Sergio García cae en el playoff y prolonga su sequía
El castellonense, que no gana desde octubre de 2020, sucumbe en el desempate de LIV Miami ante Dean Burmester. Rahm, cuarto, ya piensa en Augusta.
A poco más de 48 horas de la cena de campeones en Augusta National, donde Jon Rahm será el anfitrión, el protagonista en el LIV Miami fue otro español que estará en el convite previo al Masters. Sergio García, de 44 años y sin una victoria profesional desde septiembre de 2020 (Sanderson Farms del PGA Tour), estuvo a punto de tocar metal 1.281 días después. El castellonense se quedó con la miel en los labios en el Trump National de Doral, en Florida, tras desperdiciar dos putts para ganar para caer en el segundo hoyo del desempate frente al sudafricano Dean Burmester. Rahm, en su versión más apacible, fue cuarto con -8 y ganó por equipos.
Sergio, a falta de dos hoyos, atravesaba un momento complicado tras desaprovechar los dos golpes de ventaja con los que partió. Previamente se había anotado tres birdies, al 2, 8 y 15, y un único bogey, al 9. El de Borriol, que perseguía a un Burmester que completó una jornada de cuatro bajo par con cuatro birdies y un bogey, enchufó un putt kilométrico en el 17 para empatar en el liderato. El sudafricano, tenso, falló la calle del 18, firmó el bogey y dejó todo en manos de un Sergio que, con el dramatismo que tanto ha caracterizado su carrera, falló un putt de dos metros para la victoria, cometió su primer tripateo del torneo y se fue al desempate. Flashbacks de aquel British Open de Carnoustie en 2007.
El de este domingo era el tercer playoff que disputaba el español en LIV, que el año pasado cayó en Singapur ante Talor Gooch, y en el primer torneo del presente curso sucumbió frente a Joaquín Niemann. Para Burmester, un jugador que en su carrera cuenta con cuatro triunfos en el DP World Tour como gran logro, era una oportunidad de oro de hacerse con su primer título en el circuito saudí. Mientras que el sudafricano se apuntó el par sin muchos problemas, en el primer regreso al 18, Sergio se volvió a dejar un compromiso que, esta vez, sí que solventó. Todo se vino abajo en el segundo hoyo, donde el español mandó su tiro a green al agua. Arañó el bogey como buenamente pudo, pero a Burmester la valió con abrochar el par para embolsarse los cuatro millones de dólares de premio.
Para volver a su mejor golf, y aunque su mejor arma ayer fue el driver, con el que estuvo excelso, Sergio regresó al pasado recuperando el putt de Scotty Cameron que usaba en 1999, cuando se convirtió en uno de los mejores del planeta con ese palo, después de dejar de lado el Golfyr Maker suizo que venía utilizando. “Están trabajando en hacer una versión más pequeña del putt que estaba usando, así que volví a mi Scotty Cameron de 1999 que tenía en casa. Me lo han arreglado y han hecho que parezca nuevo. Tengo buenos recuerdos con ese putt y ha salido bien”, explicó el castellonense.
Rahm, probablemente más con la cabeza en Augusta National que en Miami, vivió una tercera jornada de altos y bajos, aunque el vigente campeón del Masters mostró su versión más desenfadada. Ejemplo de ello fue cuando miró a cámara para pedir una cerveza para el aficionado que se había subido a una palmera para recuperar una bola. Ni siquiera le alteró demasiado su tiro al agua cuando apuraba sus opciones. Sabe que lo importante, el asalto a su tercer major, empieza el jueves. Cinco torneos en el circuito saudí de Jon, cinco veces entre los ocho mejores, aunque el triunfo se le resiste. Este domingo, fueron 69 golpes para el de Barrika, tres bajo par, con seis birdies y tres bogeys. El buen juego está ahí. Lo que no se le escapa es la victoria por equipos, ya que junto con Hatton, Vincent y Surratt logró su segundo entorchado y sus consecuentes 750.000 dólares. Y, ahora, hacia Augusta.