Martin Slumbers: el modernizador de la R&A dice adiós
El presidente del organismo rector del golf a este lado del Atlántico abandona el cargo nueve años después. El progreso es su legado.
El primer British Open en el palmarés de Xander Schauffele fue el último de Martin Slumbers como presidente de la Royal & Ancient, el organismo que regula el golf a este lado del Atlántico, y secretario de St. Andrews, la cuna de este deporte. El británico deja el cargo tras nueve años en uno de los sillones más importantes del negocio, al que llegó a lomos de una exitosa carrera en el mundo de la consultoría y la banca y que ha utilizado para transportar al siglo XXI a una institución tradicionalmente proclive al conservadurismo.
Desde que fuera nombrado en 2015, Slumbers ha tocado tanto el aspecto técnico como el espiritual del juego. El inglés, nacido en Brighton en 1960, decidió estructurar en planes quinquenales los objetivos a futuro del organismo. “Asegurar la prosperidad del golf durante los próximos 50 años” ha sido su mantra. Entre sus avances más destacables están la modernización del British Open , la principal fuente de ingresos del organismo, y el desarrollo de su versión femenina, que bajó su mando ha alcanzado el mismo pedigrí en el calendario femenino del que goza la masculina en el suyo y ha pasado de repartir 3,25 millones de dólares en premios en 2018 a los nueve del año pasado.
También decisiones como la de partir peras con Turnberry, sede recurrente de torneos organizados por la R&A, por ser propiedad desde 2014 de Donald Trump, o la obligación de que los clubes que integran la rotación del Open admitan a mujeres entre sus socios. Muirfield, que votó en contra de la medida en 2016, no ha vuelto a acoger una edición desde aquello pese a ser una de las sedes más antiguas del torneo y el lugar en el que se escribieron las primeras normas del golf. Troon sí pasó por el aro y ha sido el escenario de la 152ª edición del certamen la pasada semana.
Pero quizá la iniciativa de mayor calado que haya avalado Slumbers, por impacto mediático y por las implicaciones que tiene a todos los niveles del juego, sea la implantación de un nuevo tipo de bola en colaboración con la USGA, su homóloga al otro lado del Atlántico, para frenar el aumento de las distancias favorecido por los avances tecnológicos, que ambas organizaciones consideran una amenaza para el futuro de muchos campos como sedes lo suficientemente desafiantes para los profesionales actuales.
En el apartado de la controversia figuraría su acercamiento a Arabia Saudí en medio de la refriega entre el LIV y los grandes circuitos. Slumbers siembre se ha negado a descartar cualquier tipo de relación comercial entre la R&A y ese país, y de hecho llegó a jugar con Yassir Al-Rumayyan, el mandamás de la superliga saudí y de su Fondo de Inversión Público, en el último Dunhill Links Championship, mientras discutían, aseguró, “proyectos de desarrollo”. En ese ámbito han estado parte de los intereses de Slumbers, que auspició la creación en 2015 del Latin America Amateur Championship y este año del Africa Amateur Championship, que junto al Asia-Pacific conforman ahora la estructura de base de la R&A, con plazas garantizadas para sus campeones anualmente en el British Open. El año pasado se creó también el G4D Open, un certamen para golfistas con distintas discapacidades. Además impulsó la instalación de Golf It!, un complejo en Glasgow (Escocia) que busca acercar este deporte a más personas a través de una experiencia familiar y que ha sido un éxito de público, y participó en la creación del sistema universal de hándicap que rige desde 2020.
“En la cresta de la ola”
Slumbers se despidió oficialmente el miércoles en una rueda de prensa en la que celebró el gran momento que a su juicio vive el golf, “en la cresta de la ola” en términos de participación. Aseguró que entre 2022 y 2023 el número de jugadores reconocidos en el territorio administrado por la R&A pasó de 61,2 a 62,3 millones, “datos esperanzadores”. Y criticó veladamente la espiral inflacionista en la que ha entrado el nivel profesional a raíz del conflicto provocado por la irrupción de la superliga saudí: “Tenemos que mantener este momentum. Y para ello tenemos que asegurar la viabilidad del modelo de negocio en el largo plazo. Si vemos el golf como una pirámide, solo puede sostenerse si la base es igual de fuerte que la cúspide (...) Pero quizá lo más importante para el éxito futuro de este deporte es mantenerse fiel a sus valores. Ser capaz de mantenerlos es lo que le hace diferente de otros deportes. Estos son la integridad, la responsabilidad individual y el respeto. Esos son los valores con los que los patrocinadores quieren asociar sus productos y son fundamentales en el atractivo del golf. No podemos permitirnos que queden en segundo plano”, lanzó antes de declarar su “optimismo” a años vista. Su único remordimiento, “no ser 10 años más joven” para poder continuar “en el mejor trabajo del mundo del deporte”.
Le sustituirá Mark Darbon, otra figura que, como él, llega al puesto sin experiencia previa en gestión en este mundillo. Darbon llega al cargo con 45 años, sensiblemente más joven que su predecesor, tras formar parte del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y ejercer durante los últimos años de director deportivo de los Northampton Saints de la Premiership de rugby. Tiene hándicap 3,1 y, desde ahora, la larga sombra de Slumbers proyectada sobre él.
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