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GOLF | BRITISH OPEN

Historias de Hoylake, donde Seve dijo adiós al British

El golfista cántabro, tres veces campeón, se despidió en Royal Liverpool, un campo que tiene miga, con su hijo Javier de caddie.

Hoylake
Severiano Ballesteros junto a su hijo.
Getty Images

No es la única historia curiosa que se ha escrito en Royal Liverpool, pero si la más sentimental en clave española, porque fue allí donde Seve Ballesteros se despidió del British Open, el primer grande que ganó, allá por 1979, el que le convirtió en un referente mundial de este deporte.

Esa edición la jugó con su hijo Javier, por entonces un chaval de 16 años (el que aparece a su lado en la imagen que abre esta noticia), de caddie. Ya con 49 primaveras a sus espaldas, Seve no consiguió pasar el corte y un año después dio su adiós definitivo al golf profesional.

Fue también en Hoylake donde, en 1967, alzó la Jarra de Clarete el argentino Roberto De Vicenzo, primer y hasta ahora único sudamericano en hacerlo. Y donde, mucho antes, en 1930, se coronó Bobby Jones, poniendo la segunda pata a su Grand Slam, entonces consistente en el mismo año el British y el US Open y sus hermanos amateur. En 1956 lo hizo el australiano Peter Thomson, en la que era su tercera victoria consecutiva, logro solo superado por Tom Morris Jr., que hiló cuatro de 1868 a 1872 (en 1871 no se jugó).

De Vicenzo, con la Jarra de Clarete en 1967.
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De Vicenzo, con la Jarra de Clarete en 1967. Getty Images

En 1924 fue campeón otro golfista mítico, Walter Hagen, el que llevó este deporte hacia el profesionalismo, del que Gene Sarazen diría que “todos los jugadores deberían darle las gracias silenciosamente cada vez que reciban un cheque”.

Con 150 años de historia a sus espaldas, el club se sitúa en unos terrenos en los que anteriormente se corrían carreras de caballos, y de hecho la campana que anunciaba al vencedor aún se conserva en la casa club. Allí se jugó el primer British Amateur, en 1886, cuya versión femenina acogió diez años después. Y allí tuvo lugar uno de los gérmenes de la Walker Cup (el enfrentamiento bienal entre amateurs de Estados Unidos y Gran Bretaña e Irlanda), con un duelo informal entre golfistas británicos y estadounidenses tras el Amateur de 1921. Un serial con mucho pedigrí que podría sumar nuevos capítulos esta semana.