El ‘gegenpressing’ de la España infalible e innovadora de Martín
La Selección de waterpolo racionaliza el estilo kamikaze de Japón e introruce ideas creativas de otros deportes colectivos como el fútbol o el hockey como la presión tras pérdida.
“La gente creía que iba a ser fácil”, dijo David Martín, afónico como de costumbre después de un partido. No le falta razón al seleccionador español que desde que llegara en 2017 al cargo, justamente en el anterior Mundial celebrado en Budapest, en esta misma piscina de Isla Margarita, ha conseguido que esta España sea la más infalible, pues ha alcanzado las semifinales en los cinco torneos disputados. “Hace unos años ganar a Montenegro ya era una satisfacción. Ahora, ganamos sufriendo y estamos descontentos”, explica un miembro federativo. Esa sensación es la que ha provocado la exigencia y la fiabilidad del equipo de Martín, que buscará la final este viernes a las 19:30 (la FINA ha decidido cambiar el horario) ante Croacia.
El partido ante Montenegro demostró de nuevo el cuajo de España ante el descaro balcánico, un “equipo joven que jugaba sin presión y que ha hecho un partidazo, sobre todo en defensa”, como valoró el seleccionador. Blai Mallarach, que al comienzo del ciclo se quedó fuera del equipo pero que su gran temporada le ha servido para volver, fue el autor del 7-5, el tanto que dio la tranquilidad hasta esos sufridos instantes finales. “Nos pusieron en problemas. Nosotros hemos mantenido el bloque y otros equipos se han renovado. Llevamos la etiqueta de favoritos y eso a veces no es bueno. Intentamos exigirnos sin que haya algo añadido. Hemos probado las medallas y no queremos caernos del podio”, valoró el zurdo, que ya estuvo en el Mundial de Roma de 2009 y suma dos platas mundiales.
La España infalible es también la de la innovación, capaz de combinar distintas defensas, ataques o presiones en un mismo partido, como se vio ante Montenegro. “El pressing de Japón es ahora el pressing de España”, explicó a AS Dejan Savic, técnico de Serbia. Martín ha copiado el modelo japonés, que lleva años sorprendiendo al waterpolo. Los nipones no se encierran en zona sino que presionan hombre a hombre a toda la piscina y desde el comienzo de la jugada. De hecho, los jugadores se colocan por delante de los jugadores para tapar las líneas de pase e intentar anticiparse. Eso provocó un cortocircuito en los equipos de waterpolo. Ahora España ha matizado esas ideas suicidas.
“Lo de Japón es una locura porque ellos no repliegan y son débiles en el uno contra uno. Son kamikaces. España en cambio tiene claro que cuando el rival ha avanzado o se dispone a jugar con el boya, tienen que cerrarse en zona”, explica Dani Ballart, técnico del CN Mataró femenino. El propio seleccionador español considera que “es como la presión tras pérdida del fútbol. El objetivo es tapar las líneas de pase, llevar al rival a una fatiga importante y retardar la llegada a nuestra portería. Cuanto menos defendamos en zona, mucho mejor”.
“La presión tras pérdida” de Guardiola o de Klopp
Cada deporte tiene sus características pero se pueden absorber ideas unos de otros, como esa presión tras pérdida que popularizó Josep Guardiola en el Barcelona o, con otros estilo pero con la misma intención, Jurgen Kloop en sus equipos, conceptos que ya se utilizaban en el hockey anteriormente. El propio técnico alemán define así, en sus múltiples conferencias, el concepto del ‘Gegenpressing’. “Te permite recuperar el balón más cerca de la portería. Estás a solo un pase de una muy buena oportunidad. Ningún creador de juego en el mundo puede ser tan bueno como una buena situación de gegenpressing, y por eso es tan importante”, comenta. Entre el waterpolo y el fútbol hay muchas diferencias. El número de jugadores, la superficie y el límite de posesión. Pero al final como cualquier juego colectivo todo se reduce al tiempo y al espacio.
“Cuando el balón lo tiene el portero rival o España ha marcado, la idea es ponerse entre el atacante y la pelota. El objetivo es que el balón vaya hacia los costados, y con esa presión lo primero que se busca es recuperar el balón y lo segundo es que tarde lo máximo posible en llegar cerca de la portería o en que el rival pueda jugar con el boya”, explica Ballart. Al reducir el tiempo de atacar en zona, la estrategia habitual de los equipos para forzar exclusiones o poder realizar ataques automatizados, España genera estrés en su oponente y se toman peores decisiones. Ante Montenegro, la España de Martín dio algunas pinceladas de otra idea innovadora de su juego. Este viernes ante Croacia, otra guerra, con o sin ‘Gegenpressing’.