El 2025 de Tiger Woods es un misterio
El Tigre, que ejerce de anfitrión en el Hero World Challenge esta semana, no se pone fecha de retorno tras someterse a cirugía por enésima vez.
Un asterisco constante. En eso se ha convertido la recta final de la carrera de Tiger Woods en el golf de élite. A sus 48 años, y tras someterse en septiembre a cirugía por enésima vez, de nuevo en su maltrecha espalda, el Tigre no quiso ponerse fecha de regreso en su comparecencia ante los medios con motivo del Hero World Challenge, el torneo de exhibición que apadrina y que celebra su 26ª edición de jueves a domingo en el Albany Golf Club de Bahamas con estrellas de la talla de Scottie Scheffler, Justin Thomas, Patrick Cantlay o Wyndham Clark.
“No estoy preparado para un torneo aún. No he llegado a ese punto", aseguró el californiano, que antes de entrar en quirófano para tratar esa zona de su cuerpo por sexta vez, esta para una microdescompresión en la espina lumbar, había protagonizado contadas apariciones en torneos oficiales a lo largo de este 2024. Su hoja de servicios se resume en una vuelta del Genesis (del que se tuvo que retirar por un proceso gripal el segundo día) un Masters completo pero al fin y al cabo el peor de su carrera, que terminó en el 60º puesto, y cortes fallados en US Open, PGA Championship y British Open. Un curriculum que confirma lo que se barrunta desde hace tiempo, que asistimos al (forzado) ocaso del golfista más importante de este siglo, y uno de los de más importantes, si no el que más también, de la historia.
“Cuando esté listo para competir y jugar al nivel de los mejores del mundo, lo haré“, añadió Tiger, que cumplirá 49 este mes e, independientemente de cuándo vuelve a competir, restringirá mucho su actividad, como ya anunció en su día. Prácticamente a los cuatro grandes y a torneos con los que tiene un vínculo estrecho, como el Genesis, del que también es anfitrión, o The Players, el torneo regular más importante del calendario. Su mundo ideal, dijo entonces y repitió este martes, sería competir “una vez al mes”.
“Según iba avanzando el año el problema empeoraba hasta el punto de que ya los tratamientos y las fases de descanso no tenían efecto. No me encontraba nada bien, y las pruebas que me hicieron confirmaron esto", desgranó los motivos que le llevaron a optar por enfrentarse de nuevo al bisturí. Ahora, incógnitas: “Realmente no sé cuánto podré jugar. Seguiré con la rehabilitación, fortaleciéndome para darme la mejor oportunidad posible el año que viene. Sé que la operación ha ayudado y puedo construir sobre eso".
El PNC Championship, factible
Una posibilidad de verle de nuevo en acción está dentro de dos semanas en el PNC Championship, exhibición familiar que ha jugado en años pasados con su hijo, Charlie, y que le viene al pelo porque al no ser un torneo oficial permite el uso de buggies, lo que supone un alivio para su pierna derecha, la que se esperaba en un principio que fuera, en lugar de su espalda, el principal lastre este año, tras estar a punto de perderla en el accidente de coche que sufrió a comienzos de 2021.
Ya a finales de enero se celebra el AT&T Pebble Beach Pro Am, el segundo Signature Event de la temporada. Y en esa categoría de torneos, la más alta del PGA, Tiger tiene garantizada plaza toda vez que la junta directora del circuito votó el pasado junio a favor de crear una exención especial para él “por sus excepcionales logros a lo largo de su carrera”. Ese podría ser el punto de reinicio para Tiger, que desearía “no saber tanto” de cirugías como sabe. Por desgracia para el golf, su tortuoso historial médico le ha convertido en un experto en la materia.
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