Golf | British Open

Rahm y el British Open se cruzan justo a tiempo

El último grande del año coincide en el tiempo con las mejores sensaciones que ha tenido el vizcaíno en meses. McIlroy, favorito en casa.

Rahm y el British Open se cruzan justo a tiempo
Paul Childs
Jorge Noguera
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
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Poniéndose espiritual uno podría restarle cierto grado de aleatoriedad al asunto, porque siempre ha sido muy expresivo a la hora de colocar este como su grande predilecto, el que encumbró a su ídolo Seve y el que más le dolería no ver en sus vitrinas cuando se retire. Pero de vuelta en la tierra solo queda saludar las fuerzas ingobernables que hayan maniobrado en la sombra durante estos meses para obrar la coincidencia: que el mejor golf de Jon Rahm se alinee en el tiempo con la llegada del British Open, el torneo que un año más pone el broche, entre este jueves (07:30, Movistar Golf) y el domingo, a la temporada del Grand Slam que diera comienzo con el Masters en el ya lejano mes de abril.

Ha cambiado el tono de la conversación en torno al vizcaíno, dispuesto para su novena aparición en la cita (que este año sopla las velas de su 153º cumpleaños) recién cumplida la treintena. En tres de ellas acabó en el top-10 (con el segundo puesto de 2023 como mejor resultado), la última el año pasado, cuando maquilló con un buen domingo una semana por lo demás discreta. Síntoma de la ‘enfermedad’ que atravesaría un tiempo después, una incapacidad transitoria para ser consistente durante la totalidad de un torneo explicada parcialmente desde una serie de ajustes en su swing, y que le ha perseguido desde su victoria del pasado septiembre en Chicago (incluso desde antes, con el matiz de que tiene suficiente talento para ganar en un circuito como el LIV sin la cara A) hasta la pasada semana.

Entonces la superliga saudí paró en Valderrama, y el ‘Augusta de Europa’ sacó de Rahm sensaciones esperadas durante mucho tiempo. “Le he pegado mucho mejor que en el último año y medio”, diría tras rozar el triunfo en la jornada final, que le recordó a sus “mejores semanas” en un campo de golf. ¿La diferencia con lo que venía enseñando? Sensible. Porque vuelve a tener el control de su bola abierta y eso, especialmente en el tee, y más aún en uno que precede a calles rodeadas de agreste festuca y batidas por la lluvia y los vientos (cambiantes pero no muy intensos en principio) que los radares anuncian para la semana en Royal Portrush (Irlanda del Norte), puede ser diferencial estos días respecto a lo visto en el resto de grandes del curso.

La 'Armada' más escueta desde 2008

Rahm aparte, España cuenta con otros dos jugadores en Portrush, Sergio García y Ángel Hidalgo. El primero estrena la exención que recibió esta temporada el LIV para los cinco primeros de su ranking anual no clasificados de otra forma, que tuvo que pelear con uñas y dientes en la cita de Dallas. Será una de sus últimas balas para armar un caso que convenza a Luke Donald de llevarle a la Ryder. Hidalgo por su parte se clasificó en la previa de Dundonald. Con tres integrantes, es la ‘Armada’ más escueta desde la edición de 2008.

Llevaba tiempo haciendo un swing que no me gustaba, en el que la bola salía por la izquierda y no volvía hacia el objetivo. Esta semana (por la pasada) las que tenían que volver volvían e incluso las que no, alguna también. “Con los hierros lo mismo. Con mucha confianza de que si le quiero pegar baja, a la izquierda, o cambiar la trayectoriade la bola, tengo mucho más control. Me encuentro muy cómodo”, reconocía al respecto. Confianza, cómodo... Palabras que hacía tiempo que no se escuchaban en su vocabulario.

Con el arsenal bien pertrechado saldrá a por la que sería la primera Jarra de Clarete que viaja a España desde la tercera de Seve, en 1988. La defiende el estadounidense Schauffele y seguramente la ansíe más que nadie Rory McIlroy. Porque no la toca desde 2014, pero sobre todo porque esta vez se pone en juego a una hora escasa de Holywood, el lugar donde nació en 1989, tiempos de los Troubles, cuando el conflicto político (unionistas protestantes vs republicanos católicos) hacía inviable hospedar un Open en Irlanda.

Así, la Isla Esmeralda estuvo fuera de la rotación hasta que Portrush coronó en 2019 a otro hijo pródigo de esas tierras, Shane Lowry, nacido en la parte independiente del Reino Unido. Seis años después es una tarea hercúlea conseguir sitio en los mejores campos de la región. Ni remotamente tan complicada como la que Rahm y otros 155 afrontan desde hoy.

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