Escocia se atrinchera en Calcuta
El Cardo conquista su cuarta copa en cinco años y la segunda consecutiva con la colaboración de los ingleses, erráticos en la parte final del choque.
Todo cambió en el minuto 65’. Llegada a ese punto la Copa Calcuta, Inglaterra mandaba por 10 a 17 en Murrayfield (20-17 al final) y Escocia parecía escasa de ideas, pero una patada cruzada de Russell buscando a Graham por el flanco derecho torció los renglones del guion de la Rosa. Su talonador, Luke Cowan-Dickie, interceptó el oval, pero cometió el error de palmearlo fuera de forma grosera. Una maniobra ilegal que Ben O’Keeffe, el neozelandés que administraba justicia este sábado en Edimburgo, detectó y castigó severamente: ensayo y diez minutos de sin bin para el de Exeter Chiefs.
Antes de ese punto de inflexión, una de las competiciones deportivas más antigua de cuantas se disputan aún había transcurrido por sus derroteros habituales, al menos en los últimos tiempos. Fue una guerra de trincheras, con ambos equipos espesos a la mano y errores frecuentes. Se vieron pocas rupturas y ataques muy cortos. Las diferencias solo podían fraguarse en puntos de encuentro, fases estáticas y en los detalles.
Únicamente habría un ensayo por bando con el balón en juego. Y ambos los firmaron jugadores que se estrenaban en un Seis Naciones. El escocés se lo anotó Ben White, en una de las pocas galopadas a campo abierto que ofreció el partido. La protagonizó Darcy Graham, bien apoyado después por el prometedor medio melé de London Irish, que entró sustituyendo a White en el 12’ por una conmoción del titular y a los cinco minutos ya sumía a Murrayfield en un jolgorio. Con ese posado y un golpe de partido pasado por Russell, Escocia se imponía al descanso 10-6 a una Rosa que solo sumaba a través del pie de Smith.
Fue precisamente el apertura de Harlequins, la nueva joya de la corona, titular en su primera toma de contacto con el torneo por la baja de Farrell, quien consiguió la única marca visitante. Al poco de salir de vestuarios, en una visita inglesa a la 22 caledonia, detectó el espacio, lo atacó y fue magníficamente asistido por Youngs. Celebró con la efusividad del que sabe que puede ser el primero de muchos buenos recuerdos con la camiseta de su país. Otra infracción transformada en tres puntos por él mismo minutos después confirmó la remontada de los Eddie Jones.
Entonces llegó la secuencia suicida de Inglaterra. Al error de Cowan-Dickie siguió otro de Marler, que sacó una touch a la corta y no superó la línea de cinco metros. Regaló así una melé que al final derivó en golpe para Escocia. No perdonó Russell y ese margen de tres puntos que consiguió acabó siendo el de la victoria, que supone la cuarta Copa Calcuta para Escocia en cinco años y la segunda seguida. Empiezan a quedar lejos las nueve seguidas acumuladas por Inglaterra entre 2009 y 2017. Este Cardo no es la de entonces. Este Cardo aspira a todo.