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NATACIÓN | BUDAPEST 2022

Francia tiene otro Mbappé

Leon Marchand, de 20 años, ganó los 400 estilos y se quedó a solo cuatro décimas del histórico récord de Michael Phelps.

Actualizado a
Leon Marchand.
Tom PenningtonGetty

El nombre de Leon Marchand sonaba con fuerza desde hacía años, sobre todo cuando decidió emigrar a Estados Unidos para entrenarse con Bob Bowman. Hasta Michael Phelps quedó prendado de sus capacidades y le felicitó por redes sociales una vez arrasó en los campeonatos universitarios. Nadó la final de Tokio 2020 en esos 400 estilos que inmortalizaron al estadounidense, el mejor de siempre, y en este Mundial de Budapest el nadador francés ha explotado con un oro fabuloso, a solo cuatro décimas del estratosfético récord mundial de Phelps que parecía de otro planeta. Récord de Europa. Segunda mejor marca de la historia. Francia saca otro Mbappé, este del agua.

No hubo debilidad en Marchand, una genética de pez. Su padre Xavier fue plata en 200 estilos en el Mundial de Perth de 1998 y su madre Celine consiguió ser olímpica en Barcelona 92. No podía augurarle otro futuro que no fuera el del cloro. Así, con ese poso que circula por sus venas, Marchand pasó tercero en la posta de mariposa, impotente por la calle 4, con una técnica depurada, tranquilo, dominando la carrera. Siguió segundo en el tramo de espalda, aguantando al otro joven y a la postre medalla de plata Carson Foster. La braza, prueba que controla, le llevó a la primera posición. Hasta los 350 metros, Marchand nadó medio segundo por debajo del récord de Phelps.

El francés se distanció justo ahí, cuando las fuerzas flaquean... menos para los elegidos. Era él contra el récord como si fuera un experto en grandes citas cuando apenas es un universitario que lleva dos años codeándose con los mejores. No frenó, siguió metiendo pies y manteniendo el estilo, hasta que detuvo el cronómetro en 4:04.28, récord de los Campeonatos, a poco más de cuatro décimas del de Phelps obtenido en los Juegos de Pekín de 2008 (4:03.84). Francia se frota las manos a dos años de los Juegos de París. Y Bob Bowman vuelve a pulir un talento inaudito. Sus 400 estilos en la sonora piscina del Duna Arena que tanto vibró con la prueba y sus golpes furiosos contra el agua después de ver el tiempo así atestiguan la grandeza de la que ya será una de las carreras de los Mundiales. La plata fue para Foster, con un tiempo de 4:06.56 y el bronce para el campeón olímpico Chase Kalisz (4:07.47).

McIntosh, Ledecky y Smith.
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McIntosh, Ledecky y Smith.ATTILA KISBENEDEKAFP

Ledecky, a la caza de Ona

El primer récord, cómo no, lo batió la reina de la natación. A Katie Ledecky no le alcanzó para batir el mundial, que ella mismo posee desde los Juegos de Río, pero sí logro el de los Campeonatos en una carrera brillante dominada de principio a fin, con un tiempo de 3:58.15. La neoyorquina, que ha cambiado de entrenador este año, mantiene el nivel competitivo una década después de su irrupción fulminante, y ya se sitúa con 19 medallas mundiales a solamente una de su compatriota Natalie Coughlin y a cuatro de Ona Carbonell, la acuática con mejor palmarés en cuanto a cantidad.

Ledecky marcó parciales bajos desde el comienzo, a ritmo de récord mundial. “Es fantástico y estoy muy feliz. He cambiado de entrenador y quiero volver a conseguir el récord del mundo. Estoy en la dirección”, dijo ambiciosa. Sus rivales poco a poco fueron quedando atrás menos la prometedora última producción de Canadá, Summer McIntosh, de 15 años, que nadó esta prueba más rápido que Ledecky a su edad y paró el cronómetro en 3:59.39. El futuro de McIntosh asusta. Hace un año, la canadiense, a sus 14 años, logró 4:02.02 y fue cuarta en los 400 olímpicos. En un año ha rebajado tres segundos su marca y es capaz de tutear a Ariarne Titmus y Ledecky. El bronce se colgó la estadounidense Leah Smith, con 4:02.08, un mundo.

No participó Ledecky en el relevo 4x100 libre con su país, que fue tercero con un tiempo de 3:32.58, por detrás de dos escuelas inagotables como son la canadiense (3:32.15) y Australia, que pese a no tener a su reina en Tokio, Emma McKeon, logró otro oro con suficiencia (3:30.95). Sacan nadadoras de debajo de las piedras.

Martens, Winnington y Costa.
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Martens, Winnington y Costa.ANTONIO BRONICREUTERS

La locomotora Winnington y la ovación a Hosszu

Otro talento de Quensland, Goald Coast. Eliminado Mack Horton en los 400 libre, quien fuera campeón olímpico en Río 2016, las miradas de Australia, el país con más nadadores que canguros, se centraron en Elijah Winnington, el talento de 22 años que ya fue bronce en el relevo 4x200 libre en los Juegos de Tokio 2020. Pero el segundón del equipo se ha convertido en una locomotora, el primer vagón del equipo. Nadó una carrera soberana, un pulso con otro talento, el alemán y de Arena Lukas Martens, a quien solo le faltó esos metros finales para llevarse el oro.

Hasta los últimos 100 metros, ambos nadadores, por la calle 5 y 6, nadaban por debajo del récord mundial. No es una novedad teniendo en cuenta esos 400 libre cuyo récord sigue en poder de Pual Biedermann desde 2009, el mejor abanderado de aquellos bañadores mágicos. Nadie ha podido superar sus 3:40.07, pero poco les falta a Winnington y Martens. El alemán adelantó al australiano a los 250 metros, pero Winnington aguantó la estela y atacó con un último 50 espectacular, que nadó en 26.50 para tocar pared con 3:41.22, una de las mejores marcas de siempre.

Caeleb Dressel.
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Caeleb Dressel.Quinn RooneyGetty


Dressel se ha metido en la final de los 50 mariposa con el segundo mejor tiempo (22.79)

El alemán fue segundo con 3:42.85, llegó desfondado. Casi le arrebata el bronce el sorprendente brasileño Guilherme Costa, con un último 50 de 26.38 y un total de 3:43.31. El australiano nadó dos segundos más rápido que el campeón olímpico, el tunecino ausente y de 19 años Ahmed Hafnaoui. Su marca fue la tercera más rápida de la historia de los Mundiales y la más veloz desde 2012.

Dressel sumó su primero oro en el relevo 4x100 libre que ganó Estados Unidos con un tiempo de 3:09.34, por delante de Australia (3:10.80) e Italia (3:10.95). Y, anteriormente, se había metido en la final de los 50 mariposa con el segundo mejor tiempo (22.79), solamente superado por el británico Benjamin Proud (22.79) y empatado por el italiano de Arena Thomas Ceccon. La semifinal contó con una noticia impresionante. Sobre la bocina, el brasileño Nicholas Santos, de 42 años, se ha colado en la final mundial y aspira a ser el nadador más longevo en ganar una medalla.

En las semifinales de los 100 mariposa, la estadounidense Torri Huske logró el mejor tiempo (56.29) seguida por la francesa Marie Wattel (56.80). Mientras que en los 100 braza masculinos el mejor tiempo ha sido para el italiano Nicolo Martinenghi, con 58.46, mejor que el estadounidense Nic Fink, con 58.55. Pero la semifinal más emotiva fue la de los 200 estilos femeninos. Katinka Hosszu, a las puertas de abandonar la natación, logró colarse con el octavo mejor tiempo en la final (2:10.72). El Duna Arena se cayó abajo para homenajear a la que ha sido su nadadora más icónica desde Kristzina Egerszegi.