La Europa de la Solheim inspira a la Europa de la Ryder
Luke Donald, capitán del Viejo Continente, subraya la importancia de lo conseguido por sus homólogas femeninas de cara a la cita de esta semana en Roma.
El golf entró este lunes en su semana más importante del año. La de la Ryder Cup. Después de una apasionante Solheim Cup en Málaga, que terminó en cuento de hadas para la Europa de Carlota Ciganda, es el turno de su homóloga masculina, que los capitanes de ambos equipos, Luke Donald por el Viejo Continente y Zach Johnson por Estados Unidos, desgranaron antes de que el viernes comiencen los fuegos artificiales.
Precisamente ese apoteósico final de Solheim, con un domingo de individuales cargado de drama, y en particular la actuación de Carlota Ciganda, que dio el punto decisivo derrotando a Nelly Korda con dos hierros impactantes en el 16 y el 17, fue subrayado por Donald como una fuente de inspiración para sus pupilos: “Pude ver algo el viernes, no mucho el sábado, porque tenía trabajo que hacer en el campo. El domingo si lo vi. Parecía que Europa lo tenía en la mano y las americanas pelearon hasta que le dieron la vuelta. Al final Hedwall y Ciganda consiguieron remontadas asombrosas y fue suficiente para retener la copa. Muchos de nuestros chicos pusieron cosas en sus redes sociales y lo comentaban. Es un a buena inspiración para esta semana. Cuando eres capitán, la parte mala es que no tienes ningún control sobre los golpes que se efectúan, solo puedes confiar en que tus jugadores los ejecuten bien. Y Carlota fue capaz de hacerlo en el 16 y el 17, cuando más importaba”.
Donald manifestó su “confianza” en un equipo europeo que viene de una sonrojante derrota (19-9) en Whistling Straits hace dos años, pero que llega al Marco Simone Golf & Country Club de Roma cargado de motivos para ser optimista. Uno de ellos es la condición de local, con lo que eso conlleva en apoyo del público, preparación del campo... Esta última es una cuestión que ha suscitado dudas en los años previos. Al fin y al cabo el trazado solo ha tenido tres escaparates competitivos, en los Open de Italia de los dos últimos años y el de 1994. Pero a Zach Johnson, timonel estadounidense, le entusiasma: “Es un desafío para ambos equipos. Creo que la belleza de este campo es que ya presenta un lienzo realmente bueno, así que decidan lo que decidan Luke y su equipo, probablemente lo mejorarán”. Johnson ya pudo comprobar en el viaje de exploración que realizó su equipo hace un par de semanas que el rough, como en París en 2018, será un arma que los europeos utilizarán para contrarrestar su pegada: “El rough penaliza. Es muy difícil. Ya lo experimentamos en el pasado y lidiaremos con ello. Hay que sacar el arsenal completo en este campo, y creo que es un gran test”.
Ninguno de los patrones se arrepiente de sus elecciones, seis por cabeza. En el caso de Johnson, el gran interrogante está en los jugadores del LIV que se han quedado fuera. Algunos como DeChambeau o Dustin Johnson han expresado públicamente que deberían haber recibido una llamada. Johnson no quiso entrar en polémicas al respecto, y se limitó a desgranar su proceso de selección: “Tenemos un sistema de puntos, y al final del proceso de selección básicamente mi atención estaba en el top-20, top-25, que creo que eran los jugadores que habían hecho méritos suficientes”. Por su parte Donald fue cuestionado acerca de las afirmaciones de Jon Rahm en Wentworth sobre la ausencia de Sergio García (dijo que no tenía sentido no contar con él), que según informaciones publicadas recientemente llegó a contactar con Keith Pelley, CEO del DP World Tour, para tratar de recuperar su membresía, condición indispensable para ser convocado, pagando inmediatamente todas las multas pendientes por su marcha al LIV. “Conocemos la situación con él. Una vez renunció a la tarjeta, era inelegible. He visto historias sobre él intentando pagar las multas y demás. Sabemos cuáles son las normas del circuito, que no se puede recuperar la membresía hasta el año siguiente a la renuncia. Ahora mismo solo estoy concentrado en los 12 que están aquí”.
También relató la intrahistoria tras la convocatoria de Ludvig Aberg, el prodigio sueco que va a jugar antes la Ryder que un major. “Entró en mi radar a comienzos de año, en Dubái. Jugó con Edoardo Molinari, uno de mis vicecapitanes, y me dijo: ‘Tenemos que estar atentos a este chico’. Cuando juegas con algunos jugadores, puedes comprobarlo. Tienen un talento que les ves golpear la bola y te explota la cabeza. Es un golpeo diferente, el sonido, la trayectoria... Es muy impresionante cómo maneja la bola. Cada vez que hemos estado presentes y ha tenido que jugar bajo escrutinio, lo ha hecho a un gran nivel”, contó. La anécdota graciosa vino a cuenta de Sam Burns, uno de los debutantes estadounidenses, que colgó un vídeo en sus redes sociales con un ‘USA’ rapado en el pelo. “Fue una orden directa”, bromeó Johnson. “Es broma, no tenía ni idea. Tiene buen pelo. Si fuera él probablemente haría lo mismo, pero no tengo tanto pelo. Si con cosas como estas están más contentos, de eso se trata”, zanjó. Y descartó cualquier forma de pesimismo en torno al hecho de que su equipo lleva 30 años sin ganar en suelo europeo: “Es difícil ganar fuera de tu zona de confort, y a un equipo siempre formidable. Los equipos del pasado son equipos del pasado. Este es uno nuevo con una nueva oportunidad”.