EUROPEOS DE ATLETISMO | EUSEBIO CÁCERES
“Trabajo para que no me falte un centímetro sino que sobren tres”
Eusebio Cáceres retorna con fuerza a los Europeos y con Pedroso al mando de la técnica en la longitud: “Me dice que me ve bien, y yo hago caso al jefe”.
El saltamontes de Onil está de vuelta. Eusebio Cáceres (32 años) fue una grandísima promesa júnior con dos medallas mundiales (plata y bronce) y el oro europeo. En categoría absoluta las cosas se fueron torciendo por las lesiones y diversos factores que aun así le llevaron a ser medalla de chocolate en Juegos, Mundiales, Europeos... En Múnich 2022 su cabeza dijo basta. Pensó incluso en dejarlo todo, pero tras una vuelta a los orígenes se ha unido al mago del pasillo de saltos horizontales, Iván Pedroso, en su aldea mágica de Guadalajara. Antes de afrontar la clasificación en los Europeos de Roma se sienta a charlar con AS.
-Qué gusto verle de nuevo en el Europeo tras lo ocurrido después del anterior...
-Gracias. Sí, en Múnich 2022 reventé, la cabeza me dijo hasta aquí. Cuando volvía a casa notaba que no estaba bien. Sabía que tenía que hacer algo para recuperarme yo y las ganas de entrenar y competir. Todos me apoyaron. Mi anterior entrenador, la RFEA, la familia... Tuve muchísima suerte en ese sentido y creo que me he recuperado en poco tiempo para esa ansiedad por la que pasé. Es complicado. Dejé de priorizar la longitud y me puse a hacer combinadas, y fue un acierto porque me despejó completamente. Sabía que tenía que dar más pasos y hablé con Iván (Pedroso) simplemente para probar porque ni siquiera si iba a seguir o no. Estuve un tiempo y decidí dar el paso, volver, unirme a Iván y centrarme en la longitud. Físicamente me costó bastante porque los Aquiles siempre me han dado problemas, pero afortunadamente este año los dolores han desaparecido completamente. Mentalmente estoy perfecto y he recuperado el hambre que siempre había tenido. Ir a por lo que quiero sin importarme lo que haya por delante, no tener miedo a nada. Desconecté y vuelvo a estar conectado.
-¿Qué le ha cambiado Pedroso?
-Estamos trabajando esa técnica que creemos que me falta. Tiene una metodología diferente de entrenamientos, sobre todo en cuanto a la técnica. Es muy, muy, muy, muy pejiguero (risas). No deja pasar ni una en ningún tipo de ejercicio. Es algo que me está viniendo muy bien porque era donde estaba fallando mucho últimamente. Al final mi salto no era natural, por lesiones o por cosas que no he hecho bien. Me protegía de los dolores y hay que cambiarlo con mucho trabajo. Por ejemplo, en el tema de la impulsión. Iván es alguien que le gusta sentir mucho el suelo, el apoyo fuerte. Yo soy muy rápido y capaz de meter mucho tobillo a la hora de correr e Iván quiere que sea, entre comillas, algo más lento. Es decir, que sea con una fuerza contundente, que golpee el suelo fuerte y que esa sea la misma manera con la que llegue a la tabla.
-¿Cómo es formar parte de esa ‘aldea de Astérix’ de Guadalajara?
-Ayuda, pero no porque cada uno sea muy bueno y consiga grandes cosas. Lo importante y fundamental es que es un grupo increíble. Son todos majísimos y se llevan muy bien. Te sientes muy a gusto enseguida, lo que te hace entrenar con muchas ganas sin sentir competitividad. Haces tu trabajo de forma relajada y te sientes preparado para afrontar los retos.
-¿Qué espera de este certamen en Roma a nivel personal? ¿Darán fruto ya los cambios aquí?
-La pista cubierta me vino muy encima, pero ahora en aire libre creo que pueden llegar esos saltos que esperamos. Al Europeo he llegado con la mínima muy justa (7,97) y como vigésimo del continente creo que tengo saltos bastante más largos en las piernas y ojalá pueda salir alguno aquí. Está costando sacarlos sobre todo en carrera completa. No sé si podré acercarme a mi mejor versión, pero como te digo sí experimento buenas vibraciones. Estoy confiado y los grandes campeonatos son siempre la mejor oportunidad para alcanzar ese salto deseado. A ver si lo hacemos realidad en Roma. Siempre he dicho que en los campeonatos importantes Eusebio Cáceres va a por todas.
-Imagino que el primer objetivo es clasificarse para la final... y luego ya allí que pase lo que sea.
-Sí. Pensamos que sobre el 7,90 valdrá, y seguro que estoy para saltar eso. Pero como te digo vengo con la idea de sacar ese salto que se resiste y por el que estamos trabajando mucho la técnica. Pedroso me dice que tengo que recuperar la confianza que tenía hace años y que las lesiones me fueron mermando para ir con todo hacia la tabla.
-Cuarto en los Juegos, cuarto en los Mundiales, cuarto en los Europeos...., ¿cree que el atletismo le debe una medalla en algún gran campeonato?
-Nunca he pensado así. Yo creo que los que han estado por delante han sido mejores que yo y ya está. Claro que pienso a veces que podía haber hecho muchas cosas, pero al final importan los resultados y son los que son, no van a cambiar. Mucha gente me dice que he tenido mala suerte, pero pensar así no va a ayudarme a conseguirlo. Tengo que tratar de ser mejor, de lograr esos centímetros que me han faltado y en vez de que me falte uno que me sobren tres.
-La última. Tras Roma... ¿la idea es poder estar en los Juegos de París?
-Sí, por supuesto. Los entrenamientos nos dicen que soy capaz de ir a por esa mínima (8,27 World Athletics; 8,05 la de la RFEA), pero sin pensar en marcas concretas, sino en saltar bien que eso hará que la medición larga salga sola. El trabajo está yendo fino, Iván está tranquilo y me dice que me ve bien, y yo hago caso al jefe. Quiero estar en los Juegos y esta cita de Roma puede ser una buena catapulta para conseguirlo.
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