Ted Scott: el caddie que gana más que las estrellas

Vaya por delante, por si acaso alguno de ustedes lee esto y se plantea ponerse a ello o empujar a sus vástagos a hacerlo, que el oficio de caddie no siempre es tan lucrativo y reconfortante como en el caso que nos ocupa. Lo normal es viajar mucho y conocer poco de los lugares que se visitan, ganar un buen dinero pero no el suficiente como para garantizar la existencia de las siguientes generaciones familiares, asumir tu parte alícuota de responsabilidad en los errores de tu jefe y ser un convidado de piedra, con ciertas excepciones, en sus éxitos. Todo esto suponiendo que no trabajes para Matt Kuchar. En ese caso te irá peor.

En cambio si encuentras una buena bolsa, cosa que puede ocurrir por olfato, por fortuna o por méritos anteriores, agárrate. Seguirá cumpliéndose todo lo mencionado anteriormente, pero serás multimillonario. Y todo se ve diferente con seis ceros en tu cuenta bancaria, ¿verdad? Además una vez al año, salvo hecatombe, visitarás Augusta y alguno de los mejores links del planeta, algo que la mayoría de amantes de este deporte, si no todos, haría de buen gusto gratis.

Esta última ha sido la deriva de Ted Scott desde que en 2021 empezara a cargar los palos de Scottie Scheffler. En puridad empezó a surfear la cresta de la ola casi diez años antes, cuando Bubba Watson ganó su primer Masters en 2012 con él como consigliere, pero al lado del texano su patrimonio ha dado un salto exponencial. La histórica temporada del bueno de Scottie, en parámetros tigerianos con siete victorias, su segunda chaqueta verde incluida, y 16 top-10 en 20 torneos jugados, ha redundado en unas ganancias de 62,3 millones de dólares (cerca de 56,5 de euros) una vez incluido el bonus de 25 ‘kilos’ por adjudicarse la FedEx Cup, la clasificación anual del PGA Tour.

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Estimando, porque no se hacen públicos, que el acuerdo entre él y Scott sea el estándar para un caddie de élite, es decir un 10% de las ganancias del jugador en caso de victoria, en torno a un 7% en caso de top-10 y más o menos un 5% en caso de cualquier otro resultado además de un fijo por semana de trabajo, la NBC ha calculado que el sueldo de su ayudante en este 2024 habría alcanzado los 5,2 millones de dólares (4,7 de euros). Ni que decir tiene que ese es el techo de la temporada en el cómputo de ganancias de los caddies del PGA Tour, más del triple de lo que se ha embolsado Austin Kaiser (algo más de dos millones de dólares) al lado de Xander Schauffele, y eso que el californiano se ha hecho con dos grandes, el PGA y el British, este curso.

Pero lo mejor viene ahora, y es la ubicación hipotética de Scott en la tabla anual de ingresos de los jugadores del circuito estadounidense. Ahí la cosa se pone cómica, porque de figurar en ese cómputo Ted sería top-20, con una nómina mejor que la de algunos de los nombres más importantes de la estructura en este siglo, como los australianos Adam Scott y Jason Day, los estadounidenses Jordan Spieth o Justin Thomas o el inglés Justin Rose. ¿Gana mucho Scott? ¿Gana poco? Preguntas para otro debate. Claramente es uno de los mejores del mundo en lo suyo, como atestiguan un palmarés sensiblemente mejor que el de la mayoría de sus compañeros de oficio, el crédito que Scheffler siempre le ha concedido en sus victorias y el hecho de que una de sus peores vueltas recientes la firmara en el PGA Championship el día que Ted se ausentó para acudir a la graduación de su hija.

En época de bonanza, con las bolsas de premios batiendo récords año a año en medio de esa batalla financiera entre PGA y LIV que va tocando a su fin (otra cosa será que ambas organizaciones recojan cable en el ciclo alcista de los cheques), los que mejor han aprovechado las condiciones del mercado han sido Scottie Scheffler y Ted Scott. En el camino se han convertido en la dupla más exitosa del momento, han acumulado estadísticas inéditas en años y de paso se han hecho ‘asquerosamente’ ricos.

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