Conde y “la mochila de 1000 kilos”
Renunció a Tokio agobiado por el peso y se ha reinventado. Ahora, junto a su compañero Aleix García, afrontan el Mundial de remo tras haber logrado una histórica plata en Múnich.
El 18 de septiembre comienzan los Mundiales de remo en Radice (República Checa). Y allí estará, con aspiraciones, Rodrigo Conde. El gallego de 25 años dejó atrás un infierno con la báscula para volver a disfrutar. A su lado remará Aleix García. Una embarcación con química: plata de doble scull en el Europeo de Múnich este mismo año.
Conde, junto a Manel Belastegui, se clasificó para los Juegos de Tokio en doble scull ligero (los dos remeros deben pesar una media de 70 kg cada uno y ninguno pasar de 72,5). Pero el gallego necesitaba bajar de peso ya que se encontraba por encima del permitido. “Llegó un punto de saturación mental en el que ya me daba absolutamente igual todo. Cuando el médico me dijo que tenía un 7% de masa corporal y que me quedaban por bajar ocho kilos dije, hasta aquí”, recuerda ahora.
Tan agobiado estaba, que renunció a Tokio, no sin antes hablarlo con Belastegui. “Le dije que no podía más, que lo sentía muchísimo. Había aguantado todo lo que había podido. No le iba a dejar solo. Si él me lo pedía seguiría. Si no, había acabado para mí el peso ligero”, relata Conde. Manel me dijo: “Lo estás pasando realmente mal. Para mí eres como un hermano y no quiero verte así”. “Ahí fue cuando dije, se acabó”, explica.
Conde, ahora en una categoría sin límite de peso, por fin sonríe. “Ahora disfruto del remo, mi pasión. El peso ligero hizo que perdiera la ilusión y la he recuperado”, asegura un deportista liberado: “Sentí que me había quitado una mochila de 1.000 kilos”.
Un nuevo comienzo
Con Aleix García, ya en peso absoluto, casi llegó a Tokio. “Me arrepiento de no haber tomado la decisión antes. Desde septiembre hasta la repesca habríamos dado un salto muy grande y posiblemente hubiéramos podido clasificar”, se lamenta Conde. El gallego tiene claro cuál es el motivo del éxito: “No destacamos a nivel físico, es más la sintonía y la compenetración que tenemos entre los dos y el entrenador lo que nos impulsa a conseguir medallas. Somos muy exigentes”
Con París 2024 en el horizonte
Los españoles tienen un objetivo más allá del próximo Mundial. “El objetivo claro es estar en París y traer una medalla para casa, pero ahora mismo lo único que tengo en la cabeza es el Mundial”, avisa el que fuera campeón mundial Sub-23 en ligero, que también espera que “no pase factura la presión de la competición y los nervios”.
“La única forma de lograr objetivos es disfrutando si no, no vas a lograrlo. Enamórate del proceso, es la única forma de conseguir los logros”, deja Conde su consejo a todo el que sufre con la alta competición.