Camilo Villegas, nueve años después: gana en memoria de su hija
El colombiano, que llegó a ser número siete del mundo, vence en el PGA Tour por primera vez desde 2014. Hace tres años perdió a su hija de 22 meses por un cáncer.
“A pesar de no poder cambiar lo que ha pasado, miraremos hacia el futuro con el recuerdo Mia a nuestro lado”, dijo Camilo Villegas en agosto de 2020. Unas semanas antes, el 26 de julio, su hija de 22 meses, Mia, falleció después de una larga batalla contra varios tumores en su cerebro y columna vertebral. El golfista colombiano, que por aquel entonces tenía 38 años, no tiró la toalla y, a pesar de estar lejos de sus mejores temporadas, volvió a competir un mes después. Tres años más tarde, Villegas regresó al círculo de ganadores del PGA Tour, en el que no estaba desde 2014, al conquistar el Bermuda Championship siendo el 318º del mundo. Lo hizo con Mia en el recuerdo.
“Es difícil encontrar las palabras. Vaya camino. Amo a este deporte, me ha dado muchas cosas geniales, aunque en el proceso te golpea en el culo. La vida me ha dado muchas cosas geniales, y en el proceso también me ha golpeado. Mi pequeña está ahí arriba, mirando”, dijo un emocionado Camilo Villegas en el green del 18 del Port Royal Golf Course. El colombiano no conocía la victoria desde el 17 de agosto de 2014, cuando se impuso en el Wyndham Championship. Más de nueve años de espera, y con un tremendo drama personal de por medio, el de Medellín vuelve a morder metal en el circuito más importante del planeta.
Acostumbrado ahora a jugar en torneos de menor entidad, como el propio Bermuda Championship, o incluso a bajarse al barro del Korn Ferry Tour últimamente, Villegas sabe lo que es estar en la élite del golf mundial. En 2008 se produjo su explosión deportiva, con victorias en dos playoffs de la FedExCup, BMW Championship y Tour Championship (superó a Sergio García en el desempate), además de un noveno puesto en el US Open y un cuarto en el PGA Championship, su mejor registro en majors. El tsunami de éxitos le aupó a la séptima plaza del ranking mundial, en el que estuvo dentro del top-10 durante más de 30 semanas.
Villegas se convirtió en una estrella internacional, sobre todo en Sudamérica, donde era la clara referencia golfística. A pesar de un bajón en 2012, cuando tuvo un estatus condicional en el PGA Tour después de un mal año, el colombiano reingresó en el circuito norteamericano y celebró en 2014 su cuarta victoria en el mismo. Sin embargo, desde entonces los resultados y sensaciones no llegaron, y Camilo se convirtió en un ‘jornalero’ del golf, peleando por cada presencia en cada torneo. Pero nunca se rindió. “Hay que creer en la energía. Yo tengo a la mía ahí arriba, mirando y sonriendo. Está donde necesita estar después de una larga lucha. Ha sido una semana divertida”, dijo este domingo, al ganar el Bermuda Championship con una tarjeta de -24 (iguala el récord del torneo), dos de ventaja sobre Alex Noren.
En medio de los tiempos difíciles que atravesaba Villegas en el campo, en febrero de 2020 llegó también una pesadilla fuera del verde. Él y su esposa, María Ochoa, notaron que algo no iba bien con su primogénita y única hija por el momento, Mía. “Ella siempre era como un monito, trepando en todo. Pero un día me di cuenta de que no trepaba en nada. También había estado llorando un poco más de lo normal por la noche. Le habían salido los dientes, así que la llevamos al pediatra, pensando que era eso”, recordaba el golfista durante una rueda de prensa hace años. Después de ser operada por varios tumores en la cabeza y columna vertebral, los problemas no cesaron para la pequeña.
“Se dieron cuenta de que el crecimiento se había vuelto bastante agresivo. Nos dijeron que teníamos que empezar el tratamiento de inmediato”, explicó un destrozado Villegas. “Ella quiere jugar. Es una niña. Es joven e ingenua, pero también es muy dura. Simplemente no lo sabemos. Los médicos explicaron que a veces los tumores crecen y desaparecen rápidamente”. A pesar de los esfuerzos, Mía falleció en julio con tan solo 22 meses. Todo el mundo del golf se volcó con Camilo, homenajeando a su pequeña en varios torneos. De hecho, un gran número de jugadores compitieron durante unas cuantas semanas con pines u otros distintivos de un arcoíris, algo que Villegas había dicho que le encantaba a su hija.
El de Medellín decidió seguir adelante, continuar peleando por hacerse un hueco en el PGA Tour. Volvió a competir un mes después de la pérdida de su hija, y recibió el cariño de todos sus compañeros. El mismo que se le brindó este fin de semana, con figuras como Adam Scott esperando para felicitarle por su victoria. “Quiero dar las gracias a todos los que me han apoyado en este viaje, he dado lo mejor de mí y hemos llegado hasta aquí. El apoyo ha sido increíble. La cantidad de mensajes que he recibido esta semana, tenía 500 y todavía no había ganado el torneo. He sentido la energía, todo el mundo en la isla ha sido genial y me apoyaba”, describió el que este lunes aparecerá como 162º del OWGR, escalando 156 posiciones. Hace un par de semanas era 223º de la FedExCup, a punto de tener que competir en la Q-School por una tarjeta del PGA Tour. Ahora, tras la victoria y un segundo puesto la semana pasada, se ha ganado la tarjeta y una exención hasta 2025.
Un año después de perder a Mía nació Mateo, su segundo hijo. “Seguro que estará saltando como un loco”, contó con una sonrisa en Bermuda. Hasta volver a saborear una victoria ha habido mucho trabajo de Camilo, sobre todo con su psicólogo, Eugenio. “Me dijo al empezar que podía volver a ganar en el PGA Tour. No le creí, para ser sincero, pero aquí estamos”. Y todo lo hizo, como él mismo dijo hace años, con Mía en el recuerdo. Nada más embocar su último putt este domingo, Villegas apretó el puño mirando fijamente al cielo. Una victoria para ella.
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