Carolina: "Quiero escuchar el himno en lo más alto de París"

No tiene fin. Después de once meses apartada de la competición debido a su grave lesión en la rodilla izquierda (ligamento cruzado y meniscos interno y externo), Carolina Marín se ha proclamado campeona de Europa por sexta vez seguida. Además, de la forma más especial posible: en Madrid, ante un Polideportivo Municipal Gallur que, durante todo el torneo, no ha dejado de brindar su mejor energía a la campeona olímpica. Tras la victoria en la final frente a la escocesa Kirsty Gilmour, la onubense, visiblemente emocionada, atendió a los medios.

El Europeo más especial: "No me quedo con una medalla. Cada una de ellas o de los triunfos tiene su camino y su porqué detrás. Es cierto que esta es especial, jugar en casa siempre es muy especial. Lo hice en Huelva, lo he vuelto a hacer aquí... Esta medalla aún es más especial después de llevar un año sin competir, pero ya no solamente por el hecho de ganar. Para mí, mi mayor victoria de esta semana es el haber vuelto a competir. Es el primer torneo de los muchos que me quedan".

Emociones tras la victoria: "Es un secreto que os quiero contar. Cuando estaba en el podio y escuchaba el himno, ha habido un momento en el que he intentado contenerme, porque me estaba imaginando muchas cosas. Lo primero, todo lo vivido en el pasado, como los Juegos Olímpicos de Río, pero también cosas que quiero para el futuro, que es estar en otros Juegos, en París, en lo más alto del podio y escuchando el himno español. Por eso también han sido mis lágrimas cuando estaba en lo más alto del podio".

Dedicatoria: "Para todo mi equipo y a una persona en especial, mi padre, que es el único que no ha podido estar, pero sé que, desde donde esté, se sentirá orgulloso. Lo llevo siempre conmigo".

París 2024: "El tiempo pasa muy rápido. Si el año pasado dije que me quedaban tres años, ahora solamente quedan dos. El tiempo pasa muy, muy rápido. Quiero disfrutar de todo este camino hasta París 2024. Hay muchos objetivos por delante. El próximo, el Mundial en agosto. Ahora mismo, por supuesto, mi principal objetivo es disfrutar de esta medalla, pero, sobre todo, de haber vuelto a competir. Lunes o martes volveremos a entrenar y, ya en junio, empezaremos esa gira asiática. Ahí ya sí que es un tú a tú contra las mejores del mundo".

Límites: "El día que llegue el techo será porque Carolina ha colgado su raqueta".

Abrazo con Fernando Rivas (entrenador): "En esos abrazos siempre nos decimos gracias. Para nosotros, esa palabra significa mucho. Representa el trabajo mutuo".

Celebración: "Hoy lo voy a celebrar con todo mi equipo, con toda mi familia. Ya tenemos una cena preparada y lista. Solamente me queda descansar, recuperarme y disfrutar de esa cena".

Sufrimiento en cuartos de final: "Lo analizamos en su momento, después de haber pasado ese día. Durante esta semana ha habido ciertas etapas, ciertos momentos distintos. Estaba un poco más nerviosa el martes, en el primer partido, después de casi un año sin competición, necesitaba sentir esos nervios. En cuartos de final, rival mucho más complicada, que me puedo encontrar en el circuito mundial. Sabía que las danesas me tenían muchas ganas. Especialmente, ella (Line Kjaersfeldt), que nunca me ha ganado. Sabía que era un partido complicado, pero superarlo me dio mucha confianza. Lo analizamos. No fue un análisis bonito, porque los entrenadores no me dijeron palabras bonitas, pero fue el análisis que, precisamente, ha hecho que los partidos de ayer y de hoy hayan salido bordados".

Mensajes antes de jugar: "Lo que casi siempre hago con él es recordar el plan de juego. Ver cómo me encuentro. Con María (su psicóloga deportiva), por otro lado, recuerdo los pilares, que son disfrutar, mostrar mi determinación y ser competitiva, tener esa fortaleza y ese lenguaje corporal". 

Sensaciones tras la lesión: "Me he olvidado de la rodilla, en ningún momento de los partidos he pensado en ella o en mi lesión".