Imperial María Pérez: oro en 35 km marcha... con 3:23 de ventaja

Activar la alarma trae consecuencias sísmicas. La ecuatoriana Paula Torres decidió salir a un ritmo muy exigente en los 35 km marcha de los Mundiales de Tokio, pese a unos agobiantes 26,6 grados a las 7:30am y un casi irrespirable 80% de vapor de agua en el aire, pero el terremoto de Orce decidió demostrar que la que manda en esta especialidad en el planeta es ella. María Pérez García (29 años) tomó el mando y cuando muchos de los miles de aficionados locales aún buscaban sitio en alguna zona del recorrido, las aspirantes al título eran ya sólo cosa de seis. Con sus habituales gafas que no dejan vislumbrar su gesto poderoso y sus ojos inyectados en oro, la doble campeona mundial (ahora triple) y doble medallista olímpica fue creciendo y creciendo hasta convertirse en una gigante pese a sus reales 156 centímetros.

Ninguna de sus 46 rivales dudaba de que la plusmarquista planetaria de la distancia (2h37:15) y líder del año (2h38:59) era la gran favorita y las miradas en la salida eran mezcla de temor, admiración y casi sumisión. “Me voy a mojar, me iría satisfecha con una medalla como mínimo”, aseguraba a AS en la previa. Y avisaba por si había dudas: “Cada vez que me pongo la camiseta de España doy lo mejor”. Dicho y hecho. Mientras María iba descartando aún más el pequeño grupo cabecero Raquel González y Cristina Montesinos marchaban juntas en los puestos 16º y 17º al paso del kilómetro 7.

Todo avanzaba con el mismo guion bajo el cielo cubierto de Tokio y la categoría masculina precediéndoles en la distancia. Una prueba en la que la ausencia del retirado Álvaro Martín dolía en la distancia a María, no le esperaría en la meta para celebrar juntos como en esas dos fabulosas instantáneas de la historia del deporte español que fueron la Plaza de los Héroes de Budapest en 2023 y la Plaza del Trocadero con la mítica Torre Eiffel de fondo glamuroso. En Tokio, Miguel Ángel López, Daniel Chamosa y Manuel Bermúdez defendían el pabellón patrio, pero al paso del km 10 era un festival del Lejano Oriente con los locales Katsuki y Kawano liderando a sus 47 rivales de otros 24 países desde la salida con los españoles rondando el Top 10. Sólo el colombiano Hurtado, que recortaba por detrás, parecía poder impedir el doblete nipón.

Transcurrida la primera hora de pelea (13 km), el grupo de cinco mujeres seguía con su dinámica con la española dando pequeños cambios de ritmo para ir desgastando las fuerzas de la peruana Kimberly León, la italiana Antonella Palmisano, la ecuatoriana Paula Milena Torres y la china Li Peng. Eso sí, con un primer aviso para María Pérez. Nada peligroso ni preocupante, pero sí algo que debía tener en cuenta en el avance de la prueba. Tirones y ritmo intenso era un cocktail explosivo que podía hacer reventar a cualquiera de las del grupo cabecero por la asfixiante humedad. El segundo aviso para Torres la señalaba como la siguiente víctima, aunque traspasado el ecuador, los 18 km, aún aguantaba.

Sin embargo, el kilómetro 21 tenía reservada una sorpresa desagradable para León, la gran rival a priori por el título, y Peng. María Pérez lanzaba un atroz ataque y ambas sacaban la bandera blanca. Palmisano miraba a la española como si fuera una extraterrestre y Torres se esforzaba por no perder más de esos cinco metros que podían ser irrecuperables. El martillo pilón granadino seguía golpeando sin piedad, aumentando la cadencia de sus piernas que parecían volar sobre el asfalto de Tokio. Al paso del 24 la distancia de María era de 16 segundos respecto a la transalpina, 19 con la ecuatoriana. La barbaridad de Pérez se podía explicar con un ejemplo cuando mantuvo el ritmo durante varios kilómetros al brasileño Caio Bonfim... plata en 20 km en los Juegos de París y que iba ¡¡¡quinto!!! Una absoluta locura.

En el 26 la distancia de la española era de 38 segundos respecto a Palmisano y 1:04 sobre Torres. En el 29 de 1:31 y 2:11. Y el aviso seguía solitario en la tarjeta del prodigio andaluz. Era momento de tener la cabeza fría, recordar los sabios consejos de su entrenador de toda la vida (hace 19 años), Jacinto Garzón; y mantener la técnica. Sólo debían pasar los metros bajo sus pies, un terreno que tiembla con el seísmo de su potencia. Y pasaron para gloria de María, y del atletismo y el deporte español.

Oro mundial con un tiempo de 2h39:01... tras recoger una bandera de España, a falta de un kilómetro, antes de la gloria de entrar en el Estadio Olímpico como defensora con éxito del título mundial. Gafas y gorra fuera. Era el momento de mostrar las lágrimas: de alegría, de esfuerzo, de resiliencia, de fuerza, de soltar todo... de triple campeona del mundo. Plata para Palmisano... a 3:23, con la que se fundió en un precioso abrazo; y bronce de la ecuatoriana Torres, a 3:43.

Y la marcha de la RFEA demostró el enorme nivel con el 6º y el 7º lugar de Raquel González (2h45:41) y Cristina Montesinos (2h46:44), respectivamente, puestos de finalista. En categoría masculina, oro del canadiense Evan Dunfee (2h28:22) con plata para Bonfim (sí, el compañero de viaje de María) a 33 segundos, y bronce del japonés Katsuki, a 53. Daniel Chamosa fue sexto con 2h30:42, Miguel Ángel López, 12º (2h33:45) y Manuel Bermúdez, 13º (2h35:19).

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