"Jesús Rollán no morirá nunca"
Presentado en multitud ‘Jesús Rollán Eterno’, el libro de Francisco Ávila y Alberto Martínez que hace justicia con el legendario portero, en sus hazañas, vida y muerte.
En el Egeo, entre amigos y felicidad, se inicia una narración que concluye entre la tristeza y la ternura con su madre, Pilar, esparciendo sus cenizas en el Mediterráneo. La descriptiva, detallista, ágil, delicada y respetuosa biografía de Jesús Rollán empieza y acaba en el mar, como la vida, transcurre en el agua, donde se rememoran las grandes gestas de una figura del waterpolo mundial, y fuera de ella transita el protagonista desde las travesuras juveniles al ahogo tras la retirada, y se encogen los corazones. Camino también del mar, en la barcelonesa Rambla Catalunya, se presentaba este lunes ‘Jesús Rollán Eterno’ (Editorial Córner). Una obra imprescindible para amantes del deporte y mucho más: como reza el subtítulo, para aproximarse a la vida y la muerte.
“Es un señor libro, biográfico, de referencia, de consulta, periodístico y también literario”, introdujo el conductor del acto, el redactor jefe de El País Ramon Besa, quien destacó su “valor de justicia poética, al restituir el honor de Jesús y de una generación única”. La generación de los campeones en Atlanta-96, algunos presentes en una Casa del Llibre repleta de olimpismo, entre ellos el exseleccionador Toni Esteller, con quien todo comenzó, Dani Ballart, Miki Oca, Jordi Payà, Ángel Andreo, Chiqui Sans, Sergi Pedrerol, y figuras del waterpolo actual, también femenino, como Laura Ester. Sintetizó Payà que “Jesús eran risas, era vida, era un viejo rockero, de los que mueren con las botas puestas, que de hecho no morirá nunca”.
Para Francisco Ávila, periodista de la Agencia EFE y uno de los dos autores del libro, el mítico portero, campeón europeo con el CN Catalunya y el Pro Recco, “era un deportista todoterreno, y tenía un magnetismo y una generosidad enormes. Disfrutaba muchísimo conduciendo a los nuevos jugadores que llegaban a la Selección”. Coincidía Pedrerol en que “desde muy joven, Jesús aglutinaba gente. No sabías por qué, pero muchísimas personas acababan en su habitación, en la residencia Blume. Te podías encontrar desde un loro a cualquier cosa. Todo el mundo quería estar siempre a su lado”.
“Las cosas imperfectas son las que acaban siendo eternas”
“El libro lo firmamos Paco y yo, pero lo podría firmar cualquiera de las 60 personas con las que hablamos”, destacó el co-autor y compañero de AS, Alberto Martínez. Una de esas figuras, Ballart, recordó sobre la amarga plata olímpica en 1992 que “las cosas imperfectas son las que acaban siendo eternas. La final de Barcelona fue lo que nos impulsó a alcanzar el sueño de 13 enfermos, que era ser campeones olímpicos”.
Y cuando llegó ese oro, en 1996, paradójicamente su mente dio un giro que no se correspondía con sus éxitos deportivos, pues conquistaría posteriormente dos Mundiales. “Cuando gana, y es reconocido como el mejor portero del momento, seguramente su cabeza empieza a hacer clics y a tener que gestionar una situación complicada”, explicó Ávila.
El estigma del suicidio
Es entonces cuando el libro también cambia de tono. Con una delicadeza y respeto admirables, se trata el tema del suicidio. “Quedaban dos días para entregar el libro a la editorial y la madre de Jesús nos envió un mensaje para que habláramos y así explicarnos mejor la parte final”, desveló Martínez, quien añadió: “Uno de los objetivos de la obra era reivindicar que se hablara del suicidio, que se normalice, porque si se trata se puede evitar”. En esa misma línea, se expresó Ávila: “Existe un estigma en esta sociedad para esconder ciertos problemas, y hay que darlos a conocer para evitarlos y para superarlos. Igual que hablando de accidentes de tráfico se han reducido, debemos hablar de suicidios”.
Descrita la Selección defendida en la portería por Rollán como “predestinada para ganar siempre” por el doctor Albert Estiarte, la rúbrica sobre el valor del libro la puso Payà: “Tal como se ha tratado, puede ser un ejemplo para chavales que empiezan en nuestro pequeño mundo del waterpolo”. Un tratado sobre el deporte, la vida, la muerte. Inmenso como el mar.