NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

GOLF

Chris Kirk: el campeón que ganó la batalla al alcohol

El estadounidense, que se impuso el domingo en el Honda Classic, lleva cuatro años sobrio tras atravesar una etapa de alcoholismo y depresión.

Chris Kirk: el campeón que ganó la batalla al alcohol
DOUGLAS P. DEFELICEAFP

No hace mucho hubo un momento en el que la carrera de Chris Kirk como golfista profesional pudo descarrilar por completo. El estadounidense, que el domingo se proclamó campeón del Honda Classic en el PGA National de Palm Beach Gardens (Florida, EE UU), luce ya cinco victorias en su trayectoria en el circuito. Pero la más importante no tiene nada que ver con el golf. Esa se la ganó al alcohol y la depresión.

Natural de Atlanta, 37 años, Kirk lleva cuatro años sobrio. En mayo de 2019 reveló que llevaba tiempo luchando contra ese explosivo cóctel. No se sintió preparado para volver a jugar hasta noviembre. “Luché y luché contra ello. Tras un par de recaídas, o como quieran llamarlo, llegó un punto que dije: ‘No puedo seguir así. Tengo que cambiar algo o lo perderé todo. Me di cuenta de que no tenía control sobre ello, porque quería dejar de hacerlo y aun así lo hacía”, desgranaba esa complicada etapa estos días en una pieza publicada en la web del PGA Tour.

Su ausencia para recuperarse casi le cuesta la tarjeta del PGA Tour, pero la vida suele dejar miguitas en el camino para los que pierden la pista y quieren volver a él. En el Sony Open de 2021 necesitaba quedar al menos tercero para salvar su plaza. Lo consiguió. Fue la primera piedra de su retorno al círculo de campeones. Si entre 2011, su primer año en el tour, y 2015 firmó cuatro triunfos y llegó a jugar una Presidents Cup, afianzándose entre la élite, a partir de entonces entró en sequía (la mala). Le duró ocho años. Concluyó este domingo.

“Hay mucho que celebrar. Y doy gracias a Dios de que el alcohol no vaya a ser parte de la celebración”, aseguró en la rueda de prensa posterior a su playoff con Eric Cole Kirk, sumamente agradecido por la segunda oportunidad que ha recibido. En realidad, se la ha dado él a sí mismo. “Estoy tratando de procesarlo aún. Estuve cerca de perder todo lo que me importa. Solo puedo agradecer poder hacer lo que hago para ganarme la vida, tener la vida que tengo, competir en un escenario como este. Poder ganar es un gran bonus para mí”, añadió. Ahora es un modelo de conducta. Cuenta que se le acerca gente a decirle cómo su historia les ha inspirado para dejar de beber. Otro triunfo mucho más importante que cualquier que pueda certificar en el hoyo 18 de un campo de golf. Su historia nos enseña que nada está perdido hasta que uno deja de luchar.