“Nunca me pongo límites”
María Vicente (22 años) atiende a AS antes de afrontar el pentatlón de los Mundiales de Glasgow (1 de marzo): “No quiero obsesionarme con las medallas, aunque sé que son factibles”.
Un talento superlativo, trabajo duro, capacidad de aprendizaje, físico descomunal... y un mago en la banda: Ramón Cid. María Vicente (Hospitalet de Llobregat, 28 de marzo de 2001) es un fenómeno atlético de 178 centímetros de altura y 68 kilos que está centrado en las combinadas aunque es capaz de llevarse el oro en 60 vallas y el bronce en altura en un Campeonato de España, como demostró en Ourense. Solo las lesiones han sido una piedra en el camino. Tras reventar el récord nacional de pentatlón (4.728 puntos) llega como líder mundial al certamen planetario indoor de Glasgow, que completará íntegro (las cinco pruebas) el viernes 1 de marzo. “Es lo primordial para mí este invierno”, dice María a AS.
-Qué gusto da verle en un estado de forma tan espléndido. Recuperada plenamente, ¿no?
-Sí. Por fin puedo decir que ya estoy plenamente recuperada. Hace meses que entreno sin dolor, sin molestias y sin estar pendiente de la lesión. Estoy con muchas ganas de competir a tope y demostrar la buena forma en la que estoy.
-Este invierno ha hecho mejor marca en 60 (7.42), 60 vallas 8.06), altura (1,80), peso (13,84) y 800 (2:15.50). Da una sensación fantástica para Glasgow.
-Me siento a tope y creo que haber estado preparándome en Sudáfrica enfocada únicamente en lo que venía por delante me ha ayudado mucho. Además, estoy rodeada de gente que me transmite positividad y me ayuda a seguir creciendo. En Ourense decidí hacer las que podría llamar mis peores pruebas para hacer un entrenamiento de calidad, asentando lo aprendido y poniéndome en situación de competición controlando los nervios, público, emociones... Glasgow es el gran objetivo.
-Si para cualquier deportista es clave entrenar de continuo sin problemas, para una combinera es vital.
-Exacto. Mucha gente me pregunta qué he hecho para estar así de bien. Y les contesto que lo único ha sido que he podido entrenar sin parones. Antes era un esguince, un tirón, un no sé qué... Este invierno he trabajado como debía y eso en unas combinadas que no todo es pico y pala, sino que son pequeñas cositas todos los días, me ha surtido un gran efecto. Realmente es lo que pedía, poder entrenar tranquilamente.
-Las dudas físicas que tuvo con las lesiones, ¿también llegaron a ser mentales?
-Sin duda, es muy complicado de manejar. Sobre todo porque ves al resto evolucionar, mejorar, hacer marcas. Que yo feliz de que a todo el mundo le vaya bien, ¿eh? (ríe). Pero miras hacia ti y piensas: ‘Ostras, estoy perdiendo el tiempo’. Al final todos esos meses que no he entrenado sí que me han costado mentalmente. La sensación es difícil porque no es que no estuviera mejorando, es que no podía hacer nada para seguir el camino que me tocaba en ese momento. Y no solo por las competiciones porque a veces tienes un año en blanco pero has podido entrenar, peor en mi caso no podía. Eso es lo que verdaderamente llevé mal al principio. Después me di cuenta de que realmente estaba haciendo todo lo que podía para mejorar de la mejor manera posible y debía tener la paciencia para llegar en el mejor estado de forma y sana cuando me tocase. Me costó cambiar el chip, pero lo conseguí.
-Además, el año pasado sucedió lo de Budapest que fue duro (no pudo disputar el heptatlón y se quedó fuera de la final de triple por el mejor segundo salto al estar empatada y de longitud por dos cm).
-Hice todo lo que tenía en mi mano... y me dio muchísima rabia quedarme tan cerca. Si dices has quedado la 13ª, a un puesto de la final igual, pero la anterior ha saltado 20 cm más, pues vale. Pero quedarte fuera por cero centímetros fue un golpe duro. Y sobre todo porque venía de la lesión, de haber estado tanto tiempo parada y sin poder disfrutar de la competición, y cuando por fin vuelvo... toma, otro jarro de agua fría. Me lo tomé de la manera más positiva posible canalizando toda esa rabia en los entrenamientos para que no me vuelva a pasar.
-La combinada tiene el agravante de que un fallo en una prueba concreta puede acabar con las opciones del agregado. ¿Cómo se maneja esa presión?
-Es cierto que es muy difícil que te salga bien cada una. El día del récord de España todas fueron bastante bien, aunque pienso que puedo mejorar un poquito en todas. Por ejemplo, en el 800 me fui con un poco de rabia he trabajado mucho y no me sentí satisfecha con el resultado. Sé que tengo dentro una marca mejor. Como digo, es complicado que no haya una prueba en la que pinches un poco, pero para eso entreno duro, para que no pase.
-Con los puntos del récord habría sido bronce en Belgrado 2022. ¿Cuál es el objetivo en Glasgow?
-Yo nunca me pongo límites, pero en ningún sentido. Mi objetivo es estar sobre mi marca y ojalá pueda mejorarla un poco. Si esa puntuación supone ser cuarta, estaré feliz. Y si da para un bronce, una plata o el oro, pues lógicamente lo estaré mucho más. A lo que me refiero es que no quiero obsesionarme con las medallas, meterme presión extra, aunque sé que son factibles. Mi idea es ir prueba a prueba, intentando dar lo mejor de mí en cada una y que sea lo que tenga que ser.
-Campeona del mundo y de Europa Sub-18 y continental Sub-20 en heptatlón, además de otros dos oros continentales en triple... Tendrá ganas de colgarse ya una medalla absoluta, ¿verdad?
-Sí, (sonríe) es el sueño de cualquier atleta y yo tengo muchísimas ganas. Entre el COVID y las lesiones hace ya unos años que no he podido dar mi 100% o al menos que no se haya reflejado de verdad lo que puedo ofrecer. Es cierto que tengo esa espinita clavada. En categorías inferiores logré muchos éxitos importantes y ya toca. Sé que tengo una carrera por delante muy larga, si las lesiones me lo permiten, y aunque no me gusta obsesionarme sí tengo ganas de colgarme un metal absoluto.
-Y en el horizonte están los Europeos de Roma y los Juegos de París. ¿Se plantea hacer alguna prueba suelta además del heptatlón?
-Durante la temporada sí lo haré y de cara al Europeo y los Juegos aún lo estamos mirando. Por supuesto, si logro la mínima, haré el heptatlón, pero estamos mirando horarios por si se puede cuadrar hacer alguna también por fuera.