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NATACIÓN ARTÍSTICA | BUDAPEST 2022

“La he cagado: somos humanos, no máquinas”

Pau Ribes y Emma Garcia, que llegaban cuartos a la final de la rutina técnica, cambiaron la parte final de su coreografía, aunque cometieron un grave error y no subieron al podio.

Pau Ribes y Emma García.
PETER KOHALMIGetty

Parecía una misión imposible. La encorsetada natación artística apenas da sorpresas como la que necesitaban en la final de la rutina técnica del dúo mixto. La pareja española, formada por el pionero Pau Ribes y por Emma García, afrontaba la prueba en cuarta posición, a medio punto del dúo chino. No hay remontadas posibles en la sincro, se pueden contar con los dedos de una manera: quizás la que protagonizaron Andrea Fuentes y Ona Carbonell en Londres 2012, también ante China, fue de las más sonadas. Ellas escalaron a la plata. Ribes y García lo intentaron todo en la piscina de Isla Margarita de Budapest.

Pau Ribes salió de la piscina y tras ver la nota (84.4829) que les confirmaba como cuartos enfureció, sacó la rabia. Golpeó una valla y se marchó molesto consciente del error final. “Lo vivo como un hooligan. Quería quitarme la rabia. No es por la medalla, porque lo intentamos, jugamos nuestras cartas y la he cagado. Somos humanos, no máquinas. Me sabe muy mal por el error final”, valoró el nadador bastante afectado.

Italia abrió el fuego con 89.2685 y acto seguido le tocó a China, que registró dos puntos menos que en la preliminar (86.4425). La pareja japonesa también bajó puntos (86.5939) mientras que le tocaba el turno a una España que iba a por todas. Se palpaba la tensión. Ribes y Garcia interpretaron el cuento de Hansel y Gretel, una coreografía que ya habían estrenado en el pasado Europeo, y que también cuenta con elementos innovadores. Después de ver el resultado del sábado, decidieron cambiar en un día la parte final.

Pau Ribes y Emma García.
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Pau Ribes y Emma García.LISA LEUTNERREUTERS

“No tuvimos errores grandes pero la última parte no lucía. Así que intentamos arriesgar en la parte final, queríamos luchar, fue un cambio de última hora. Hay nervios, presión... Somos conscientes del trabajo que hay detrás. El sábado por la tarde después de descansar empezamos a pensar cómo cambiar la última figura. Empzamos a practicarlo fuera del agua. A las 6:30 del domingo ya estábamos en la piscina, pero fue poco tiempo. Cambiar en un día es complicado, pero debíamos arriesgar”, argumentó Emma García.

Antes de la competición, en el CAR de Sant Cugat, Ribes ya comentaba que “todo estaba muy abierto” y que “vamos a por todas”. No le faltaba razón al barcelonés. Ahora la pareja tiene otra oportunidad en el dúo técnico, su fuerte: “Vamos a por todas”, coinciden ambos, que vivieron una tarde amarga bajo el sofocante calor de Isla Margarita, donde España arriesgó en un mundo de pocas sorpresas como la sincro. Esta vez salió cruz.