Irlanda avanza hacia el título ante la Escocia de siempre
El Trébol vence en Murrayfield y el Cardo se complica, una vez más, la tarea de pelear hasta el final por ser campeón.

Debe ser una experiencia ciertamente cansina la del aficionado a la selección escocesa de rugby. Al menos en este siglo en el que da igual el contexto, las circunstancias, los jugadores y el seleccionador. La historia es siempre la misma, una ajena al éxito. Cuesta encontrar casos similares de equipos que se manejen tan mal en la purpurina de las grandes citas como éste, que al margen de alguna alegría en la Copa Calcuta tan celebrable por motivos históricos como estéril a efectos discursivos, transmite una sensación de inmovilismo permanente. El último episodio de la tendencia lo protagonizó este domingo en Murrayfield, donde cayó ante Irlanda (18-32) y se complicó una vez más la eterna tarea pendiente en esta centuria de conseguir cuatro victorias en una edición del Seis Naciones.
Cierto es que el Trébol no ofreció la versión insulsa que pudo costarle el partido ante Inglaterra en la primera jornada. Fue un equipo más afilado, más contundente, más fiable. La antítesis (Mundiales aparte) de sus rivales caledonios. Un ensayo de Calvin Nash en los primeros compases del encuentro y otro de Caelan Doris a la media hora daban una renta cómoda a Irlanda, que sin embargo, en unos minutos de lapsus a caballo entre el final de un acto y el comienzo de otro pudo malgastarla.
RESUMEN
Ensayos: Van der Merwe (40'), White (75')
Conversiones: Kinghorn (75')
Golpes de castigo: Kinghorn (42', 48')
IRLANDA (17+15): Porter, Kelleher, Bealham, Ryan, Beirne, O'Mahony, Van der Flier, Doris, Prendergast, Lowe, Aki, Henshaw, Nash y Keenan -También jugaron- Sheehan, Healy, Clarkson, Baird, Conan. Murray, Crowley y Ringrose
Ensayos: Nash (7'), Doris (30'), Lowe (53'), Conan (58')
Conversiones: Prendergast (8', 31', 54')
Golpes de castigo: Prendergast (22, 69')
Estadio: Murrayfield, Edimburgo.
Árbitro: James Doleman, neozelandés.
En ese periodo llegó el ensayo de Van der Merwe y un golpe pasado por Kinghorn que condimentaban el choque. Tuvo sus opciones el Cardo, un par de visitas peligrosas a la 22 irlandesa. Ocurrió exactamente lo que cualquiera que lleve un tiempo siguiendo este deporte podía esperar. Salieron de ambas con cero puntos más en su casillero.
Irlanda aceptó el regalo y por medio de Lowe, primero, y Conan después, sentenció el pleito. Cerca de cumplirse el tiempo reglamentario Ben White protagonizó otro clásico escocés: engordar para morir. Suyo fue un posado inservible que por alguna extraña razón celebró como la conquista de su vida. Ninguna repercusión tuvo en un desenlace que hace más líder al Trébol, en su búsqueda de un tercer entorchado seguido que nadie ha logrado en la ‘era Seis Naciones’, y deja a Escocia, tras el único de los compromisos duros de esta edición que afronta en su feudo, en esa tierra de nadie de la que se resiste a salir.
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