Vuelve la marcha, España toma el control

El hombre del saco, el coco o el sacamantecas son diferentes versiones de personajes utilizados para generar temor en los niños e inducir a que obedecieran y se comportaran de manera correcta. En la marcha femenina el nombre utilizado sería María Pérez. “Antes de competir siempre pienso que no hay nadie mejor que yo”, dice sin rubor y sin faltar a la verdad. El prodigio de Orce (29 de abril de 1996) vuelve a la acción en Tokio (madrugada del viernes al sábado a las 00:30 en España) para afrontar los 20 km en busca de su segundo oro (tras los 35 km el pasado sábado) en los Mundiales 2025, el cuarto en su trayectoria (doble campeona en 20 y 35 en Budapest 2023).

La triple campeona planetaria ya es la atleta (masculino o femenina) con más medallas de oro mundiales en la historia del atletismo en España, por delante de los dos de Abel Antón y Álvaro Martín. Y a todo esto suma un oro olímpico (relevo mixto junto al propio extremeño ya retirado), un oro europeo (Berlín 2018), una plata olímpica (París 2024)… “Si pensara todo lo que he hecho y conseguido, creo que habría acompañado a Álvaro en su retirada. Me daría bastante vértigo”, reconocía a AS recién aterrizada en tierras japonesas. Desde esa conversación ya tiene otro oro mundial más... y quiere otro. “Me voy a mojar, me iría satisfecha con una medalla como mínimo”, se presionaba. Ahora que ya regresará satisfecha, quiere volver en total plenitud con la segunda. Haberse recuperado bien de la prueba larga y la extrema humedad serán clave. Junto a la ‘jefa’, y tras la baja a última hora de Cristina Montesinos, estarán Antía Chamosa y Paula Juárez. Todas ellas con sueños distintos, ninguna lejos de poder llegar al Top-10.

“No siento presión cuando me veo en las quinielas. Me motiva y me halaga que piensen que soy una opción”

McGrath sobre su condificón de favotiro

Y si la opción de medalla es alta contando la bala de la gigante granadina de 156 centímetros, en categoría masculina (02:50 horas) hay un relevo en el liderato. La retirada de Álvaro Martín (doble oro en Budapest, compañero de María en el oro olímpico del relevo, y bronce individual en la misma cita de París 2024) es muy difícil de olvidar, pero un joven de Gavà de 23 años, Paul McGrath, ya ha demostrado que está llamado a dar grandes alegrías como demostró con la plata continental en Roma 2024. “No siento presión cuando me veo en las quinielas. Me motiva y me halaga que piense que soy una opción”, afirma este portento barcelonés, que es hijo de madre española (Isabel) y padre escocés (James), ambos profesores. De ahí su nombre, idéntico al del central irlandés que destacó con Eire en el Mundial de Italia 1990. Quizá por eso quiso ser futbolista antes que atleta, y antes que marchador.

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De los ocho primeros clasificados en los Juegos Olímpicos de París faltan cuatro, incluido Álvaro. Tampoco está Stano. Ni Pintado. Es una gran oportunidad de hacer algo grande. Paul, que entrena a las órdenes de Alejandro Aragoneses y acumula entre 120 y 140 kilómetros semanales, lo sabe, al igual que sus dos compañeros de aventura: Diego García Carrera y Álvaro López. Quizá si McGrath se cuelga el oro, su padre James le convenza para ir un día de pintas con él para acabar con la bufanda del Celtic de Glasgow al cuello y celebrando juntos los goles de su adorado club, equipo que es lo único que a veces hace cambiar las horas de los entrenamientos de Paul.

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