Las notas del año en el golf: Rahm, Scheffler, Rose Zhang...
Valoramos lo mejor, y en algún caso lo peor, de la recientemente concluida temporada 2023, una con muchos nombres propios y momentos para el recuerdo.
Una año en el mundo del golf, como en la vida misma, da para mucho. 2023 no ha sido uno cualquiera. Ha sido el de la consolidación de Jon Rahm como megaestrella y el de su insospechado y disruptor fichaje por el LIV; el de la irrupción de fenómenos como Ludvig Aberg y Rose Zhang; uno con Ryder y Solheim Cup y, quizá, lo sabremos pronto, el que ponga fin al cisma que originó en 2021 la aparición del LIV. Aquí, los redactores de golf de AS valoran lo mejor, y en algunos casos también lo peor, de la temporada:
Mejor golfista
Jorge Noguera: Scottie Scheffler sería una elección fácilmente justificable, e incluso Viktor Hovland tendría algo que decir en este debate, pero voy a ir con Jon Rahm. Aunque las estadísticas de Scheffler dejan a cualquiera ojiplático, al final es el vasco el que más jugo le ha sacado a su juego a lo largo del curso. Rahmbo tiene cuatro victorias, entre ellas el Masters (dos más que el texano, que ganó The Players, una si contamos el reciente Hero World Challenge, cita no oficial), y diez top-10. Ahí Scottie, con 17 en 23 torneos, me ahorro las exclamaciones porque un dato así no las necesita, se lleva la palma. Pero por la mayor cantidad y calidad de los triunfos de Rahm (y porque su racha ‘tigeriana’ entre enero y febrero no ha tenido parangón), me quedo con él. Al final esto va de ganar, ¿no? En cuanto al golf femenino, hay que hablar de Lilia Vu. Ganar un torneo ya podría justificar una carrera entera. ¿Ganar tres, dos de ellos majors, en un mismo año? Ni siquiera estoy seguro de que haya debate en este tema.
Jaime Dávila: Con los resultados en la mano, es complicado decir otro nombre que no sea Jon Rahm. Cuatro triunfos, uno de ellos un Masters de Augusta, una racha pocas veces vista para empezar el año, papel clave en la Ryder Cup... Como bien dice Jorge, ganar lo es todo en esto del golf, y nadie lo ha hecho tantas veces como el de Barrika. Mención especial, claro, para Viktor Hovland y Scottie Scheffler, cuya candidatura a este premio bien podría ser apoyada después de una nueva victoria en el Hero World Challenge y de abrochar el número uno para un buen tiempo. Y, si hablamos de golf femenino, ahí no existe ningún tipo de debate: Lilia Vu ha sido la mejor a lo largo del año, con dos grandes en su vitrina y convirtiéndose en una de las personalidades más importantes.
Revelación del año
Jorge Noguera: Ludvig Aberg y Rose Zhang. Hacía tiempo que no veíamos a nadie irrumpir con el hype con el que han llegado estos dos al golf profesional. Ambos fueron números uno del mundo amateur y ambos han ganado este año, su primero en el PGA y el LPGA respectivamente. En el caso de Zhang, que por cierto se agenció dos títulos universitarios con Stanford (algo que ni Tiger Woods, que también estudió allí, consiguió), tan pronto como en su primer torneo. Aberg, por su parte, fue la gran sorpresa en el equipo europeo para la Ryder (Zhang fue seleccionada para la Solheim por EE UU) y no defraudó, con dos victorias en cuatro partidos, formando con el noruego Hovland una dupla nórdica que veremos mucho en ediciones futuras.
Jaime Dávila: Jorge ha decidido tirar por nombres de futuro, pero yo me quedo con el presente. Viktor Hovland y Lilia Vu son las dos respuestas correctas en este caso. Del noruego ya se sabía el tremendo potencial que atesoraba, pero encima de él estaba la duda de si tenía lo necesario para ganar en escenarios importantes. Varios hundimientos en jornadas finales y un juego corto bastante deficiente eran su gran losa. Pero Hovland se ha quitado este peso de encima a lo grande en 2023, sobre todo gracias a unos playoffs de la FedExCup prodigiosos. Tres victorias: Memorial, BMW y Tour Championship, casi nada. Lo considero revelación porque, a pesar de ser ya uno de los grandes nombres del mundo, en una sola temporada se ha ganado a pulso entrar en la terna de mejores golfistas del planeta, y ahora cuando se habla de posibles ganadores de majors el año que viene, nombrar a Hovland ya no supone que sería una sorpresa. En el caso de Vu, más de lo mismo, aunque esta venía desde más abajo. No era una de las jugadoras más conocidas en el LPGA, pero en un año ha conseguido sus cuatro primeros triunfos en el circuito, dos de ellos majors. Es una cifra con la que muchas sueñan para toda su carrera, y Lilia lo ha conseguido en unos meses.
Decepción del año
Jorge Noguera: Es cierto que Rory McIlroy ha cerrado otra temporada sin grandes, y ya van nueve seguidas estancado en cuatro, demasiadas para un jugador de su calibre. Pero no se puede tildar de decepción un año con dos victorias y 13 top-10, en el que se ha vuelto a adjudicar el circuito europeo, ahora por quinta vez, la segunda consecutiva. Así que este dudoso honor va para Justin Thomas. Su verano, con cinco cortes fallados, fuera de los playoffs del PGA, y su Ryder Cup, que jugó más por lo que fue en ediciones anteriores que por sus prestaciones en ese momento, fueron francamente descorazonadores. La parte buena es que justo antes de viajar a Roma fue quinto en el Fortinet, y desde entonces ha vuelto a poner en orden su golf. Brotes verdes.
P.D.: Esto ya estaba escrito antes del fichaje de Rahm por el LIV, que es una monumental decepción en lo extradeportivo. No por su marcha al LIV en sí, si no por la forma en la que se ha producido. Me gusta la coherencia y el vasco siempre la ha llevado por bandera, pero en este asunto ha brillado por su ausencia.
Jaime Dávila: Me cuesta, y mucho, ver a Rory como una de las decepciones del año. Básicamente porque ha seguido ganando, incluyendo su quinta orden del mérito del circuito europeo, por su papel en la Ryder Cup y porque en tres de los cuatro majors ha estado en la pelea. Si se va a lo básico de qué es una decepción, Justin Thomas encaja con la definición. Es impropio ver a un jugador de su clase fuera de los playoffs de la FedExCup, y el hecho de no pasar el corte en tres de los cuatro grandes que ha jugado es otro hecho muy a tener en cuenta. Ni siquiera la Ryder Cup, ese territorio en el que se maneja a las mil maravillas, levantó a Justin, que sí que dejó algún destello de calidad en Marco Simone, pero por lo general su dupla con Jordan Spieth no fue el tormento para Europa que era en el pasado.
Mejor español (Rahm aparte)
Jorge Noguera: El apartado masculino está muy reñido, con grandes temporadas de Pablo Larrazábal y Jorge Campillo. Los dos han ganado (en Corea y Países Bajos Pablo, en Kenia Jorge) y por momentos parecieron candidatos factibles a estar en la Ryder. Pero la tarjeta PGA conseguida por el segundo a través de la Race to Dubai declina mi balanza a su favor. En el femenino, va sin ningún género de dudas para Carlota Ciganda. Con una victoria en las Aramco Team Series de Florida y sus cinco top-10 en el PGA (incluido uno en el PGA Championship) ya tiene un caso bastante sólido, y le encumbra definitivamente su Solheim. Meter el putt que garantizaba el triunfo europeo, en casa, como colofón a una semana con varios momentos estelares de la navarra es simplemente un guion que ni el mismísimo Aaron Sorkin habría firmado.
Jaime Dávila: Carlota Ciganda es la única respuesta válida aquí. La navarra, Premio AS del Deporte 2023, puede tener el asterisco esta temporada de no haber conseguido un triunfo en el LPGA, pero más allá de eso poco se le puede reprochar. Esto, además, pasa a un segundo plano cuando se piensa en el histórico papel que desempeñó en la Solheim Cup. Parecía estar guionizado: en casa, levantando a una Europa que comenzó 4-0 abajo, ganando cuatro puntos de cuatro posibles, dando el triunfo a las suyas con el punto definitivo ante toda una Nelly Korda a la que maniató en los dos hoyos finales con golpes tremendos... La Solheim fue la coronación de Ciganda en su país, donde quizás era desconocida para algunos, pero esto le sirvió para demostrar la jugadora top que lleva siendo más de una década. Por supuesto también merecen mención los españoles ganadores en el DP World Tour: Jorge Campillo, que además logró tarjeta para el circuito estadounidense, y Pablo Larrazábal, que lo hizo por partida doble.
Mejor y peor major
Jorge Noguera: Ningún grande ha sido capaz de producir la tensión de esa última jornada (jornada y media en realidad, cortesía del mal tiempo del sábado) del Masters, con Jon Rahm y Brooks Koepka mano a mano. De hecho, el segundo golpe de Rahmbo en el 13 podría ser perfectamente mi momento del año, pero voy a reservar esa categoría, quede dicho aquí, porque la campaña ha sido fértil en escenas memorables. En cualquier caso, ni el PGA (pese al historión de Michael Block), ni el US Open (pese al estreno de Los Angeles Country Club en la rotación y esa primera vuelta con dos históricos 62 de Rickie Fowler y Xander Schauffele) ni mucho menos un British Open algo plano igualan la génesis de la primera chaqueta verde de Rahm.
Jaime Dávila: Lo lógico es escoger al Masters de Augusta, aunque seguramente más por demérito del resto de grandes que por méritos propios de un torneo que, también, estaba visto para sentencia en los últimos hoyos. Está claro que en el golf puede pasar de todo en cualquier momento, pero esta vez no pasó nada reseñable en los momentos cruciales de los cuatro grandes. El British Open podría ser el peor en cuanto emoción. Que oye, todo el mérito del mundo para un Brian Harman que fue una tremenda roca durante el fin de semana, pero es cierto que el estadounidense privó de esa intriga a un torneo que estaba resultando bien bonito. Al PGA únicamente le salva la narrativa que se generó en torno a Michael Block, y algo similar se puede decir de un US Open que acertó al visitar Los Angeles Country Club. Y eso que Augusta, que sí que tuvo una gran jornada final con la remontada de Rahm sobre Koepka, se vio manchado también por constantes interrupciones por lluvia y por el lentísimo juego de Cantlay el domingo que empañó la batalla por el título.
Mejor momento/historia (Rahm al LIV aparte)
Jorge Noguera: Ha sido un 2023 repleto de momentos conmovedores, sorprendentes y desternillantes. Podría ser perfectamente el triunfo de Camilo Villegas en Bermudas tres años después de perder a su hija víctima de un cáncer, o el impresionante placaje que se llevó Adam Hadwin de la seguridad del Canadian Open cuando se disponía a bañar en champán a su compatriota y campeón, Nick Taylor. Pero me quedo con el PGA Championship de Michael Block. Que el profesional jefe de un club del sur de California se hiciera a ratos un hueco en la parte alta de la tabla, embocara un hoyo en uno y saliera de Oak Hill convertido en una celebridad es algo que no tiene ningún tipo de sentido. Simplemente no lo vimos venir. Ni nosotros, ni él, que desde aquello ha sido invitado a varios torneos del PGA, se codea con estrellas del golf y del mundo del espectáculo como DJ Khaled e incluso ha tenido la oportunidad de jugar con Jack Nicklaus. Mayo de 2023 es definitivamente un antes y un después en la vida de Block.
Jaime Dávila: Ya lo mencionaba de alguna manera hace unas líneas, y aquí me reafirmo y lo explico. La Solheim Cup de Carlota Ciganda. Dio la sensación de estar guionizado, de ser una superproducción de Hollywood. Si le cuentan a cualquier persona lo que iba a suceder en Finca Cortesín antes de la cita, hubiese costado creérselo. Es que todo salió tan perfecto que hasta los dioses del golf decidieron que el punto definitivo, en un desenlace de infarto después de que Caroline Hedwall remontase tres hoyos de desventaja, se fuese a decidir en el partido que estaba jugando Carlota. Y es que, además, si se hubiese jugado en cualquier otra parte del mundo se habría quedado en un grandísimo papel de Ciganda y ya, pero es que lo hizo en su país, que acogía la primera Solheim de su historia. Todo salió a pedir de boca, el público se volcó con ello y acabó entregando una historia que se recordará durante muchísimo tiempo. En el PGA Tour, por su parte, ha habido grandes historias también, como los emotivos triunfos de Erik Van Rooyen, Camilo Villegas o Nick Taylor, además de momentos descorazonadores como Max Homa en el Genesis o Billy Horschel en el Memorial.
Mejor torneo regular del año
Jorge Noguera: Obviando el Phoenix Open y sus enfervorizada parroquia (y también, por qué no decirlo, el ambientazo que ofreció la visita del LIV a Australia, que nos recuerda que, incomodidades del viaje aparte, es un país infraexplotado a efectos golfísticos), voy a romper una lanza por el difunto Mundial Match Play. Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y creo que la eliminación del calendario del mejor evento profesional con este formato aparte de la Ryder y la Solheim (y con él la del magnífico Austin Country Club) es una mala noticia para este deporte. Descanse en paz. Lo echaré mucho de menos.
Jaime Dávila: Continúo con la línea de Jorge y mando todos mis recuerdos y cariño para el Mundial Match Play, una pérdida inexplicable para mí y que priva a los aficionados al golf de un formato distinto, atractivo, y bastante televisivo de hecho. Por ser original y mencionar otro torneo, quiero hacer referencia al Scottish Open, en el que se vivió una tremenda jornada final culminada por uno de los mejores golpes que servidor ha visto jamás: el de Rory en el 18. Ese hierro del norirlandés de casi 200 metros, sin apenas coger altura, para chafar la fiesta del héroe local Robert MacIntyre... Todavía no lo he superado. Y es que claro, golf en Escocia y en campo de links siempre son sinónimos de grandes torneos.
El más y el menos elegante
Jorge Noguera: Reconozco que siempre he tenido una debilidad por Justin Thomas desde los buenos viejos tiempos de Ralph Lauren, aunque últimamente le ha salido un duro competidor en Keith Mitchell (¡más viseras, por favor!). En el campo femenino, Céline Boutier y Lacoste forman un binomio espectacular. Y en el de los menos elegantes, cualquiera que haya osado salir en bermudas a un torneo profesional (no miro a nadie, LIVers).
Jaime Dávila: La clase que tiene Justin Rose no está al alcance de cualquiera. Su estilo de elegante señor inglés atrapa, y ya si se pasea por una Ryder Cup en la que se vuelve una bestia competitiva... Atrapa y mucho. Y no puedo decir nada que no sea lo que ha mencionado el señor Noguera, odio eterno al golf en bermudas.
Lo más esperado de 2024
Jorge Noguera: No se me ocurre una historia más esperada y potencialmente impactante que el acuerdo PGA-LIV-DP World Tour, se produzca o no. La fecha límite para alcanzarlo que se dieron estas organizaciones es el 31 de diciembre, aunque siempre pueden acordar una prórroga. En cualquier caso, el resultado de esas negociaciones no solo marcará el próximo año, sino que podría redefinir el panorama golfístico para las próximas décadas. Y ahí juega un papel importante el fichaje de Rahm por el LIV, que nos lleva a otro de los grandes reclamos del siguiente curso: cómo impactará a la superliga la presencia del vasco y qué será capaz de hacer en su nueva casa.
Jaime Dávila: Ver lo que era capaz de hacer Rahm en 2024 era uno de los grandes alicientes del año que viene, aunque ahora en LIV cambia todo un poco. Habrá que adaptarse a ver al de Barrika compitiendo en un formato distinto, con importancia en el juego por equipos, y puede que se resuma a que despierte interés en los cuatro majors y poco más. Y es que, sin duda, todo lo que pase en el futuro entre PGA y LIV, con el DPWT como actor secundario, es lo que más atención despierta. Más allá de eso, siempre hay que estar pendiente de Rory McIlroy, que lleva bastante tiempo acariciando el romper su sequía de grandes, y a ver si por fin lo logra. También con Carlota Ciganda, que ella misma se ve capaz de levantar el año que viene el primer major de su carrera, algo que lleva bastante tiempo mereciendo. No se puede dejar pasar, lógicamente, el nombre de Tiger Woods, que quiere jugar al menos un torneo por mes y habrá que ver a qué nivel y en qué estado físico, pero servidor tiene mucha fe en el Tigre (un pelotazo que tengo es que va a ganar un torneo del PGA el año que viene, ¿será un grande?). Por último, hay que seguir de cerca el avance de una generación dorada que tiene el golf español, con Cayetana Fernández y Paula Martín haciendo sus primeros pinitos en Estados Unidos, con Andrea Revuelta o Rocío Tejedo a punto de hacer lo propio, o con una Julia López que ya maravilló en el último British Open.
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