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BALONMANO | COPA DEL REY

El Granollers completa la final catalana en Antequera

Derrotó al Puente Genil que se descompuso en la recta final ante un equipo vallesano que exprime a sus tres internacionales de la primetra linea

El Granollers completa la final catalana en Antequera

El Fraikin Granollers confirmó en la semifinal ante el Puente Genil lo que se esperaba (34-26), que en del partido de cuartos entre los vallesanos y el Bidasoa saldría el rival del Barça en el partido del domingo en Antequera (19:00, Teledeporte) por el título. Es la tercera final catalana en diez años, y en las dos anteriores las ganó el Barça (por un tanto la última vez) porque además de una final es un derbi doble, porque como teloneros estarán el Barça y el Granolleres cadetes por el título de la minicopa (17:00); todo eso le da realce a esta Copa del Rey en la que el Barça no es tan superior.

Más allá de la marcha del partido, del intercambio de goles, de la aportación de Rangel (Granollers) y De Hita (Puente Genil) en las porterías, la diferencia entre los dos equipos es la primera línea del Granollers, que complementa el trabajo intenso de Esteban Salinas en el pivote para buscarse situación que con giros imposibles suman y suman goles.

Antonio Rama tiene una primera línea con tres diestros internacionales: Chema Márquez, Antonio García y Pol Varela. A los tres los exprime porque el resto juega muy poco, casi nada, y los tres le dan una fortaleza tremenda a su manera; Chema, porque es la pontencia que tiene el gol en la frente; Antonio García, porque impone el poso de sabiduría en el juego: y Pol Varela porque genera, crea, es un tipo diferente. Con ellos tres en acción y condiciones, el Granollers tiene un juego intenso, de velocidad, de pase, de colaboración con el extremos, y todo eso bien aliñado con la aportación excelente del chileno Salinas.

Contra el cuarteto del Grabollers el Puente Genil no tuvo recursos suficientes, porque cuando a los cuatro parecía que el partido se les hacía largo, Rangel detuvo o intimidó en cuatro balones claros que los pontanos no sumaron. Esa fue la diferencia final, bien cimentada y ratificada al final.