La generación de oro de Boadilla
El club de waterpolo, formado en 2002 por ex waterpolistas, está afianzado en la División de Honor femenina y ya cuenta hasta con una internacional.


Giorgia Gallinato, jugadora del CN Boadilla, fue convocada por Miki Oca para jugar con la Selección ante Italia un partido de la Liga Mundial el pasado martes. El curso pasado el propio club competía en la Copa de la Reina y actualmente se encuentra en la zona media de la División de Honor, a priori lejos ya del peligro del descenso. “Consolidarnos es nuestra idea, pero el problema es que dependemos de la inmediatez”, explica Gabriel Mata Navarro, uno de los técnicos de la entidad ubicada en la zona oeste de Madrid.
Para situar al CN Boadilla hay que retroceder 20 años, momento de la fundación de un club que debe ingeniárselas para entrenar y que ha ido tejiendo una red única en Madrid. “Una serie de padres, de ex nadadores y de ex waterpolistas deciden crear un club. Con el tiempo, apuestan por darle una vuelta de tuerca y contratan a técnicos más potentes. A todo ello, se junta que tuvimos una generación muy buena de niñas y en las últimas nueve temporadas no hemos hecho nada más que crecer”, explica. “Al inicio comentaban, 'qué monas esas niñas que van de amarillo'… Este año ya hemos jugado la Copa de la Reina”.
El club se financia de las cuotas y con ello debe hacer frente al alquiler de la piscina de entrenamiento, a pagar a los técnicos y los arbitrajes. Tiene 140 deportistas, de las cuales todas hacen waterpolo y natación, aunque “la punta de lanza” son esas 13 niñas que juegan en el primer equipo. Por eso mismo, el club está disgregado en varias piscinas porque la que hay en Boadilla, de 50 metros, está acabada pero no inaugurada.
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“En Boadilla hay otra piscina y nos dan dos carriles. Allí entrenan los de iniciación y los másters”, explica Mata. Justo enfrente, el CN Boadilla ha conseguido poder hacer uso de la piscina del Colegio Hélade, donde se entrenan los prebenjamines. Los infantiles tienen que viajar a Sevilla la Nueva (35 kilómetros) para entrenarse en el Colegio Nova Hispalis. Y las categorías júniors y absolutas se tienen que desplazar a Madrid para poder prepararse en la piscina del Consejo Superior de Deportes y la de Madrid-86. “Ya están acostumbradas”, comentó el técnico del club presidido por Vicente de la Cruz.
El club dispone de un presupuesto de unos 90.000 euros y la falta de recursos de un deporte que se encuentra con impedimentos les impide crecer. “Tenemos una chica (Paula Camus) que se fue a jugar a Terrassa, otras dos que fueron a Estados Unidos… Nos vino una gran jugadora de Marbella, pero en diciembre dijo que no podía. Van a la universidad y al tener piscina van de arriba para abajo” detalla Mata. Pese a ello, el Boadilla es la única representación madrileña en la liga de waterpolo femenina junto al AR Concepción que ahora mismo es el colista. Mérito para una entidad nueva e innovadora.

