Del Rey y Puig no sacan jugo a un US Open amable
El madrileño, +9 para +7, falla el corte y el catalán, +3 para +2, puede quedar fuera en una segunda vuelta de nuevo benévola en Los Ángeles.
A un buen jueves le siguió un mal viernes y el golf español perdió presencia en un US Open que no parece un US Open. Con el campo norte de Los Angeles Country Club en condiciones más que amables para las que habitualmente presenta el considerado más difícil de los majors, los representantes nacionales que salieron en el turno matinal en California (EE UU) no supieron sacarle resultado al diseño de George C. Thomas.
Lo de Del Rey fue la cara mala de la moneda, la que le sale cuando está disperso desde el tee. Se recorrió todo el campo en ruta a un 79, nueve sobre par y +7 en el acumulado, que echó por tierra su primera vuelta, una de las sensaciones en el retorno de la cita a Los Ángeles 75 años después, y le acercó a una ronda de 80, cosa habitual en este abierto, que desde algunos medios y parte de la opinión se echa en falta.
Salió por el 10 y completó la primera mitad de la jornada con cuatro bogeys. Otros tres, antes de su primer birdie en el 6, le caerían empezando los nueve segundos. Remató el madrileño con un doble bogey en el último par 5 del día, el 8, y un octavo bogey para su tarjeta, solo igualada por el australiano Davis. Lejos del corte, la primera experiencia en un grande tiene sus primeros 18 hoyos, no estos segundos en los que cogió siete calles y otros tantos greenes, como ejemplo a seguir para el futuro.
Algo mejor le fue al catalán Puig, que dejó un +3 para +2 en casa club y al cierre de esta noticia estaba dentro del corte. Él empezó igual de mal, con otros cuatro bogeys del 10 al 18. Pero supo encauzar a tiempo la vuelta y acabó con dos birdies y un único bogey del 1 al 9.
Pese a que el clima no acompaña al propósito de la USGA de endurecer el terreno, lo cierto es que la organizadora de este grande ya enseñó ayer las uñas con algunas banderas escondidas y tees más lejanos, y a medida que avanzaba el día las condiciones ya iban acercándose a lo que es un US Open de toda la vida, más que un torneo de golf un ejercicio de supervivencia.
McIlroy aprovecha la tregua
Sí que aprovechó la tregua un favorito como Rory McIlroy, que se está poniendo en una posición muy interesante para conquistar su primer major desde 2014 y tiró un -3 para -8, segundo provisional en casa club, pese a que el putter no le acompañó en exceso y el partido se fue por encima de las cinco horas por los atascos en varios hoyos. Solo le superó el estadounidense Wyndham Clark, -3 para -9. Destacaron también el -4 para -7 de su paisano English o el -5 para -6 del australiano Lee, en unos momentos en los que la media total de golpes era aún menor que el jueves, cuando se batió el récord histórico, 71,390. De hecho fue el segundo día seguido con hoyo en uno en el 15, este del vigente campeón, el inglés Fitzpatrick. En 122 ediciones anteriores se firmaron 47 y en esta ya van tres. Atendiendo a los precedentes, es de esperar que, USGA mediante, las cosas cambien el fin de semana.