Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

AJEDREZ

Ding Liren le regala a China el trono de Magnus Carlsen

El Gran Maestro chino se ha convertido en el nuevo campeón del mundo tras batir a Ian Nepomniachtchi en las partidas de desempate por 2,5-1,5.

Ding Liren le regala a China el trono de Magnus Carlsen
FIDE/Stev Bonhage

Ding Liren es el nuevo campeón del mundo de ajedrez. El Gran Maestro chino ha conseguido imponerse en unos épicos desempates al ruso Ian Nepomniachtchi en una fatídica cuarta partida rápida en la que venció después de tres tablas seguidas. Tras una lucha a cara de perro, el número tres del mundo concretó su triunfo con las piezas negras cuando todo apuntaba a que el enfrentamiento iba a terminar en los duelos a ritmo relámpago.

No se lo podía creer. Prácticamente llorando sobre la misma mesa de juego, Ding Liren estrechaba la mano de un rival que certificaba su rendición. El chino, posiblemente el jugador más querido por los aficionados de entre los dos contendientes por su transparencia y su simpatía, acababa de conseguir el sueño de todo ajedrecista de élite, convertirse en campeón del mundo.

En este caso, además, cobra mucha más relevancia por despojar del trono a Magnus Carlsen. El noruego, que ganó por primera vez el título en 2013, rechazó defender su galardón en el enfrentamiento de Astaná en un movimiento que recordó al que realizó Bobby Fischer allá por 1974. Aún así, su sucesor ha demostrado estar a la altura de lo que ser un gran campeón exige: precisión en los momentos decisivos y ambición por raudales. Su mayor lunar, la gestión de los nervios, ha ido mejorando con el paso de las rondas.

Los desempates rápidos que decantaron la balanza fueron tan históricos como el resto del enfrentamiento. Ding, sin hacer alardes de una gran preparación teórica en las aperturas, sustentaba su estrategia en mantener piezas sobre el tablero para alejar los cauces del envite de los análisis de los módulos. Nepo, mucho mejor en los comienzos, introducía nuevas ideas en la Apertura Española para tratar de imponerse con blancas.

El segundo y el tercer duelo no pasarán a los anales de la historia por ser dos magníficas partidas. Sin embargo, sí lo harán la primera, por su elevada complejidad, y la última, por ser la decisiva. Nepomniachtchi, de hecho, gozó de mejores opciones de triunfo prácticamente en todos los lances salvo en el cuarto -en el que también tuvo sus opciones- y dejó un destello de su calidad más que probada con un brillante sacrificio de dama que Ding no podía acertar por las graves amenazas de jaque mate.

Ding Liren pasa al ataque

Si el Gran Maestro chino se había visto abocado a la defensa tanto en los dos últimos enfrentamientos clásicos como en las dos primeras partidas del desempate, fue otra faceta completamente distinta la que le mostró los peldaños hacia la gloria. Quiso ganar como el que más, como si se viera incapaz de alcanzar el premio en los duelos a ritmo relámpago. Por ello, lanzó un ataque combinando presión al rey rival con un peón pasado alejado en la columna ‘a’ que tenía el camino despejado hacia la coronación.

Al contrario que Nepomniachtchi, que ante la duda rehuía de cualquier complicación que le supusiera poner en riesgo sus opciones de premio, Ding no tuvo reparo en lanzarse a por todas. Con tan solo un minuto en el reloj dejó un gran abanico de movimientos tan excelentes como complejos que pocos seres humanos habrían sido capaces de encontrar. Incluso rechazó las tablas con una autoclavada de torre por la que recibió hasta la felicitación de Carlsen. Poco a poco, el subcampeón del mundo fue entendiendo que el pronóstico de su posición cada vez tenía menos solución y, finalmente, terminó por rendirse tras 66 jugadas.

Cariacontecido, como era completamente esperable, Nepomniachtchi no pudo evitar recordar en la rueda de prensa las oportunidades que dejó escapar en las partidas doce y catorce. Sus chances más grandes se escaparon por su excesiva celeridad a la hora de tomar decisiones claves. Un problema que se ha repetido bastante en su ajedrez y que tendrá que corregir de cara al Torneo de Candidatos de Toronto 2024. Como bicampeón, volverá a ser uno de los favoritos para retar, de nuevo, a Ding Liren en el Mundial de 2025.

Oda a la resistencia mental

Ding Liren sorprendió en su comparecencia posterior al primer duelo confesando que tenía problemas de ansiedad por todo lo que conllevaba el evento para él. No obstante, con el paso de los días y gracias a la ayuda de sus amigos, consiguió ir adaptándose a las circunstancias. Incluso se cambió de hotel en primera instancia para favorecer esa integración, aunque finalmente terminó por volver a su residencia inicial.

Rara vez se hizo una confesión como esa. Sin ir más lejos, Nepomniachtchi se enfadó durante el Torneo de Candidatos tras ser consultado sobre si estaba recurriendo a un psicólogo como parte de su preparación ajedrecística. Es esa sencillez y la capacidad de reponerse a golpes en forma de derrotas por tiempo o la filtración de sus preparaciones lo que ha hecho que Ding conquiste los corazones de los aficionados y de Caissa, que le ha recompensado con el premio más grande que podía esperar. Ahora, solo tendrá que defenderlo.

Estar en el momento indicado

Curiosamente, Ding no se clasificó para el Torneo de Candidatos que se celebró en Madrid en verano de 2022. El chino, algo retirado a causa de la pandemia de coronavirus que afectó a todo el mundo y que restringió sobremanera la actividad deportiva en su país, ganó su plaza tras disputar las partidas exigidas de forma contrarreloj tras la exclusión de Sergey Karjakin por su apoyo a la invasión de Rusia a Ucrania.

Tampoco ganó el Torneo de Candidatos. Su segundo lugar, en otras ediciones, no le habría supuesto más que una suculenta recompensa económica. Los astros, la suerte o un destino en el que no confesó si creía o no, trajeron la renuncia de Carlsen. El resto ya es historia.