‘Baby Hispanos’ de segunda generación: sagas, talento y futuro dorado para España

Rictus serios, pensamientos perdidos, rabia contenida... Los ‘Baby Hispanos’ subían al podio del Mundial sub-19 de Egipto a recoger su medalla de plata con sensación de amargura. Así reciben la derrota los ganadores. Ser subcampeones del mundo no era el objetivo, estaban en El Cairo para colgarse el oro. Sin embargo, el tiempo les volteará el recuerdo. Y les emplazará en el tiempo para enterrar la pérdida con éxitos futuros. Porque muchos de ellos se enfundarán pronto la elástica absoluta de los Hispanos y pelearán junto a muchos de sus compañeros actuales, más otros referentes más veteranos con podios europeos, mundiales y olímpicos. En un deporte con un fuerte componente familiar, de incontables sagas, este equipo no es una excepción, ya que hasta seis de los jugadores tienen pasado paterno o familiar en el balonmano profesional, y algunos de mucho renombre.

Empezando por Marcos Fis (18 años), nombrado MVP del campeonato, y que este año debutará en ASOBAL en el Granollers, conjunto en el que milita Pablo Urdangarin. El joven prodigio nacido en Ciudad Real es hijo de Julio Fis, el ‘Martillo de Guantánamo’, uno de los mayores cañoneros que recuerda este deporte desde el lateral izquierdo con centenares de goles que fueron claves para, por ejemplo, dar títulos al Ciudad Real o ayudar a dar la plata a España en el Europeo de 2006. Compartiendo altura (193 centímetros), Marcos es pura fantasía que aúna con fintas imposibles, velocidad y explosividad en un brazo izquierdo (su progenitor es diestro) con ADN goleador.

En Egipto, además de ser considerado como el mejor jugador mundial de la categoría, fue el tercer máximo goleador con 61 goles. Marcos ya ha debutado con la absoluta y tiene un futuro esplendoroso. Como el que apunta su hermano Julio (16 años), actualmente en el Alarcos que dirige su padre. Club desde el que Marcos fue al BM Caserío Ciudad Real al que ascendió antes de verano a la máxima categoría doméstica, metiendo doce goles en el encuentro decisivo ante el Burgos, antes de poner rumbo a Granollers.

Otro apellido muy ilustre es el de Quim Rocas. El central del filial del Barça es sobrino de Albert Rocas, uno de los mejores y más desequilibrantes extremos derecho que ha dado el balonmano, con seis medallas internacionales con los Hispanos, incluyendo dos oros mundiales (2005 y 2013) o el bronce olímpico en Pekín 2008. Y compartiendo equipo con Julio Fis en el certamen continental de Suiza 2006 donde ambos se colgaron la plata. Y como no hay dos sin tres, Alejandro Colón también es segunda generación de Hispano, ya que su padre es Manolo Colón, el intenso y poderoso pivote que se bregó con la elástica nacional 88 veces, incluyendo Juegos Olímpicos y Mundiales.

Con menos repercusión mediática, pero también pasado en el balonmano están Aldo Pagliotta, hijo de Marcelo, que logró la Copa EHF con el BM Granollers en 1995 y el oro continental juvenil con España en 1994, y ahora un importante agente de jugadores; Luis Juárez, sobrino del expivote Eduardo Fernández que formó parte del Atlético de Madrid, Valladolid o Granollers, entre otros; y el capitán Guido Bayo, vástago de Albert, exjugador del Barça, Ademar y Valencia.

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Pasados gloriosos en la familia y futuro color de rosa para una generación que pronto formará parte de la Selección absoluta junto a otros apellidos ilustres como Dujshebaev y Barrufet; más otro que es presente ilusionante como Cikusa, con los hermanos mellizos Djordje y Petar aún con 19 años. Los Hispanos del futuro ya están aquí.

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