“Ganar a Rahm en el Open fue como el Alcorconazo”
El carismático marbellí atiende a AS tras su épica victoria en el Club de Campo, la que le ha convencido de que puede ganar a los mejores jugadores del mundo.
Ni Jon Rahm, ni Sergio García ni ningún otro. El golfista de moda en España es Ángel Hidalgo. Y no es para menos. Porque la victoria de este carismático marbellí de 26 años en el Open de España es de las que inspira documentales. Charla con AS desde Escocia, donde este jueves (10:50) sale en el Alfred Dunhill Links Championship, la sexta semana de las nueve seguidas que pensaba competir, unos planes que no han cambiado pese al éxtasis de su primer triunfo en el circuito europeo. El que le sitúa como un jugador a seguir muy de cerca en el futuro.
¿Cómo fueron las celebraciones?
Fue bien, nada fuera de lo normal. Salimos de fiesta y fue divertido, fue divertido. Pero tampoco se alargó mucho, mucho, mucho, porque ya ves, un domingo en Madrid tampoco hay gran cosa. O sea, si llega a ser el sábado o viernes pues se hubiera alargado mucho más seguramente, pero bueno, estuvo divertido.
¿Perdió el avión a Escocia al final?
Sí, sí, sí, lo perdí. Tuvimos que coger uno el martes.
¿Qué es lo más importante para usted de esta victoria? De todo lo que trae consigo, su primer triunfo en el circuito europeo, que le hace un nombre ya para el gran público y le da opciones también de sacar una tarjeta para el PGA. Son muchas cosas.
El creerme que puedo ganar. Al final, lo otro, o sea, la carta del PGA Tour, el hecho de la victoria, todas las otras cosas no son materiales, porque en este sentido no es material la carta en sí. Pero me quedo con el sentimiento, la sensación de poder saber que sí estoy ahí y puedo ganar, y el hecho de que la gente pueda pensar, si un domingo me ve por ahí, ‘hostia, este tío no se va a arrugar’.
El respeto que coge de cara a sus rivales, digamos.
Es que hay mucha gente con una victoria. Y la forma en la que ha sido, que ha sido contra uno de los mejores del mundo, le da un poco más de crédito.
Hay dos interacciones curiosas el domingo. La primera, ¿qué se dicen, si se puede saber, su caddie y usted en el green del 18 tras ganar el desempate?
No nos decimos nada, simplemente lloramos.
La segunda, cuando Rahm hace el birdie en el 17. Se le ve a usted aplaudirle, y después se van juntos hacia el tee del 18. ¿De qué hablaban?
Le pregunté si era necesario (se ríe). La verdad que fue un buen momento. La verdad que toda la vuelta, sobre todo los nueve segundos charlando, muy bien.
Una de las cosas que sugería ese partido estelar del domingo es que el golf español goza de muy buena salud. ¿Es esta la mejor generación nacional de la historia?
Es complicado de decir. Es verdad que Sergio (García) divide un poco dos generaciones. O sea, la suya real es la de Álvaro Quirós, Gonzalo Fernández Castaño.... Hostia, esa generación igual no son tantos los jugadores, pero sí el número de victorias. Pablo (Larrazábal) tiene nueve, después está el Pisha (Miguel Ángel Jiménez) también... Entonces en victorias posiblemente sea esa antes que la que yo estoy viviendo ahora, porque es verdad que en número de jugadores ahora somos muchos, pero en número de victorias ni nos acercamos a la anterior. Nada más que con Sergio y con Miguel Ángel ya son muchas. Y si encima les juntas las siete de Álvaro (Quirós), que encima no son victorias cualquiera, una de ellas es en Dubái... Luego Gonzalo, Campillo también... Si queremos partir de la base de Sergio, por así decirlo, somos más, pero con menos victorias.
Es de suponer que la catarata de Whatsapps habrá sido importante ¿Hay alguna felicitación o algún mensaje que no se esperase o que le haya sorprendido especialmente?
Pau Gasol. Me mencionó en su Instagram, y luego vi que Nadal había compartido publicación y me puso un comentario en el post. Con eso me puedo morir tranquilo, porque para mí Rafa es todo en el deporte, ya no solo español, en el deporte mundial. Junto a Tiger, para mí son los dos más grandes de la historia. Entonces ostras, que uno encima sea español y te siga y tal... Luego recibí un mensaje de un vídeo de Alcaraz. La verdad que fue un sueño porque hace nada, literalmente hace diez días, estaba viéndolos a ellos competir. Los seguía, a Carlos en la Laver Cup y todo esto, y ahora que cojan y te feliciten de esa forma pues la verdad que joder, es algo increíble.
Por seguir con los contrastes. En 2023 ve a Rahm como espectador ganar el Masters, y año y pico después le gana en un playoff por el Open de España. Lo que es la vida.
Y si quieres hacerlo más increíble aún, le seguí en el Club de Campo cuando ganó en 2022. Sí, sí, hombre, la película es la hostia. Se cuenta sola. Además, por todo. O sea, que sea en Madrid, que llegue, que encima compita a buen nivel... Todo el mundo sabe que no estaba al 100%. No pudo preparar el campo, igual que yo ahora en Escocia, pero bueno al final tiene que salir y competir. Que fuera el último partido, con los altos y bajos que hubo en la vuelta entera, porque empezó como un relámpago Puig, y nos dio hostias por todos lados porque no empezamos para nada finos, luego de repente Jon y yo pegamos un sprint a partir del 8, luego nos igualamos otra vez, de repente estoy por delante y, cuando aparecía que lo tenía, birdie-birdie de Jon y yo fallo el putt del 18 y es como ‘hostias, vaya barullo’. Luego en el playoff tengo que meter el putt de dos metros para seguir vivo, lo meto y otra vez para abajo para el tee del 18. Y hostias, ya se empezaba a notar cómo las piernas quemaban subiendo la cuesta. Es más, cuando está Jon aprochando en el segundo hoyo de playoff me voy a por el principal referee, que era Zamora (José María, una institución en el circuito) y le digo, ‘oye José, si volvemos a empatar otra vez, por favor nos tenéis que subir en buggy al green’. Porque realmente el 18 es un par 3 muy largo, entonces no le veía el sentido a que tuviéramos que andar. Primero por tema televisión, que llevaban todo el día con que íbamos lentos por televisión. Y yo estaba muerto, estaba echando las últimas gotas de sudor. Fue todo muy épico, y el hecho de ganar a Rahm en el playoff es la típica historia del niño que gana su ídolo, del Alcorcón que gana al Madrid. Se escribe solo.
Una feel good story, ¿no?
Totalmente. Ni director, ni guionista, ni hostias.
Estirando el chicle del cuento de hadas. En tres años ha pasado del Alps (la tercera división europea) a que estemos hablando de que en noviembre igual es jugador del PGA Tour. ¿En esos tres años se sintió capaz de competir y ganar a los mejores, o lo pensó por primera vez el domingo?
No tiene nada que ver. Llegas aquí y te das cuenta lo primero. O sea, tienes dos formas de verlo. La primera, ves que son humanos, o sea, que no son robots. Pero a la vez te das cuenta de que no fallan, y cuando fallan, fallan bien. Eso es muy jodido de asimilar. Y luego alguien como yo, que quieras que no mis últimos años amateurs son muy buenos. Con España ganamos el Europeo, luego representé a Europa, luego en el Mundial medalla de bronce... Te acostumbras a ganar y de repente llegas a un tour, que es lo que me pasó a mí en el Alps, y yo tardé tres años en ganar en el Alps. Y ya no es que tardé tres años, es que no era capaz de pasar cortes. Entonces es como una torta de realidad. Luego es verdad que en el Challenge, por suerte, estuve muy poco tiempo porque fui capaz de sacar la carta del European Tour. Pero luego cuando te asientas en el circuito, juegas bien y de repente, pues como lo que me pasó hace dos semanas en Wentworth, quedas el 56. Y otra semana juegas bien y quedas el 38, y otra quedas el 42, y te tiene que salir todo para quedar octavo, y dices tú, ‘hostia, ¿qué cojones tengo que hacer para ganar?’. O sea, ya no ganar, verme que puedo ganar. Entonces, eso es para mí lo más jodido, luego si estás para ganar al final es como todo. La presión para mí está cuando el viernes tienes un putt de tres metros para pasar el corte. La presión del putt del primer hoyo de playoff el otro día pues bueno, sí, había presión evidentemente porque te estás jugando la victoria, pero si luego lo analizas dices, ‘hostia, es que lo hubiera firmado en cualquier momento’. O el año pasado, cuando en el último torneo salí el viernes, que si pasaba el corte sabía que sacaba la tarjeta. Si fallaba, posiblemente la perdía. Eso sí es presión. O sea, lo de este domingo, disfruté como un puñetero enano. Porque te estás jugando ganar, que tal vez es a lo que vienes.
Y a malas eres segundo.
Y aunque quedes quinto, pero es que llegas el viernes, fallas y tienes que esperar seis días más para empezar el siguiente torneo. Que se hace muy largo. El fallar cortes se hace muy largo. Y esa sensación de impotencia es lo peor.
Vamos un poquito más atrás, a sus orígenes. ¿Cómo le pica el gusanillo del golf?
Pues bueno, todo empezó porque mi bisabuelo era caddie en Aloha, Las Brisas y campos de alrededor, de la época en que venían famosos y tal. Y bueno, a raíz de ahí, mi padre y mi abuelo pues iban allí, sobre todo mi padre, a pegar bolas y me llevaba. O sea, tengo un millón de fotos de pequeño y tal. Allí es donde empecé, y luego cuando nos mudamos con tres años a Marbella, nos hicimos socios de Guadalmina y es donde fui a la escuela, y ahí es donde empezó todo.
¿Por qué le dicen ‘El Rata’?
Mi caddie, Win. Compartíamos habitación cuando competíamos los dos. Por eso yo creo que tenemos tan buena relación. Y todo fue por mi forma de jugar. Sigo siendo mucho así, pero puedo competir más en ese sentido. Es por el estilo, que era muy ratero. Que de cualquier lado te sacaba un golpe, de cualquier lado era capaz de liártela, y era como ‘hostia tío, eres una rata’.
Volviendo a lo que hablábamos del PGA. Jorge Campillo decía que lo veía más como algo para completar calendario, pero que tampoco es un salto exponencial teniendo en cuenta que la tarjeta no da acceso a los mejores torneos. ¿Está de acuerdo?
No es la mejor de las oportunidades pero bueno, en tema económico evidentemente son siete pasos por encima de Europa, y en tema puntos de ranking mundial también. Entonces bueno, es una buena oportunidad y ojalá pueda jugar lo suficientemente bien de aquí a final de año por lo menos para poder elegir. Otra cosa ya es que luego vaya a jugar todos los torneos o no, pero el hecho de poder elegir y decidir dónde jugar pues te da muchas opciones.
Ahora va a jugar el Dunhill y allí van a estar Jay Monahan y Yasir Al-Rumayyan.
Vi los pairings y nos sorprendió muchísimo. Yo soy muy friki, me gusta verlos antes, entonces he visto que el sábado juega Rory con Yasir.
El jueves Monahan y Yasir y el viernes Monahan y Rory.
Es acojonante.
Se entiende, por declaraciones que ha habido últimamente y por esto también, que se está entrando un poco en la fase final de las negociaciones PGA-LIV. ¿Cómo le gustaría que fuese el acuerdo final?
En mi opinión el European perdió un gran acuerdo con el LIV. Porque al LIV le interesa que sus jugadores tengan torneos con puntos de ranking. Y al European Tour que le vengan Mickelson y Dustin Johnson de repente a Sotogrande, y al Open de España Koepka y dos más, era un acuerdo increíble. No sé por qué no se firmó y no sé si es verdad lo de que ya tenían un acuerdo con el PGA. Al final yo creo que aquí estamos perdiendo todos, no solo el LIV. El peor parado es el European Tour, evidentemente. Eso está claro. Pero bueno, veremos cómo acaba. Después de ver el emparejamiento este, parece que está muy avanzado y se hacen un poco los longuis todos. El dueño del LIV juega con el jefe del PGA y no pasa nada. Veremos a ver qué pasa y bueno, al final no te sé decir, o sea, ni yo mismo te sé decir lo que vendría bien para todos. Si cada uno está separado es malo para todos. Si todos se juntan la gente va a decir que no es justo porque los jugadores del LIV vuelven después de ganar todo ese dinero. Entonces, al final, yo creo que se haga lo que se haga, nadie va a estar contento.
¿Se ha hablado demasiado en los últimos dos, tres años de lo que ganan los golfistas y poco de golf?
Hombre, con el LIV sí, evidentemente. Vende mucho, al final no sé fuera, pero en España es verdad que el tema dinero es de las cosas más morbosas. Poner en un titular ‘Rahm firma un contrato de 500 millones’, pues evidentemente todo el mundo sabemos que eso vende. Pero él también se ha ganado valer eso en ese sentido. Él ha hecho sus méritos, ha ganado un Masters, un US Open y más torneos por todo el mundo. Entonces bueno, por desgracia se habla más últimamente del dinero que de los éxitos, pero bueno, al final es lo que vende, lo puedo llegar a entender.
¿El golf es un deporte de ricos/pijos?
En mi opinión, no. Yo sé de dónde viene mi familia y te puedo asegurar que mi familia se tiene que hipotecar para que su hijo pueda intentarlo. Actualmente es verdad que con que alquiles un juego de palos y dos fichas en un campo de prácticas te puedes ir a pegar bolas y echar la tarde de puta madre. No creo que te cueste más de 15 euros. Luego vas a los bolos, te dejas 50 pavos y nadie se ha quejado de qué caro es la bolera, por así decirlo. Y ya no te pongo ejemplos como la hípica. Antiguamente te lo puedo comprar, que era muy como de la élite, pero yo creo que se ha interpretado mal. Eso se interpreta porque muchos famosos juegan al golf, y yo tengo la suerte de conocer a mucha gente que es muy importante o famosa o como quieras llamarlo, y el tema no es que lo hagan porque lo hacen los ricos. Lo hacen porque es lo que más paz les da. A una persona que está todo el día en su trabajo, en su oficina metido, agobiado y tal, le das dos horas en un campo de golf sin que nadie le moleste, él solo con sus colegas, y eso al final gusta a todo el mundo. Por eso se ha malinterpretado en mi opinión ese aspecto.
El mejor campo que ha jugado.
A mí me encantó Pebble Beach cuando jugué el US Amateur. Después se jugaba el US Open y nos cogieron un poco como ratas de laboratorio. Estaba increíble el campo. Pero siempre he dicho que tengo debilidad por Valderrama.
El campo que más le apetece jugar.
Augusta.
Dijo en el Open que le había hecho especial ilusión jugar en su día con Poulter.
Salvando evidentemente los kilómetros de distancia que hay entre nosotros, me identifico mucho con él. El otro día, cuando hice una entrevista en Ten Golf, me decían que me metían en la misma habitación que Pablo Larrazábal, por la forma de jugar, por las ganas, por la forma que tenemos de cada vez que podemos sacar el puño... Y yo creo que el coach de esa habitación es Ian. Sin duda. Es Ian Poulter. Sí, es que le he visto en la tele tantas cosas que ni Rory, que ni Tiger... Porque Tiger en la Ryder no ha sido capaz de demostrar su nivel nunca. Rory sí, pero como que lo de Medinah se quedará yo creo que para todo el mundo en la retina y Poulter fue el artífice.
¿El jugador con el que más ganas tiene de jugar una vuelta?
Me la hicieron ya hace un tiempo esa pregunta y creo que la mantengo porque además lo intenté en el British y por el tema de los retrasos que tuvo y tal no podía. Con Bryson DeChambeau.
Su mejor amigo en el circuito.
La verdad que los españoles es un grupo increíble, es de las cosas que la gente menos sabe o piensa, al ser un deporte individual, que al final jugamos unos contra otros. Nos llevamos todos súper bien, quedamos muchísimo para cenar, para las vueltas de entrenamiento... En ese sentido creo que somos el grupo más fuerte, porque los ingleses como que tienen su grupo de dos o tres y ahí van a morir con eso. Los suecos igual, los daneses igual, entonces no te sabría decir. Los hermanos Elvira (Nacho y Manuel), con Campillo tengo una relación increíble y he entrenado con él hoy (por este miércoles) por ejemplo, ‘El Chino’ Sebastián García, Iván Cantero... El tema es que al final con muchos de ellos he compartido vida amateur, porque con Manuel Elvira e Iván Cantero he compartido Europeo, con Del Rey también... Entonces elegirte a uno se me hace difícil.
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