Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

Balonmano | Mundial

Dinamarca, el equipo a batir en el Mundial

Francia, Alemania y Suecia, señalados para acabar con la racha de tres títulos seguidos de los daneses. Los Hispanos, otro año más de tapados.

Mathias Gidsel supera en el debut a la defensa argelina (47-22).
TIL BUERGYEFE

En dos de las últimas diez ediciones de los Campeonatos del Mundo, España ha ganado los de 2005 y 2013,, y con dos bronces en los últimos dos campeonatos. Sin embargo, como siempre (“en casa se nos valora, pero fuera siempre se nos pone en duda”, decía Álex Dujshebaev antes de viajar a Oslo), la propia IHF no coloca a los Hispanos en posiciones preferentes, ni siquiera destaca a un jugador entre las estrellas a seguir, pero no le queda más remedio que colocar a Petar Cikusa y a Barrufet entre los sub-21 con más clase. Eso sí, Dinamarca y Mathias Gidsel se llevan el máximo relieve, con todas las de la ley.

Por primera vez en la historia del balonmano masculino, un Mundial se celebra en tres países (Dinamarca, Croacia y Noruega), y aunque la fase final se disputará integra en Oslo, los daneses son el equipo a batir por calidad: han conquistado los tres últimos títulos (racha única) y son aspirantes a conquistar el cuarto consecutivo. Su lateral Gidsel pasa por ser mejor jugador mundial de los últimos cuatro años, con lo cual no se puede dudar de que estén en las previsiones a destacar.

El Mundial de Noruega, Dinamarca y Croacia tienen aspectos emotivos: tras más de quince años de apariciones continuadas faltan jugadores esterales de primer orden: Mikkel Hansen y Niklas Landin (daneses); Nikola Karabatic (francés); y Joan Cañellas (español), retiraos. Es un nuevo ciclo, y aparecen caras jóvenes con el propósito de perdurar en un decenio.

Francia, que ha conquistado cuatro de los últimos diez Mundiales, aspira a que Remili se aposente como nueva estrella. Lateral derecho reconvertido en central, ahora, sin Nikola y con Dika Mem regresando de la operación en el hombro, sólo el pivote Fabregas le hace sombra por el liderazgo francés, donde faltarán Descat, Lenne y, sobre todo, Prandi.

Los precedentes señalan a los franceses como los únicos que pueden acabar con el reinado danés. Luego, Alemania (subcampeona olímpica) y Suecia, con España una vez más de la tapada oficial.

Los alemanes, asentados en la portería por Wolff, tiene ahora una primera línea joven y de tremenda calidad individual: el central Juri Knorr ya es una realidad de primer orden, escoltado por Renars Uscincs (un cañonero) en la derecha y Julian Koster en la izquierda. Juego directo, poca elaboración, y a muerte en el uno contra uno.

Suecia, por tradición, aparece en las encuestas, aunque llega en un momento de sorprendente con la dimisión de Solberg como seleccionador, con el ascenso de Apelgreen.

Tiene grandes jugadores, colocados en los mejores clubes de Europa (Carlsbogard y Wanne en el Barça, por ejemplo) pero ha sufrido lesiones en la preparación. Está en el grupo de España y se enfrentan el próximo lunes en un test para ambos equipos, porque el que gane saldrá muy fortalecido para rivalizar con Noruega, el equipo de Sagosen, dos veces subcampeón del Mundo y que por fin sueña con dar la campanada, aunque jugar en casa no es garantía de éxito.

Puede ser el último Mundial de Domagoj Duvnjak, y por eso se cuenta con Croacia, un clásico tan sorprendente que el portero Mandic no juega el torneo la lesión que le produjo una agresión de un compañero en el propio vestuario.

Normas