El sueño americano de Carolina López-Chacarra
La madrileña, campeona universitaria con Wake Forest en su segundo año en Estados Unidos: “Ha sido un trabajo duro, pero ha merecido la pena”.
La promesa de nuevas oportunidades, de una vida mejor, es lo que a lo largo de su historia ha convertido a Estados Unidos en tierra de inmigrantes. El American Dream, el sueño americano que ha vivido en los dos últimos años Carolina López-Chacarra.
La madrileña de 20 años, que en 2022 decidió cruzar el charco para potenciar su juego en el exigente sistema universitario norteamericano, se proclamó a finales de mayo campeona de la NCAA con Wake Forest, la universidad de Carolina del Norte de la que salieron, entre otros, Arnold Palmer, Len Mattiace, Will Zalatoris o Jennifer Kupcho. Esta última, ahora convertida en una estrella del LPGA, bien podría ser acicate para Chacarra, que en dos años en el centro suma dos triunfos individuales y ahora este título nacional, el primero para el programa femenino de los Demon Deacons.
“Este triunfo viene por todas las horas de entrenamiento que hemos echado. Es una sensación increíble, difícil de explicar. Hemos sabido superar las siete rondas, con mucho calor, viento, salidas por la mañana y por la tarde... Es un trabajo duro, pero merece la pena”, explicó sus emociones tras la victoria Chacarra, 28ª en un ranking mundial amateur en el que Madrid está muy representada: la número dos es Cayetana Fernández, cuya hermana Blanca también jugó las finales de la NCAA, ella con Texas A&M, precisamente la víctima de Wake Forest en semifinales.
Las tres forman parte del constante éxodo de jóvenes jugadores europeos hacia las universidades estadounidenses (Carlota Ciganda, Azahara Muñoz, Jon Rahm o Eugenio López-Chacarra, el hermano de Carolina, son ejemplos españoles de éxito), un proceso en el que no solo reciben, también aportan. “Las europeas son extremadamente importantes. Cuando vienen ya entienden el golf por equipos, que aquí es menos común, y trabajan duro. Su cultura golfística es muy útil para ganar aquí”, confiesa Kim Lewellen, entrenadora de Chacarra en Wake Forest, que cuenta cómo ha contagiado el entusiasmo español al resto de compañeras: “Adoro a Chacarra. Ahora todas dicen “¡Vamos!” cuando mete un putt. Es extremadamente trabajadora”.
Por ahora, los planes de futuro de Carolina están claros, y no pasan por ningún cambio. Tiene los pies en la tierra. “Quiero acabar la universidad y hacerme profesional. Espero poder cumplir mis sueños”, cuenta. El americano ya lo ha experimentado.