Lowry sigue intratable, Rose brilla y Scheffler asoma
El irlandés lidera en Royal Troon tras resistir a la llegada del fuerte viento, ese que en absoluto azotó al veterano inglés. Tiger Woods se despide con un abultado +14.
Si algo está claro en este British Open es que hay un turno que ha sido el claro agraciado a la hora de pelear contra el campo de Royal Troon. Los jugadores que el jueves salieron por la tarde y este viernes por la mañana se han encontrado con las dos pequeñas ventanas que las condiciones climatológicas han ofrecido para sacarle jugo al recorrido escocés, mientras que los de mañana-tarde no han tenido ni un solo momento de tregua. Estos ‘beneficiados’ ocupan la práctica totalidad de las posiciones cabeceras en el último major del año (a la espera de alguna gesta tardía en esta segunda ronda), y entre ellos está el líder, Shane Lowry (-7), además de la mayoría de sus perseguidores, incluido el número uno mundial, Scottie Scheffler (-2), cuya presencia augura un fin de semana en el que luchará por levantar la Jarra de Clarete, y Justin Rose (-5), el gran superviviente de la tarde. Irlandés e inglés sacando en ‘su’ major el orgullo del archipiélago británico, ese que parece a estar llamado a luchar por romper la hegemonía estadounidense en grandes durante este año (EE UU no gana los cuatro majors desde 1982).
Las condiciones más livianas de esta segunda jornada de Abierto Británico se vivieron durante las primeras horas del viernes, cuando el viento no sopló con demasiada fuerza y los greenes de Royal Troon estaban algo más receptivos. Lo aprovecharon los más madrugadores, como Billy Horschel (-3 para -2), Dean Burmester (-2 para -2) o Jason Day (-3 para -1), además de un Shane Lowry que comenzó el día con tres birdies en sus primeros ocho hoyos. El irlandés, ganador del torneo en 2019 y segundo tras la jornada inicial, amenazó con entregar una tarjeta estratosférica. Solo lo impidió el viento, que a media mañana empezó a soplar con rachas de más de 30 km/h, y un operario de cámara con el que la tomó Shane tras un mal golpe en el 11, donde acabó haciendo doble bogey después de que un aficionado encontrase su bola perdida. “Cuando estaba sobre la bola pude verte levantando tu maldita cámara. Solo apártate del camino. Solo regresa allí. ¡Maldita sea!”, le exclamó un enfurecido Lowry.
A pesar del cabreo, el irlandés fue de los que mejor se adaptó a las duras condiciones y, con cinco birdies (dos en los últimos tres hoyos), un bogey y un doble bogey, pudo entregar una tarjeta de 69 golpes, dos bajo el par de Royal Troon, para un total de -7, muy seguramente más que suficiente para llegar primero al sábado. Peor le fue al líder tras la primera jornada, el inglés Daniel Brown, aunque su +1 para -5 le mantiene en la pelea al sorprendente jugador del DP World Tour. Al que no le importó en absoluto estar en el turno malo del torneo fue a Justin Rose, quien a sus 43 años está dando una masterclass en un British Open al que accedió a través de las previas. El oro olímpico y ganador de un US Open lidió a las mil maravillas contra el fuerte viento de la tarde y rompió toda lógica: mientras que la media de las rondas vespertinas era de prácticamente 76 golpes (73,28 es el promedio de los grupos matutinos), el inglés firmó un sensacional 68, tres bajo par para -5, culminado con un gran y emotivo putt de birdie en el 18.
La de Rose es, salvo sorpresa tardía, la mejor vuelta de la jornada, igualada por otros cinco jugadores: Bily Horschel, Jason Day, Patrick Cantlay, Gary Woodland y el español Jorge Campillo, que con su +6 total aguarda a saber si superará el corte. Y quien ya está ahí, a lo bajini como dirían en Bilbao, es el número uno del mundo. Scottie Scheffler completó por segundo día consecutivo una vuelta de 70 golpes, uno bajo par, y su -2 le hace ser un hombre más que peligroso para el fin de semana. Y eso que un inoportuno bogey al 18 cortó de algún modo las alas de un Scheffler que nunca ha ganado fuera del suelo estadounidense (el Hero World Challenge, en Bahamas, no es reconocido como un triunfo oficial). No muy lejos aparecen nombres destacados, como los mencionados Horschel, Day o Cantlay, además del campeón del PGA Championship, Xander Schauffele (+1 para -1), Dustin Johnson (-2 para +1), Brooks Koepka (+2 para +1) o Collin Morikawa (-1 para +1), todos ellos golfistas con capacidad de dar mucha guerra en el moving day del sábado.
Otra decepción para McIlroy
Hasta ahí las buenas noticias, porque son muchos más los competidores que han sido duramente zarandeados por las condiciones en Royal Troon. Justin Thomas, que ayer acabó en posiciones de privilegio y soñando con cortar su mala racha, se la pegó con un duro +7 para +4. También desaparecieron de arriba Alex Noren y Nicolai Hojgaard, +4 para +2 ambos, Jordan Spieth (+3 para +3) o Adam Scott (+6 para +5). Cameron Smith, campeón del British hace dos años, no estará en el fin de semana después de una tétrica participación culminada con un +3 para +12, al igual que Wyndham Clark, que sigue habiendo brillado en majors únicamente en el US Open que ganó el año pasado, pues su +9 para +16 hace que haya muy poca gente por detrás de él.
Rory McIlroy no se pudo sumar a esta fiesta del orgullo de las islas británicas y certificó que ya pasarán 11 años sin majors (a punto estuvo de romper la sequía en el último US Open) con un +4 para +11 que le deja sin corte. Quien le arrebató ese US Open, Bryson DeChambeau, tampoco estará en el fin de semana al sufrir (+4 para +9) en un campo que requiere de una estrategia que no sea zambombazo tras zambombazo desde el tee. Además, este viernes se confirmó lo que ya se veía venir el jueves: Tiger Woods no está en este momento para superar cortes. El Tigre, que se llevó una sonora ovación en el 18 de Royal Troon, sigue peleando a sus 48 años por volver a estar entre los mejores, pero cerró su participación en Escocia con otro doloroso +6 para +14. Tres cortes seguidos fallados en majors para el ganador de 15 de ellos, cuya única alegría en grandes en este 2024 la dio superando el corte en un Masters de Augusta en el que finalizó 60º. Él ya ha dicho que lo seguirá intentando el año que viene.
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