Feijoo dimite tras la expulsión del Mundial: "Me voy sin culpa"

La escena era sombría este viernes en la sede del Consejo Superior de Deportes. Cuatro años después, los principales responsables del rugby español comparecían otra vez para dar explicaciones sobre una nueva expulsión del Mundial por un caso de inelegibilidad. En la mesa, Alfonso Feijoo, presidente federativo; José María Epalza, jefe del Comité de Elegibilidad; y Carlos García-Trevijano, máximo responsable del Comité de Disciplina. Caras de funeral. El aire se podía cortar con cuchillo.

Nada más empezar la comparecencia, Feijoo anunció su dimisión, que llegará cuando "los procesos disciplinarios iniciados estén bien encaminados para que los nuevos dirigentes no puedan frenarlos". "Soy responsable, pero no somos culpables de lo que ha ocurrido. Me cuesta comprender la decisión de World Rugby en base a unas normas que no han observado las circunstancias excepcionales del caso. Recurriremos porque la sanción nos parece desproporcionada. Se ha puesto en conocimiento de la fiscalía la posible falsedad de un documento público y se ha apartado al jugador. Hemos sido engañados. Nunca pensamos que alguien podría falsificar un documento en el rugby", detalló sobre el caso de Gavin van den Berg, el pilier sudafricano del Alcobendas que este jueves fue declarado en situación irregular por la Federación Internacional.

A continuación, Epalza procedió a elaborar una detallada cronología de los acontecimientos: "Según las normas de División de Honor se exige que en cada partido haya al menos nueve jugadores de formación elegibles, que cumplan la norma 8 de World Rugby. Todos los equipos deben aportar la documentación correspondiente antes de ser seleccionados. En este caso el club nos manda la documentación, con un pasaporte nuevo expedido en septiembre de 2021, y le pedimos el pasaporte antiguo, que lo había extraviado. Manda un certificado de la comisaría de policía en el que denuncia la pérdida del pasaporte en junio de 2021. El 26 de octubre empezamos a cruzar documentación y el 18 de noviembre nos envía el pasaporte antiguo fotocopiado, donde figuraban todos los desplazamientos en los tres años anteriores. No figuraban salidas ni en 2021 ni en 2020. Sí figuraba una salida a Sudáfrica en 2019, el 7 de julio, para cuidar de su padre enfermo y era de 58 días, con llegada el 4 de septiembre a España. Nosotros entendíamos que eran 62. Estaba en el límite de 60 días por año permitidos. Consultamos a World Rugby y nos dice que es aceptable y que es elegible. Teniendo el visto bueno se le convoca. El 7 de marzo recibimos un comunicado de World Rugby en el que nos comunican una denuncia rumana basada en una fotografía del jugador en una boda en Sudáfrica el 15 de junio. Nos confirma que estuvo en ella. Hacemos indagaciones y el 24 de marzo recibimos un escrito de Alcobendas en el que tres miembros del club reconocen haber falsificado el pasaporte, dos de ellos como instigadores y el tercero como autor material. En el escrito las tres personas que reconocen haber falsificado el pasaporte dicen que ni el club ni el jugador eran conocedores de esa falsificación. Esta consiste en modificar las fechas de entrada y salida en España para que parezca que estuvo 58 días fuera cuando en realidad estuvo más".

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García Trevijano glosó por su parte las respuestas que el Comité de Disciplina fue dando a medida que se conocieron los hechos. El 25 de marzo, tras recibirse el escrito de Alcobendas, se incoó "un procedimiento disciplinario extraordinario". Y este jueves, al conocerse la decisión de World Rugby, "se le retiró la condición de formación" y se abrió "un procedimiento ordinario" para determinar las posibles sanciones para el Alcobendas, que podría quedarse sin jugar la final de la Copa del Rey, prevista para este domingo ante El Salvador, e incluso perder la categoría en función de las reclamaciones del resto de equipos de División de Honor. El equipo madrileño también se expone a una multa económica. Ninguno de los presentes quiso dar a conocer los nombres de los implicados en el proceso de falsificación por protección de datos, pero sí se descartó la participación del jugador. "Deberán ser los tribunales los que determinen el alcance de las responsabilidades penales de cada uno", aseveró García Trevijano.

Ya en el turno de preguntas, Epalza anunció que también dimitirá una vez "se presente el recurso de apelación a World Rugby y se celebre la vista, que será en el plazo de un mes más o menos". El dirigente descartó las similitudes con el caso de hace cuatro años, cuando los franceses Mathieu Belie y Bastien Fuster incumplían la normativa de nacionalización de World Rugby: "Los jugadores fueron sancionados por un reglamento que World Rugby consideró injusto. En cuanto a la verificación de pasaporte, a mí no me cabía en la cabeza que nadie falsificara un pasaporte para tener una F de formación, es algo tan menor…". Y se defendió diciendo que los cientos de expedientes que se presentan cada año "se estudian con detalle". "No se puede comprobar la oficialidad de todo lo que nos envían", concluyó.

Feijoo ahondó en la idea de que se siguió el procedimiento debidamente. "Nuestro protocolo de elegibilidad ha sido felicitado por World Rugby y comunicado a otras federaciones. Si fuéramos la Federación de Fútbol tendríamos a diez personas con esto, pero nuestro presupuesto es limitado", sacó pecho el presidente, aunque reconoció que se puede "exigir más" porque el control ha demostrado ser "imperfecto".

Feijoo: "Para mí no tiene explicación que alguien, por una F de formación, falsifique un documento público. Desde que conozco lo que es el rugby español, lo que llevo por dentro, si un día lo dijera, en fin me callo. Sin culpa me estoy yendo". "Al Mundial no va el rugby español, ni los jugadores que se lo han ganado en el campo ni otros que han trabajado mucho. Yo no me voy contento obviamente, pero hay elementos que no se pueden controlar", cerró la que podría ser la rueda de prensa más funesta de la historia del rugby español, que en realidad es un mero deja vu.