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GOLF | RYDER CUP

“Seve y Olazábal eran como dos rottweilers dementes”

Billy Foster, caddie del añorado cántabro cinco años y ahora en su 15ª Ryder Cup, recuerda a la dupla española y ensalza a Ballesteros: “Nunca vi a nadie con esa pasión”.

Roma
Seve Ballesteros junto a Billy Foster.

“Seve es parte de la esencia de la Ryder, está presente”, dice Rahm con el genio de Pedreña siempre en la mente. “Ballesteros es nuestro referente de lo que hace grande a un jugador europeo. Su espíritu, entusiasmo y alma estarán con nosotros durante todo el camino”, apunta Luke Donald, el capitán europeo. El ganador de cinco majors y cinco Ryder Cup (cuatro como jugador y una como capitán, además de otra en espíritu con el llamado Milagro de Medinah de 2012) está muy presente en Roma. Tanto que el vestuario del Team Europe del Marco Simone se ha guardado un lugar preferente para él como si fuera un jugador más de la 44ª edición. Así lo explica el ‘León de Barrika’: “El vestuario es increíble, está el último polo que Seve se puso en la Ryder en 1995 y un par de regalos más”.

Épica, leyenda, tradición, respeto, romanticismo... términos que entroncan a la perfección con la Ryder Cup y si el recordado cántabro es el referente que apela al corazón del ‘Viejo Continente’ en el tapiz verde hay otro personaje que ha vivido toda esa historia de primera mano: Billy Foster. El caddie nacido en Yorkshire hace 58 años (42 de ellos como profesional de su oficio) está presente en su 15ª Ryder Cup, actualmente llevando la bolsa de palos de Matt Fitzpatrick (con el que ganó el US Open de 2022) tras ir junto a Thomas Bjorn, Sergio García, Lee Westwood, Darren Clarke, Tiger Woods... y Severiano Ballesteros, con el que empezó.

Matt Fitzpatrick y su caddie Billy Foster en Roma 2023.
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Matt Fitzpatrick y su caddie Billy Foster en Roma 2023.CARL RECINEREUTERS

Foster guarda gran recuerdo del jugador que cambió el golf en Europa. “El público lo amaba, lo veneraba, cuando caminaba era como si tuviera un aura a su alrededor. Era muy exigente pero aprendí a sacar mi carácter y plantarle cara; eso le dio un soplo de alegría a la que no estaba acostumbrado”, explica antes de revelar qué dos cosas le exigió Seve para ir junto a él por los campos del mundo: “Nunca hables con la prensa y el jugador, o sea yo, siempre tiene la razón”. Genio alejado del tee y, por supuesto, con un palo en sus manos. “Cada semana veía tres o cuatro tiros con los que quedaba literalmente boquiabierto. Hoy en día los mejores jugadores ni siquiera se plantearían ejecutar ciertos tiros que hacía Seve. Esta era la diferencia entre él y los simples mortales”, recuerda el simpático británico.

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PHIL NOBLEREUTERS

Yendo al lado de Ballesteros también fue partícipe de la dupla más famosa de la historia de la Ryder Cup, la que más puntos tiene (12) doblando a la siguiente. Foster sonríe al recordarlo y sus ojos se iluminan al hablar de ellos: “Seve y Olazábal eran como dos rottweilers dementes, así solía llamarles. Querían ganar a toda costa, especialmente Seve ganaría. Quería abrir el pecho a sus rivales, arrancarles el corazón y devolvérselo en el green del 18″. Y si a alguien le quedaba alguna duda de lo que significaba este duelo bienal para el español, Billy lo deja claro: “Nunca he visto a nadie con tanta pasión por unos colores y odio hacia el rival. Odio es la palabra. Ya no se ve eso, pero hace 25-30 años era ‘ellos contra nosotros’. Seve se sentía agraviado de muchas maneras por su carrera en EE UU y los odiaba. Y la Ryder era su momento de venganza”.

Vestuario de Europa en el Marco Simone de Roma.
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Vestuario de Europa en el Marco Simone de Roma.