Revolución, segunda parte

Cobertura televisiva a través de la red estadounidense CW, una vuelta de tuerca a la competición por equipos, que ahora funcionarán como franquicias con sus propios patrocinadores, merchandising e imagen, más torneos, más fichajes... Es el segundo episodio del desafío del LIV al establishment golfístico, que arranca este viernes en El Camaleón de Mayakoba, en la exótica zona de Playa del Carmen (México).

Aún sin puntos para el ranking mundial, pero con la batalla por los majors ganada (todos han anunciado ya sus criterios de clasificación para este año, sin restricciones especiales para los jugadores enrolados en la superliga saudí), la rueda vuelve a girar una vez superado el pulso inicial, el de la supervivencia.

El circuito, respaldado por el maná casi infinito del PIF, el fondo de inversión soberano de Arabia Saudí, invirtió 740 millones de euros el año pasado casi a fondo perdido, porque el retorno, sin grandes patrocinios ni distribución televisiva (y audiencias pequeñas en comparación con el PGA en sus retransmisiones vía internet), fue escaso.

Aun así se ha doblado la apuesta con un calendario ampliado a 24 citas, con paradas ‘robadas’ a sus competidores como esta inaugural (hasta el año pasado en la agenda del PGA) o la joya de España, Valderrama (ex del European Tour), y nuevos fichajes. Los petrodólares han convencido al colombiano Sebastián Muñoz, al belga Thomas Pieters (otro potencial integrante del equipo europeo para la Ryder), al sudafricano Dean Burmester, al neozelandés Danny Lee, al chileno Mito Pereira y al estadounidense Brendan Steele.

Continúan en nómina tres españoles: David Puig, enrolado en el equipo Torque, de sabor latino, que completan el chileno Joaquín Niemann, capitán, y los citados Muñoz y Pereira; y Eugenio Chacarra y Sergio García, ambos en los Fireballs, comandados por el castellonense.

Este ha visto cómo esta semana Adidas decidía no renovar el contrato que ha unido sus caminos a los de la firma, que también ha partido peras con Dustin Johnson, durante la mayor parte de su carrera. También se ha encontrado una dura realidad: para jugar el British Open tendrá que ir a la previa y los caminos al US Open y el PGA se le han complicado. Solo tiene garantizado el Masters. Pero competirá cada semana por bolsas de más de 20 ‘kilos’. Cuestión de prioridades, todas legítimas.