos.
Más y menos elegante
Jorge Noguera: Este año vamos a dejar en segundo plano a los jugadores para romper una lanza en favor de Malbon, que sin entrar en la horterada consigue que sus embajadores en el campo llamen poderosamente la atención, incluso a niveles inaceptables para el Augusta National, como ocurrió en el Masters de este año en una historia que pueden leer aquí. Y por Reebok, que ha pegado el puñetazo en la mesa de fin de año en lo que a equipamiento se refiere con la firma de Bryson DeChambeau para resucitar su división golfística.
Jaime Dávila: Puede que no sea muy imparcial, pero uno se tiene que declarar fan absoluto de los conjuntos que Malbon propone para sus grandes referentes, Jason Day y Charley Hull, y que consiguen respetar la tradición del juego mientras rompen con lo previamente visto. Un aire de esperanza en medio de un tiempo en el que cada vez es más habitual ver a profesionales con bermudas.
Lo más esperado de 2025
Jorge Noguera: Nos habría gustado hablar de otra cosa, pero los jerarcas nos obligan por segundo año consecutivo a recordar que aún no hay acuerdo entre PGA y PIF, y que cuando este llegué seguramente deje tantas opiniones favorables como contrarias. Todo apunta, aunque la fiabilidad en los plazos que se marcan oficialmente a estas alturas sea escasa, a que se rematará este año, y tendrá implicaciones gigantescas. El retorno del US Open a Oakmont y el del British a Portrush apetecen, como apetece seguir los próximos pasos de Josele Ballester y Luis Masaveu y, por supuesto, ese colofón que será la Ryder en Bethpage Black, tanto en lo deportivo como en lo extradeportivo o una encrucijada de todo lo que se va a cocer en una temporada que va a dar mucho de sí.
Jaime Dávila: De nuevo, toca decir a ver qué pasará con el acuerdo entre PGA y PIF saudí, el cual no debería aplazarse mucho más y que apunta a cambiar las reglas del juego. Mientras tanto, apetecerá sin duda ver hasta dónde son capaces de llegar Scheffler y Korda, o si Rahm o Ciganda podrán dar a España otro grande. También me genera mucha curiosidad TGL, la liga de golf virtual que echa a andar en enero de 2025 y que promete revolucionar este deporte en pleno prime time, contando además con Tiger Woods, otro de los grandes nombres de cara al próximo curso, pues es una incógnita cuánto podrá competir.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.