Un uno de toda la vida

Sólo tres jugadores se han sentado en el trono mundial del golf con diez años de diferencia entre su primera vez y la última. En 1997, un jovencísimo Tiger Woods, de 21 años, se convertía en número sólo ocho meses y dos semanas después de debutar como profesional; su última vez en lo más alto, por su parte, fue en 2014. Entre una fecha y la otra, 17 años. Un mundo. El segundo mayor registro, de 11 años y medio (entre 1986 y 1998), está en posesión de Greg Norman, casi tan de actualidad, como jefe del LIV Golf, como cuando reinaba.

Un club reservado a las leyendas del que, desde esta semana, también forma parte Rory McIlroy. El norirlandés, tras imponerse en la CJ Cup el pasado domingo, ha recuperado un número uno que no ostentaba desde julio de 2020, cuando le desbancó Jon Rahm. Un punto y aparte en el circuito que pone fin a 30 semanas de dominio de Scottie Scheffler, mal en el Congaree Golf Club (45º), y que abre el noveno capítulo de McIlroy en lo más alto, diez años después del primero, en marzo de 2012. Desde entonces hasta septiembre de 2015, sumó, en varias etapas, 95 semanas en el trono. Ahora, y tras las once conseguidas en 2020, empieza la 107ª.

“Significa mucho. He trabajado muy duro durante los últimos doce meses para volver a este lugar. Siento que estoy disfrutando del juego tanto como antes. Lo malo es que casi (tienes) que... trabajar más duro para quedarte ahí”, bromeaba Rory antes de la última jornada en California del Sur. “Si vuelvo al número uno, creo que será la novena vez que lo consigo. De alguna manera, ilustra que puedes quedarte allí, pero creo que la parte interesante es el viaje y el viaje de regreso allí. Es algo así como un boxeador que pierde un título mundial y quiere recuperarlo. Siento que esa es la parte genial y ese es el viaje por el que he pasado en los últimos 12 meses”, añadía.

Siempre en primera línea

Un viaje cimentado en la consistencia. En estos diez años, el de Holywood no ha salido del top-15. En las últimas seis temporadas, además, no ha fallado: ha sumado, al menos, un trofeo en todas. Este 2022, además, ha sido el mejor en las estadísticas, con más de 2,7 golpes ganados por ronda (Scheffler, el que más se acerca, ha conseguido 2,5). No ha conseguido ningún grande, pero ha estado en el top-10 de todos, acumulando más de 30 millones de dólares en ganancias. Todo ello, combatiendo al circuito saudí en primera línea de fuego. “332. No sé si podré, pero es un número en mi cabeza”, respondía Rory al ser preguntado sobre las semanas que le gustaría acumular como número uno. Norman tiene 331. Un número uno de toda la vida, en lo deportivo y en lo emocional.